Pruebas de ADN y testigo salvaron a Clemente de la inyección letal

Clemente Javier Aguirre Jarquin tenía 24 años de edad en 2004 cuando sucedió el crimen de Cheryl Williams y su madre Carol Bareis, en su ignorancia, inocencia y en su afán de ayudar a las señoras que yacían en un “charco” de sangre como consecuencia de una docena de puñaladas que le infirió la hija y nieta, Samantha Williams, contaminó la escena del crimen, ese fue el primer error que lo mantuvo 14 años en una cárcel de La Florida, Estados Unidos y a la espera de la inyección letal.

El hondureño era educado con ambas víctimas, las conocía por eso ingresó a la casa rodante (remolque) cuando miró la puerta abierta en plena madrugada. El segundo error de Clemente fue haber tomado del suelo el arma blanca (tipo puñal o cuchillo) que estaba al lado de los cuerpos, pero lo hizo porque sospechó que el homicida estaba adentro de la casa rodante y temía por su vida.

Al percatarse de la trágica y problemática situación, decidió lanzar el puñal o cuchillo y salir corriendo a refugiarse en su lugar de habitación, otro remolque cercano al de las víctimas, según parte de la información que se desprende del caso llevado con eficacia por parte de la Organización Innocence Project (Proyecto de Inocencia).

Para cuando la policía ya había llegado a la escena del crimen, todas las evidencias estaban en su contra, la principal es que se trataba de un hondureño indocumentado, su ropa tenía sangre de las víctimas, al igual que su mano y en el arma también estaban sus huellas y ADN, así como en toda la escena del crimen.

Fue así como los abogados defensores de Clemente Jarquin, solicitaron insistentemente que las pruebas científicas de comparación de ADN de las ropas del hondureño, las encontradas en los cuerpos, en la escena del crimen, el arma fueran comparadas exhaustivamente con el ADN de la hija y nieta de las víctimas, Samantha Willians, lo que no quiso hacerse en el pasado por parte de la defensa de la homicida y actuaciones de los fiscales acusadores.

A estas pruebas se sumó posteriormente un importante testimonio de una amiga de Samantha Williams, quien testificó sobre la inocencia de Clemente, ya que la propia Samantha había comentado en reiteradas ocasiones y a varios amigos sobre la intensión de matar a sus parientes, incluso después de haber cometido el crimen de alguna manera lo habría mencionado.

JUSTICIA “GRINGA”

De 24 años de edad fue encarcelado Clemente, su madre Erlinda Victoria Jarquin, siempre creyó en su inocencia y pidió a Dios más vida para ver libre a su hijo.

Enfrentando evidencia de ADN exculpatoria y confesiones múltiples de otro sospechoso, los fiscales acuerdan desestimar todos los cargos en la víspera del segundo juicio de pena de muerte de Clemente Aguirre y fue exonerado de todos los cargos en la muerte de sus exvecinos, Cheryl Williams y Carole Bareis, en 2004, así informa en su sitio web la defensa.

En el mismo, revelan a detalle el caso que fue conocido en un tribunal del condado de Seminole, Florida, por el juez de circuito John D. Galluzzo, quien desestimó todos los cargos contra Clemente Aguirre Jarquin, luego de que los fiscales anunciaron en medio de la selección del jurado, que no procederán con el nuevo juicio ante toda la evidencia científica conocida y la declaración del testigo cercano a la victimaria.

La nueva evidencia incluyó pruebas de ADN de múltiples pruebas de la escena del crimen que exculparon a Aguirre e implicaron a otro sospechoso: la hija y nieta de las víctimas, Samantha Williams. La Corte Suprema del Estado también se enteró de la evidencia de que, en los años posteriores al juicio de Aguirre, Samantha Williams confesó que cometió los asesinatos a numerosos amigos y conocidos que no tenían relación con Aguirre.

La defensa recordó que a pesar de las nuevas pruebas, el fiscal estatal Phil Archer había anunciado que el Estado no solo volvería a intentar contra Clemente Aguirre, sino que también buscaría la pena de muerte por segunda vez, destacan.

La decisión de los fiscales de no proceder se produjo después de que evidencia adicional socavara la coartada de Williams y la implicara aún más en su surgimiento en los procedimientos previos al juicio. “Aguirre fue casi ejecutado por un crimen que no cometió, dijo Joshua Dubin, uno de los principales abogados del hondureño.

Clemente Aguirre, fue una víctima en todo momento de la justicia de los Estados Unidos, esto revela que no solo en Honduras se omiten procesos, se marginan pruebas científicas y se acusa rápidamente sin exhaustiva prueba incriminatoria, violentando los derechos humanos y el fundamental como el que toda persona es inocente mientras no se le pruebe lo contrario ante un juez.

Ahora Clemente Aguirre tiene 38 años, mantuvo su inocencia desde el momento de su arresto a los 24 años en junio de 2004. Originalmente fue condenado por los asesinatos y condenado a muerte en 2006. En 2016, la Corte Suprema de Florida anuló por unanimidad la condena y la sentencia de muerte de Aguirre basándose en nuevas pruebas de inocencia que su jurado original nunca escuchó, manifestó la defensa de la organización de Innocence Project.

Más de una docena de abogados apoyaron por diez años a Proyecto de Inocencia y eficazmente lograron justicia para el hondureño. (Foto de PhelanEbanhack)

«Si bien estamos muy contentos de que su terrible experiencia haya terminado, el caso de Clemente Aguirre debería servir como una escalofriante historia de advertencia sobre lo peligroso que es cuando hay prisa por juzgar en un caso capital. El Sr. Aguirre suplicó que se analice la sangre y afortunadamente, sus abogados post convicción lo lograron”, manifestó Joshua Dubin.

Entonces, cuando los resultados de esas pruebas revelaron que la sangre de Samantha Williams fue encontrada a centímetros de la sangre de la víctima, y ​​que confesó repetidamente que cometió el crimen a múltiples testigos, le sorprende a la mente que el Sr. Aguirre incluso enfrentó la perspectiva de ser enviado de vuelta al corredor de la muerte por segunda vez.

Aguirre fue condenado erróneamente en su primer juicio después de recibir una representación lamentablemente inadecuada por parte de su abogado litigante designado por el tribunal, quien, entre otros errores críticos, no solicitó pruebas de ADN en  la escena del crimen que podrían haber probado la inocencia de Aguirre y le impidió enfrentar la ejecución.

Tampoco su abogado del ensayo original realizó ninguna investigación sobre Samantha Williams, a pesar de que el abogado tenía registros que mostraban que, mientras estaba hospitalizada psiquiátricamente, había amenazado previamente con «matar» a su madre.

Clemente Aguirre, fue una víctima en todo momento de la justicia de los Estados Unidos, esto revela que no solo en Honduras se omiten procesos, se marginan pruebas científicas y se acusa rápidamente sin exhaustiva prueba incriminatoria, violentando los derechos humanos y el fundamental como el que toda persona es inocente mientras no se le pruebe lo contrario ante un juez.

Ahora Clemente Aguirre tiene 38 años, mantuvo su inocencia desde el momento de su arresto a los 24 años en junio de 2004. Originalmente fue condenado por los asesinatos y condenado a muerte en 2006. En 2016, la Corte Suprema de Florida anuló por unanimidad la condena y la sentencia de muerte de Aguirre, basándose en nuevas pruebas de inocencia que su jurado original nunca escuchó, manifestó la defensa de la organización de Innocence Project.

RELACIÓN DE HECHOS Y BURLAS ENTORNO AL CASO

Clemente Aguirre Jarquin junto al abogado Joshua Dubin, después de haber sido exonerado de toda culpa. (Foto Innocence Project Staff)

En la mañana del 17 de junio de 2004, comenzó el desenlace de la historia del hondureño que permanecía escondido con mucho temor en el remolque en el que residía, cuando fue interrogado por la policía, Aguirre informó inicialmente que no sabía nada sobre los asesinatos; en ese momento, él estaba consiente que era un inmigrante de Honduras, aunque sin antecedentes penales, aun si temía ser deportado de los Estados Unidos.

Ese mismo día, más tarde, pidió volver a hablar con la policía y reveló voluntariamente que había estado en el remolque esa misma mañana y había descubierto los cadáveres, que tomó el cuchillo por temor a que el criminal estuviera presente, pero después la arrojó al patio.

Aun habiendo dicho la verdad de lo sucedido, los oficiales lo arrestaron ese día y lo acusaron de manipular evidencia. Siguió siendo una persona de interés y estuvo detenido sin fianza hasta que fue acusado, diez días después de doble asesinato, informó la defensa.

En el juicio de 2006, el caso de la Fiscalía fue circunstancial y débil. Presentaron pruebas limitadas de ADN de que la sangre de Cheryl Williams estaba en la ropa y zapatos del hondureño (que él mismo entregó voluntariamente a la policía) y evidencia de que había manipulado el cuchillo tal como les relató el mismo día.

La organización Innocence Project relató que hubo más de 150 manchas de sangre que fueron fotografiadas y tomadas de la escena del crimen, pero ni la Fiscalía ni el propio abogado defensor (anterior a ellos) intentaron que se hiciera una prueba de ADN a ninguna de ellas.

Brenda Jarquin, hermana menor de Clemente todavía está a la espera del reencuentro en Honduras con el hombre de fe y esperanza como lo han llamado todos en la familia.

Esas manchas de sangre no probadas, cuando finalmente se sometieron a un análisis avanzado de ADN durante las apelaciones de Aguirre, finalmente excluyeron al hondureño y señalaron repetidamente a Samantha Williams como la fuente, incluidas ocho manchas de sangre en áreas de alto tráfico y a pocos centímetros de la sangre de las víctimas, evidenció la nueva defensa del hondureño.

Lamentaron que tampoco el abogado de primera instancia de Clemente Aguirre llevó a cabo ninguna otra investigación forense. No contrató a expertos forenses, no realizó una sola prueba de ADN ni examinó ninguno de los 197 elementos de evidencia que se recopilaron en el caso.

Cuando se le preguntó en las audiencias posteriores a la condena de Aguirre por qué no lo había hecho, el abogado del juicio se burló de la idea de contratar a un «susurrador de sangre de Las Vegas CSI»; incluso aunque no lo hiciera, eso significaba que no tenía pruebas para corroborar la afirmación de inocencia de Aguirre, reveló Innocence Project entorno al expediente de Clemente.

El abogado tampoco investigó si había sospechosos alternativos. En consecuencia, aunque la evidencia presentada en el juicio fue consistente con la versión de los hechos de Aguirre, fue condenado. Luego fue condenado a muerte, aunque el jurado no fue unánime en su recomendación en ninguno de los casos.

«Hoy es la culminación de años de arduo trabajo para ayudar a liberar a un hombre inocente del corredor de la muerte», dijo Lindsey Boney, abogada de Bradley Arant Boult Cummings LLP, quien argumentó la exitosa apelación de Aguirre ante la Corte Suprema de la Florida y dirigió a su equipo de nuevo juicio.

“Además de las nuevas pruebas de ADN, el coraje de las personas de la vida cotidiana que se manifestaron, incluso en el último mes, con información crítica, desempeñó un papel importante en revelar la verdad de la inocencia de Aguirre. Este caso es un claro recordatorio de que todos deberían estar profundamente preocupados de que personas como Aguirre deban recibir una representación legal adecuada, especialmente cuando el castigo final está en juego”, expresa la organización defensora.

El Proyecto Inocencia comenzó a trabajar en el caso de Aguirre en 2011 cuando el Asesor Regional de Capital Colateral-Región Media solicitó asistencia para buscar pruebas de ADN de más de 84 piezas de evidencia no probada previamente. Resultados excluidos de forma inequívoca de Aguirre.

SAMANTHA WILLIAMS SIEMPRE DIJO QUE ERA LA ASESINA

Tanto la hermana como la madre de Clemente, sobrinos a quienes no conoce personalmente, amigos y vecinos, siguen contentos por la justicia milagrosa obtenida.

La organización Proyecto Inocencia, reveló que en una audiencia probatoria en mayo de 2013, los abogados de Clemente Aguirre presentaron evidencia adicional que inculpaba a Samantha Williams, incluida la evidencia de que ella había hecho múltiples declaraciones, una de las cuales fue capturada en un video de la policía, sugiriendo su propia culpabilidad por los asesinatos y revelando que ella y su madre Tuvo una relación conflictiva y una acalorada discusión la noche de los asesinatos.

En 2016, después de que los abogados de Clemente Aguirre presentaran pruebas adicionales ante el tribunal, la condena y la sentencia de muerte de Aguirre finalmente fueron anuladas. La Corte Suprema de la Florida resolvió por unanimidad que las nuevas pruebas de ADN se unieron a las confesiones de Samantha Williams de que ella cometió los asesinatos «debilitando sustancialmente el caso contra Aguirre» que el único «resultado es una duda razonable en cuanto a la culpabilidad de Aguirre».

Catorce abogados que anteriormente se habían desempeñado como fiscales o abogados de apelación del gobierno en casos de pena de muerte en Florida y a nivel nacional presentaron un escrito de amigo de la corte en apoyo de la apelación exitosa.

Sin embargo, a pesar de la decisión de la Corte Suprema del Estado y la nueva evidencia que demostró de manera abrumadora que Aguirre no cometió los delitos, el Estado decidió una vez más juzgar a Aguirre y buscar la pena de muerte.

La semana antes de que comenzara el nuevo juicio, el juez retirado del condado de Seminole O.H. Eaton, el juez que originalmente condenó a muerte a Aguirre, se adelantó y le dijo al Orlando Sentinel que la nueva evidencia de la inocencia de Aguirre era preocupante y convincente, y que si hubiera sabido de esa evidencia en 2006, lo más probable es que haya anulado el veredicto del jurado.

El equipo del nuevo juicio de Aguirre incluyó una serie de abogados dedicados, muchos de los cuales donaron su tiempo probono para asegurar su exoneración.

Estos incluyeron a Joshua Dubin, Lindsey Boney, Dylan Black y Brooks Proctor de Bradley Arant Boult Cummings LLP en Birmingham, Marie Parmery, Jeffrey Horowitz y Frank Bankowitz.

Además, durante dos años previos al nuevo juicio anticipado de Aguirre, Michael Banks, David Dziengowski, Alison Tanchyk y Michael DiGiovanni. Durante los procedimientos posteriores a la condena y la apelación después de su sentencia de muerte en 2006, Maria De Liberato, Lindsey Boney, Nina Morrison,Marie Parmer; Ashley Burkett, Julissa Fontan, de CCRC-Middley De Liberato y Morrison. (Saraí Alvarado)

DATO:

Al menos cinco hondureños condenados a muerte continúan presos en cárceles de Estados Unidos:

  1. Denys Humberto Zelaya Corea, conocido como Carlos Manuel Ayestas preso en Texas, por los delitos de: Asesinato, felonía y robo. Este caso también está en apelación.
  2. Manuel De Jesús Andrade González, acusado por el delito de homicidio en primer grado y tentativa de muerte con lesiones graves. Está a la espera del juicio final.
  3. Mario Enrique Morales Montes, alias Johnny Morales, condenado a muerte en el Estado de California por el delito de asesinato. Está en apelación.
  4. Edgardo Sánchez Fuentes, acusado de asesinato y robo. Está en apelación.
  5. Seburt Nelson Connor, condenado a muerte por el delito de doble homicidio en primer grado, secuestro y asalto.