Una pausa en el camino

Por Rafael Jerez Moreno

Arribamos a Santiago de Compostela el domingo 20 de octubre. Nos preparábamos para almorzar mientras accedía a la red inalámbrica para poder navegar en mis redes sociales. La noticia sobre la caravana de migrantes había explotado en los medios de comunicación; momentos así me recordaron el motivo de este viaje, un para qué denominado Honduras…

El viaje inició hace cuatro semanas, junto con treinta y un jóvenes latinoamericanos de dieciséis nacionalidades, he compartido momentos inolvidables llenos de alegría y profunda reflexión. Desde la cuarta revolución industrial hasta el transhumanismo han ocupado nuestras agendas en las actividades académicas, así como sendos pasajes de risas y acalorados debates durante los almuerzos y las cenas, todos con un objetivo en común, el retorno hacia nuestras tierras natales para empujar desde el servicio público al desarrollo de Latinoamérica.

Caminar tranquilamente por las calles, disfrutar de una tarde en el parque, salir a correr temprano por la mañana, disfrutar durante las noches sin preocupación alguna; actividades que hemos podido disfrutar durante estos días, que formarían parte de nuestra vida con cierta normalidad, sin embargo, son un privilegio que no todos tenemos y que ciertamente añoramos. La vida me colocó en este camino, en el que he compartido una infinidad de risas con las ocurrencias de Mateus, Giovanni, Inés, Julio, Daniela, Sol, Macarena, Danilo y Martina; he aprendido de la tranquilidad de María Paula, José, Mauro, María José, Ana Laura y Paola; del trabajo en equipo de Margareth, Carlos, María, Natalia y Guillermo; los debates nocturnos entre Andrea y Alfredo, del optimismo de Isabella, Johanna, Rayane, Bibiana, Abigail y Santiago; y, de los aportes de Ahmed, Anthony y Jason. Al inicio éramos desconocidos, nos identificábamos acorde a nuestro país de procedencia únicamente, ahora somos amigos y amigas, pertenecientes a un solo continente y a una misma causa…

No somos tan diferentes como pensábamos, nuestras miradas se fijan entre sí mientras sonreímos cuando conversamos y conocemos el status quo de ciertos aspectos de nuestros países.

Podría quedarme aquí contándoles más sobre este viaje, pero el camino debe continuar… regresaré a Honduras para entregarme a ella, teniendo no solo la prosperidad de mi país como causa, sino también la contribución al resurgimiento de la verdadera democracia en Latinoamérica… mi hogar.

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