Hablemos de “crazytown”

Por: Israel Romero Puerto
Juris Doctor (jurista internacional), PhD – investigador científico periodista/escritor independiente

Un libro que saldrá al público en estos días confirma por lo menos una teoría que hemos venido blandiendo acerca del presidente Trump y su permanencia en la Casa Blanca. El libro describe la WH como crazytown, es decir que allí mora un loco.

Adentro de la administración Trump ha nacido un grupo autodenominado “resistencia” y se dedica a cuidar que Trump no cometa errores en perjuicio del país, a pesar de que el presidente predica que él es el mejor presidente.

En esta obra de 400+ páginas, el autor trata de decir que el presidente Trump es enfermo mental, pero no lo dice porque es hipócrita. Describe opiniones acerca del presidente de toda clase de personalidades. Pero elude las palabras correctas.

El autor llama la Casa Blanca un “pueblo loco”, significando que es una casa donde deambula una persona con mente profundamente perturbada. Encuentro que el libro está lleno de hipocresía fallando llamar al pan, pan, y al vino, vino.

Trump pone nombres a adversarios y amigos. Ahora a él sus asistentes le llaman idiota, “f… ingrasista” o loco en forma ofensiva. Eso no resuelve el problema, lo único que hace es tirar mas leña al fuego.

Por millonésima vez repetimos lo siguiente: un investigador científico de la universidad inglesa Oxford encontró que Trump tiene tres enfermedades siquiátricas definidas, hecho que fue corroborado por 25 siquiatras americanos.

Entre los muchos detalles del libro de Bob Woodward encontramos que dentro de la CB los ayudantes del presidente están preocupados porque él representa un peligro para la seguridad nacional, confirmando lo que hemos escrito antes acerca de Trump.

Cuando el presidente dice: “lo que oyen y lo que ven no está sucediendo”, debemos preocuparnos por su salud mental. Permitiendo que siga en la silla presidencial es lo más peligroso para el país y el planeta.

Asistentes y consejeros no dejan a Trump firmar ciertos documentos por ser un peligro nacional y mundial. Tampoco lo dejan enfrentar un gran jurado o al fiscal especial Mueller, porque saben que cometerá perjurio y terminará en jump suit naranja (preso).

De acuerdo con el libro de Woodward, el exasesor John Dowd dijo tal cosa a Trump si testifica bajo juramento. Esa conclusión vino después que le hicieron una entrevista de práctica.

En una palabra: lo anterior confirma nuestra teoría que para terminar la “pesadilla Trump” se necesita una orden judicial para una evaluación siquiátrica a Trump, para su bien, para seguridad nacional y del mundo entero.

Hay preocupación de una regla de ética de la Asociación Americana de Siquiatría que un paciente solo puede ser evaluado en persona. La excepción a esa regla fue dada por el presidente de esa Asociación, cuando dijo que se puede opinar acerca de una persona cuando se trata del interés nacional, por ejemplo la seguridad del país.

Opiniones particulares de profesionales pueden servir para que una corte emita la orden para una evaluación siquiátrica de Trump. La existencia de una “resistencia” dentro de la CB es evidencia patética de la necesidad urgente de esa evaluación.

Tome nota que Irán, Rusia, China y Corea del Norte están listos para seguir tirando bombas en el Medio Este. Urge una persona de mente cuerda en la CB para enfrentar la situación. ¿Qué órdenes le han impedido firmar a Trump? No sabemos.

Pero sí sabemos que Trump ha amenazado a esos cuatro países. Eso podría ser el inicio de la III Guerra Mundial. Fíjese que Estados Unidos tiene pocos amigos en este momento, y nadie querrá ir a una guerra junto a Trump.

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