Condicionan el diálogo

Por Armando Cerrato

Por invitación de las Naciones Unidas, los partidos políticos pequeños con diputados al Congreso han sido invitados a participar en el gran diálogo nacional para ampliar el carácter del consenso político a alcanzarse en las mesas propuestas.

Sin embargo, Tony García representante de Salvador Nasralla en declaraciones de prensa dijo que su líder quien forma parte de la cúspide piramidal y es dirigente del diálogo, no se oponía a la participación de los partidos pequeños, pero que a su juicio estos deberían participar únicamente en las dos mesas propuestas para reformas constitucionales y reformas electorales y que se estudiaba si se les permitiría participar en las otras dos mesas donde se debaten asuntos sobre derechos humanos y reelección presidencial.

Tony García también señaló la magnimidad de su líder Salvador Nasralla al permitir la semiparticipación de los partidos pequeños para aprovechar su representación en el Congreso Nacional a través de diputados, dado que los acuerdos que se logren en las mesas, especialmente las reformas constitucionales y electorales deberán ser aprobadas por el parlamento hondureño.

Según el dirigente del partido en potencia “Salvador de Honduras” la pirámide dirigente del diálogo está constituida por Juan Orlando Hernández Alvarado – Presidente de la República, Luis Zelaya Medrano – presidente del Consejo Ejecutivo del Partido Liberal y Salvador Nasralla como fundador de un partido aún no inscrito, pero cuya fundación ya ha sido anunciada y se trabaja en la recolección de las firmas necesarias para su vigencia legal.

El diálogo nacional fue promovido por un grupo de personalidades de la sociedad civil e impulsado por el gobierno de Juan Orlando Hernández Alvarado para contestar demandas de liberales y nasrallistas, acudiendo todos los involucrados a la Organización de las Naciones Unidas, quien nombró personalidades políticas internacionales de impecable actuar en sus respectivos países como impulsores del diálogo, al mando de Igor Garafulic, quien ha realizado un trabajo espectacular para conciliar las partes y poderlas sentar e intercambiar impresiones, a la espera de un consenso en pro del bienestar de la sociedad hondureña, hoy altamente polarizada debido a la intransigencia de los perdedores de las elecciones que se niegan a aceptar la derrota.

En el ínterin Esdras Amado López, quien también dragonea consiguiendo firmas para inscribir su propuesta de partido político “Nueva Ruta”, interpuso un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia reclamando su derecho a participar en el diálogo con la misma categoría de Salvador Nasralla quien es presentado en el mismo como representante de un partido en fundación, misma categoría que reclama el promotor y fundador de Nueva Ruta.

Según Esdras probablemente en el confuso ambiente político nacional existe la intención de regalarle a Salvador Nasralla un partido político, mientras a los promotores de otros nuevos entes se les aplican todos los pasos que señala la ley electoral vigente y para cumplir, con los cuales hay que pasar miles de dificultades.

Hasta hoy, Salvador Nasralla se ha mantenido vigente a base de “tapazos“ y con una veleta que se mueve según la dirección del viento que sopla, contradiciéndose cada vez que abre la boca frente a un micrófono o una cámara que muy generosamente le prestan los periodistas de los diferentes medios de comunicación nacionales, aún y cuando muy irreverentemente este dizque líder político les agravia y vitupera acusándoles de ser “gargantas asalariadas” por el gobierno de Juan Orlando Hernández.

Muchos de los comunicadores que le entrevistan han tenido que defenderse de sus virulentos ataques verbales detallándole que a ellos el único que les paga es el medio que les emplea, pero hasta hoy a nadie se le ha ocurrido exigirle pruebas de sus difamaciones, injurias y calumnias contra un gremio que lo único que hace es mantener informado al pueblo hondureño de todos los acontecimientos noticiosos que conmueven a la sociedad nacional.

Licenciado en Periodismo