¿Por qué migran los hondureños?

Por Aldo Romero
Periodista y catedrático universitario

La migración no es un fenómeno nuevo, es un hecho de antecedentes históricos, pero que en las últimas décadas se ha convertido en un problema de graves consecuencias, nunca antes como ahora, la gente abandona sus países con la esperanza de encontrar en otras tierras las condiciones para una vida digna.

En Honduras, de acuerdo a reportes de prensa se estima que son al menos 300 los hondureños que a diario abandonan el país de manera irregular en busca de mejores opciones, unos se quedan en México y otros se arriesgan en la travesía rumbo a Estados Unidos, las causas son las mismas, van huyendo de la pobreza, la inseguridad, la falta de oportunidades laborales, de la crisis económica y social.

La novedad en las últimas semanas es que los hondureños con anhelos de mejores tiempos se agruparon en caravanas, tomaron lo poco que tenían y marcharon masivamente, hombres, mujeres, niños y ancianos, le mostraron al mundo una realidad que es innegable, y que lejos de ser sujetos de crítica y descalificación, deberían ser un motivo de reflexión y cambio entre ciudadanos y gobernantes.

Sin duda hay que hacer un especial énfasis en las desigualdades sociales que en el país son amplias, basta remitirse a un reciente informe del Foro Social para la Deuda Externa de Honduras (FOSDEH) en el que se refleja que contrario a los números estatales, la pobreza en el país ya alcanza a más de seis millones de personas.

De acuerdo a la misma organización, la crisis de pobreza se ve agudizada por una política fiscal perversa, que somete a los que menos tienen, de hecho, el FOSDEH plantea que Honduras es el país con la más alta carga tributaria de la región.

Un segundo factor ligado a la migración obligada es la inseguridad, Honduras sigue siendo uno de los países más afectados por la violencia a pesar de que el presupuesto asignado para este renglón es el más alto del Estado, por encima de sectores verdaderamente prioritarios y vulnerables como educación y salud.

¿Qué hacer para frenar la migración irregular? Los gobiernos deben poner sus “barbas en remojo” y volver sus ojos a las principales necesidades de la población, más allá de discursos oficiales, las respuestas deben ser contundentes ante un problema cuyas raíces son estructurales.

Coincidimos con quienes advierten que el Estado debe inmediatamente replantear su política de inversión en materia de desarrollo social, generando verdaderas oportunidades de crecimiento y mejoría económica y no creando dependencia política mediante bonos y programas compensatorios que no tienen efecto en la reducción de las cifras de pobres.

Los gobernantes deben darse cuenta de una vez por todas que de no poner atención a las necesidades de la gente, este será un fenómeno recurrente en el corto plazo, ya que para muchos de los compatriotas que deciden migrar no se trata solo de buscar el sueño americano, sino de huir de su pesadilla hondureña.

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