Oficialistas de Nicaragua apoyan a un Ortega criticado por salida de ACNUDH

Miles de militantes del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y trabajadores estatales de Nicaraguamarcharon hoy en apoyo al presidente Daniel Ortega, el mismo día que una misión de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) se vio obligada a salir del país.

Bajo el lema «Caminata por la paz y la vida», los sandinistas utilizaron el recorrido que habitualmente toman quienes protestan contra Ortega desde el estallido social de abril pasado.

Horas antes, en el punto de partida de la marcha, más de 400 cruces, una por cada víctima de la crisis de Nicaragua, fueron destruidas por sujetos desconocidos.

En la ciudad de Catarina (Pacífico) las calles amanecieron llenas de globos con los colores de la bandera de Nicaragua, azul y blanco, para dar la bienvenida a septiembre, el «mes de la patria», y a la vez para protestar contra Ortega, cuyos seguidores ven en el pendón nicaragüense un acto subversivo.

Los globos de color blanco contenían mensajes escritos como «Patria libre y vivir», «Que se rinda tu madre», «Dios está con su pueblo» o «M19Abril, la lucha sigue».

La ACNUDH salió hoy de Nicaragua por orden del Gobierno, tras publicar en Ginebra un duro informe, en el que señala al Estado nicaragüense como el principal responsable de graves violaciones a los derechos humanos, que han dejado «más de 300 muertos», de los que Ortega reconoce 198.

El informe también responsabiliza al Gobierno de Nicaragua por torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros, violencia sexual, entre otras violaciones a los derechos humanos.

El Gobierno de Ortega, ha negado cada uno de los señalamientos y ha explicado que todo se debe a un «golpe de Estado», algo que sobre lo que ACNUDH no encontró evidencias.

La ONU lamentó la decisión del Gobierno, y el Grupo de Trabajo de la Organización de Estados Americanos (OEA) para seguir el caso de Nicaragua, conformado por 12 países del continente, expresó su «profunda preocupación» por la decisión del Gobierno nicaragüense.

«Va en contra del objetivo de rendir cuentas por las violaciones de los derechos humanos y de servir de justicia a las víctimas de la violencia», criticó la Unión Europea en un comunicado.

Costa Rica se sumó a las condenas internacionales, y España pidió al Ejecutivo de Nicaragua que «reconsidere su decisión» y asegure «el cumplimiento de sus obligaciones de respeto a las convenciones internacionales de protección de los derechos humanos».

Copa Airlines suspendió sus vuelos a Nicaragua desde Panamá y Costa Rica en todo septiembre, con lo que se sumó a decisiones similares de American Airlines, United Airlines, Delta y Spirit, comunicó el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), que recordó la cancelación definitiva de Volaris y la indefinida del primer vuelo de Iberia.

Nicaragua atraviesa una crisis en la que se cuentan entre 322 y 448 muertos, la más sangrienta desde la década de los años de 1980, también con Ortega como presidente.

Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado, por unas reformas de la seguridad social, que finalmente fueron retiradas, y se convirtieron en la exigencia de que renuncie el mandatario, después de 11 años en el poder, entre acusaciones de abuso y corrupción en su contra. ACAN-EFE