El viernes 30 de octubre de 2015, es decir hace ya tres años, Ramón Wilberto Nuila Coto partió junto al Padre Celestial, sin embargo, para muchos de sus amigos, siguen y seguirán vivos los recuerdos y anécdotas de viajes que en mi caso particular me tocó compartir con tan extraordinario ser humano, a las zonas productivas del país.
Y es que el aprendizaje está en lo que hacemos, pero también en las experiencias que otros nos comparten y que estas nos ayudan a crecer como personas y profesionales. “Moncho”, que le decíamos sus amigos fue un ejemplo de ello su pasión por la agricultura de Recursos Naturales (Secretaría de Agricultura y Ganadería, SAG), lo llevó a especializarse en el exterior y poner su conocimiento al servicio de los agricultores y ganaderos, mediante plataformas radiales y escritas.
Soy testigo de su amor por la patria, su riqueza natural, su paisaje incomparable, su flora y su fauna, sus ecosistemas que defendió con pasión y convicción, procuró siempre que sus reportajes auditivos o impresos cumpliesen a cabalidad los fines últimos del periodismo descriptivo: informar, ilustrar, educar y entretener.
Tanto así que fue el fundador y editor de esta sección tan leída por el pueblo hondureño la Tribuna Agropecuaria, que hoy sigue, tratando de seguir las huellas y hacer crecer la semilla que “Moncho” sembró.
Por varias décadas desde esta trinchera llamada Tribuna Agropecuaria “Moncho” educó, entretuvo y gestionó conocimiento, que ha sido de gran ayuda para los productores y productoras que gracias a sus consejos y recomendaciones mejoraron y adoptaron nuevas prácticas agropecuarias.
Hoy me corresponde seguir este legado y continuar cultivando esta sección, para que la semilla que nuestro buen amigo y padre del periodismo agroambiental, sembrara de frutos y siga contribuyendo, a través de la comunicación al desarrollo del agro hondureño.