La infinita melancolía de Dios

Homero Aridjis.

Pienso en la infinita melancolía de Dios,
en el solitario del universo girando en sí mismo
en su orbe de paredes azules y tinieblas translúcidas.
En su laberinto de seres y soles,
su conciencia, nunca dormida nunca despierta,
vela en la eternidad del presente y del olvido.
En el aquí lejos y en el allá cerca escucha la plegaria
del hombre, la canción del océano, las sombras de los astros,
los mundos a medio hacer y las construcciones de lo efímero.
Nadar a contracorriente por el tiempo sin orillas,
sopesar en el espacio la luz irrepetible,
sentir en el vacío el reflejo del ojo aluzinado, es su saber.
Crear, es el oficio del Miglior fabbro del parlar eterno,
que nadie escucha, pero todo mundo explica,
que nadie ve, pero en él todo nace y expira.
El hombre, huérfano de Dios, pedazo de miedo
rodeado de nada, ciego bajo la luz, no puede concebir
el cuerpo incesantemente creándose a sí mismo.
En la cápsula de tiempo en la que estoy metido,
imagino cómo sería ser el ser que se expande por el universo en expansión, el habitante de cada criatura y cada mundo.
El ojo compasivo, el ojo consciente-sensible-vivo
que todo percibe, todo piensa y todo siente,
el ojo más viejo que el Sol, el ojo que no se cierra.
El ser de las auroras lúdicas y de las tardes lúcidas,
el ser que sobrevive a la soledad de Sí mismo,
el ser que revela y oculta su Misterio.
El ser, que en el mundo de las criaturas condenadas
a muerte, embarga una tristeza sin razón ni límites;
el ser Antiguo, el ser Último, el ser presente,
el cerebro que siente y el corazón que piensa,
el morador del agujero negro, esa bilis
que capta lo mismo al Sol en su cenit que en su nadir,
a la abeja en la flor y al quetzal en su extinción.
Me pregunto cómo sería ser él,
el ser de la presente ausencia,
el ser de la poesía de la existencia,
el ser que mirándose a sí mismo
mira en todo cuerpo y toda cosa
la sonrisa infinita de la Luz.

Solo, solo rodeado de soles Dios en su infinita melancolía.#•

El espacio desde donde la poesía nace y se manifiesta
es una constante búsqueda para la voz poética cuyos versos
se encienden e iluminan entre el eje del tiempo y las distintas
realidades del presente. En este poema que se desprende
de La poesía Llama (fce, 2018), Homero Aridjis nos hace
cuestionar, ¿qué es el Ser que lo contiene todo, que está
en la base de todo, del cual brota todo lo que existe? Solo
podemos entreverlo a través de los objetos en los que se
manifi esta y hacernos eco suyo por el sentimiento.
Además nos permite iniciar la reflexión filosófica.

Fuente: Fondo de Cultura Económica, agosto de 2018