Urge el Instituto de Ciencias Forenses

Por Denis Castro Bobadilla

Doctor y abogado
II Vicepresidente del Congreso Nacional

Nadie desconoce que del buen trabajo realizado en Medicina Forense depende el éxito de la investigación criminal y que es, además, base de la correcta aplicación de la justicia. Por desgracia, esto no ocurre en Honduras. La deuda que Medicina Forense tiene con la sociedad, con las víctimas de la criminalidad y con la justicia, es alta, y parece que impagable.
Para muestra, un botón.

Desde que Medicina Forense está bajo el control del Ministerio Público no se han hecho 22 mil dictámenes de autopsias y 66 mil dictámenes clínicos. Los equipos, en su mayoría, son obsoletos, muchos de los cuales son donaciones de países caritativos; aparte de esto, su personal no ha sido sometido a pruebas de confianza ni ha obtenido las plazas por concurso, plazas que, en su mayoría, son por contrato, cuando deberían ser nombrados por Acuerdo.

No deseo, bajo ningún punto, dañar a nadie. Deseo, más bien, que el Estado mejore su Dirección de Medicina Forense para una correcta aplicación de la justicia, como ya dije antes.

Por supuesto, nadie es perfecto, y todos cometemos errores. Sin embargo, no es muy sano que se entreguen cadáveres equivocados, que Medicina Forense siga en harapos y que a nadie le interese invertir para hacer de esta dependencia del Ministerio Público una institución eficaz, efectiva, rápida, mucho más cuidadosa, más responsable y verdaderamente científica.

No basta un edificio pomposo; se necesita equipo de última generación y suficientes recursos. Unido a esto, su personal, formado en su mayoría por médicos generales, debe estar capacitado para ejercer una labor tan delicada. Si no existieran estas deficiencias en Medicina Forense, es seguro que no se hubieran tardado casi un año en explicarle a la sociedad si la carne encontrada en un restaurante chino era o no de perro. Y, seguramente, sus máximas autoridades no ventilarían los casos ante los medios de comunicación, ya que está claro que, junto a la capacidad científica del personal está el profesionalismo, la ética y la responsabilidad, lo cual hace mucha falta en esta institución.

Por supuesto, esto es algo que se puede superar. El recurso humano se puede especializar y el Estado puede dotar de equipo de calidad a Medicina Forense, pero para esto hay que tomar decisiones, hay que dar grandes pasos para avanzar en el logro de un mejor servicio en esta institución. Y, para esto, he propuesto crear el Instituto de Ciencias Forenses de Honduras.

No es una iniciativa más en el Congreso Nacional. Es un proyecto que pretende darle al país una Medicina Forense científica, que esté a la altura de las necesidades actuales de nuestra sociedad.

Deseo que esta institución sea un muro contra la impunidad y una tabla de salvación para los inocentes. Deseo que sea un pilar fundamental de la justicia. Por eso, es necesaria la creación del Instituto de Ciencias Forenses, independiente del Ministerio Público, despolitizado, con personal especializado en medicina forense, con el mejor equipo y los laboratorios más modernos, con una dirección sabia y que responda solo a los intereses de la patria.

Mi iniciativa está en el Congreso, en alguna de sus gavetas, esperando que alguien se dé cuenta de su importancia y la rescate para que sea discutida en la Cámara, entendiéndose lo importante y valioso que es para Honduras un Instituto de Ciencias Forenses.