El hombre más alto de Honduras se graduará de ingeniero electrónico

Mide más de dos metros de altura y apenas tiene 22 años de edad, Ever Romero Medina es el futuro hombre más alto de Honduras, quien vive en la colonia Olímpica de Tegucigalpa y es originario de Olanchito, Yoro.

El joven está por graduarse de ingeniería eléctrica en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y sus aspiraciones es trabajar en este rubro, preferiblemente en la Represa Hidroeléctrica Francisco Morazán o “El Cajón”, ubicada entre los departamentos de Cortés y Comayagua.

Romero Medina es un joven que resalta entre la población de estatura normal y se describe como un hombre amable, cariñoso y hogareño, pero casarse por ahora no es una prioridad para él. Su anhelo es seguir estudiando, después de egresar de ingeniería.

Está por egresar con un índice académico arriba de 80 por ciento en una de las carreras más difíciles de la UNAH, luego de cuatro años de haber empezado en esta casa de estudios.

“Cuando estaba adolescente fue bien difícil para mí, porque en Olanchito la gente es bien complicada por la cultura que hay y es de tomar en cuenta que no se encuentran personas de mi estatura en cada esquina, pero me fui adaptando con el tiempo”, relató el futuro ingeniero.

Para el muchacho es incómodo subirse a los taxis, ya que su cabeza pega en el techo del vehículo.

ES UN PRIVILEGIO

Así, recordó que comenzó a crecer a los 11 años de edad, cuando ingresó al primer curso en el colegio Francisco J. Mejía de la ciudad cívica: “Imagínese estar rodeado de cipotes de primer curso, eso era bien difícil para mí”.

“Sentía que no encajaba, pero gracias al apoyo de toda mi familia, que me hizo entender que era un privilegio ser más alto que los demás”. Sin embrago, cuando fue a la Universidad ya todo cambió. Al convivir con personas que tienen mayor madurez “a uno lo miran con admiración y ahora camino con toda tranquilidad”.

A veces se encuentra personas con estaturas similares y “cuando me miran venir, ellos quieren ser más altos que yo, pero me paro derechito y solo me miran pasar”, bromeó el espigado joven, sin ánimo de presumir su ventaja física.

Una de las tantas anécdotas que cuenta Ever es que en una ocasión estaba viendo unas pinturas en la UNAH, y un joven alto se le fue a poner al lado y se quedaron viendo entre sí.

Entonces, “yo le dije, vos si sos alto verdad, no vos sos más alto que yo”, le respondió el otro muchacho conocido en las aulas de clase como Carlos, con quien ahora son buenos amigos.

En ese momento dijo que se sintió un poco extraño al ver que había una persona casi a su misma estatura, “porque yo no estaba acostumbrado a ver alguien de mi tamaño, pero eso no significa que yo sea una persona presumida, soy muy amable, respetuosos y educado”.

De momento no tiene novia, pero exteriorizó que tuvo una relación amorosa muy duradera con una compañera del colegio, sin embargo, la distancia y el tiempo rompieron los lazos de amor. Se querían mucho y ella era de una estatura estándar y juntos se habían adaptado a esas diferencias de tamaño.

El futuro ingeniero es muy pragmático y tiene sus objetivos claros que no piensa en casarse por ahora, ya que sus estudios son más importantes.

DEPORTISTA

El “gigante de Olanchito” en la UNAH se incorporó al equipo de voleibol, aunque nunca había practicado este deporte, pero los amigos lo animaron y allí habían muchachos de hasta de 1.95 metros de altura.

“También estoy con la selección de voleibol de Honduras, pero solo lo hago los fines de semana, porque la prioridad son mis estudios, ya que considero que de eso voy a vivir” en el futuro inmediato.

Entre compañeros deportistas de la mista talla, comentan en lo complicado que resulta encontrar ropa y zapatos a la medida y coinciden que en las tiendas de ropa de segunda encuentran algunas tallas adecuadas.

El “comejamos” comentó que otra de las desventajas de tener una estatura arriba de dos metros es el uso del transporte, principalmente los buses rapiditos, donde se le hace muy incómodo, tanto subirse como sentarse, ya que los asientos están muy pegados.

Ever cumplió 22 años de edad la semana pasada y celebró su fecha de natalicio junto a sus parientes y amigos.

Lo mismo le sucede en los taxis, pues pega de cabeza en el techo, además, que no pude acomodar los pies y tiene que ir encogido y a veces es mejor caminar en lugar de usar el incómodo servicio de transporte.

“Los rapiditos, los evito al máximo posible, pero lo complicado es cuando viajo para Olanchito, es una tortura, tengo que ir con las rodillas en el pasillo del bus”, señaló el muchacho, al tiempo de decir que, la últimas veces que se midió sobrepasaba los dos metros y sigue creciendo.

Romero Medina vive con su hermano menor, Edgardo, y sus padres les pagan sus estudio, pero “al salir de mi carrera quiero trabajar en la represa El Cajón para terminarle de pagar los estudios a mi hermano”.

“Después continuar mis estudios fuera del país, porque no solo quiero quedarme hasta aquí nomás”, sintetizó el joven considerado como uno de los más altos de Honduras. (Erlin Cruz).

Madre de Ever: Es una bendición tener un hijo alto
Tener un hijo que en su estatura hace la diferencia, además, en sus estudios es motivo de orgullo para cualquier padre de familia, es el caso de Lidabel Medina, madre de Ever, quien ve en su vástago una bendición de Dios.

“Para mí es un orgullo que es grande de estatura, y como ser humano, quien desde que nació fue grande y para mí es una bendición”, contó emocionada la madre de Ever. Luego consideró que no es cualquiera que tiene esa dicha, porque su hijo, además, de ser alto, no tiene vicio y asiste a la iglesia.

Comentó que cuando va a los centros comerciales, muchos jóvenes se le acercan para tomarse fotos y pedir autógrafos y eso es algo que la hace sentir orgullosa. Agregó que en otra ocasión en la costa norte se encontró con un adulto mayor bastante alto y le preguntó a ella ¿Qué se siente estar al lado de una persona alta? Le respondió que es una bendición porque su hijo también es bastante alto.

Hay personas que creen que ella es la hermana menor de su hijo, porque los ven caminando por las calles y notan la gran diferencia en la estatura. Medina trabaja como docente en programas de educación a distancia, también, labora en la municipalidad de Olanchito, que le generan ingresos para educar a sus hijos en la capital.

La entrevistada recordó que cuando nació Ever peso casi 11 libras, muy sano y cuando iba al centro de salud a vacunarlo “me pegaban los piecitos (casi a la rodilla) y la enfermera me decía -que cipote tan grande señora-”.

“Ahora lo considera un niño modelo y ojalá que el día en que se case se encuentre una mujer que lo quiera, porque él tiene un corazón grande y se merece una buena mujer”, concluyó Medina.

En Honduras hay hombres y mujeres con estaturas por encima del promedio, pero no se ha establecido el récord. Para el caso, en San Francisco de Becerra, Olancho, está el “niño gigante”, Edwin Fernando Sánchez Artola, que sigue con su crecimiento vertiginoso.

Asimismo, un joven de nombre Daniel Villafranca, originario de El Pino, Atlántida, quien superaba los dos metros de altura y tiene menos de 20 años de edad.