Fútbol del motoball, una combinación extrema

El motoball es un deporte que exige mucho a los «pilotos», es necesaria una gran resistencia física y sentido del equilibrio para no caer al suelo en los fuertes encontronazos que se producen durante los partidos.

Hoy, el equipo número uno del mundo de motoball es el Metallurg de Vidnoe, nombrado en honor de la fábrica de acero de la que procedían sus jugadores. El Metallurg es básicamente la cantera del combinado nacional ruso, ya que es el equipo más laureado internacionalmente y del que históricamente proceden las grandes estrellas rusas del fútbol sobre dos ruedas.

Los hombres del Metallurg han ganado el título nacional todos los años desde el año 2000 y el equipo nacional ha levantado el trofeo continental ocho veces en los últimos diez años.

El motoball nació en Francia a principios de la década de 1930 y rápidamente se extendió a través del continente y llegó a la URSS a finales de la década. La fuerte motorización e industrialización de la economía soviética del momento, hizo posible esta simbiosis entre hombre y máquina aplicada al deporte rey.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el motoball soviético prosperó dentro de la vasta red de clubes paramilitares en todo el país. Como resultado, la URSS ganó 14 de las 22 copas europeas celebradas antes de 1985.

¿Cómo se juega?

En este deporte, los jugadores usan motocicletas de motocross de entre 52 y 57 caballos de potencia, pero las monturas no son lo único que diferencia al fútbol del motoball ya que tanto el terreno de juego como el esférico tienen diferencias notables.

El campo es una superficie plana y rectangular con dimensiones variables (45 – 80 metros de ancho por 90 – 120 de largo), pudiendo ser de césped, tierra o cemento. Las porterías, situadas en cada fondo, tienen unas dimensiones de 7,30 m de ancho por 2,45 m de altura.

El esférico es totalmente diferente al clásico cuero del balompié, se trata de una pelota que pesa alrededor de un kilogramo y mide 40 cm de diámetro; casi el doble de grande que la original.

Cada partido consta de cuatro tiempos de 20 minutos. Los jugadores deben conducir el balón con cualquier parte del cuerpo (salvo los brazos) o de la motocicleta con el fin de hacerlo entrar en la puerta contraria.

Normalmente, cada equipo consta de cuatro jugadores más un portero, que además es el único que no va en moto. Además de los jugadores, el cuerpo técnico está formado por dos mecánicos que se encargan de poner a punto los vehículos.

Los partidos son dirigidos por dos árbitros situados cada uno en una de las mitades del terreno de juego y son asistidos por dos jueces de línea. Por lo demás, este excéntrico deporte se juega en un campo de fútbol, ​​con la misma normativa.

En los descansos de cada encuentro, los mecánicos ponen a punto las motos para afrontar el resto del partido con éxito. El motoball es un deporte en el que las motos sufren mucho debido a los constantes encontronazos, caídas e incluso atropellos que provocan acaloradas discusiones y tanganas sobre el terreno de juego.

Los mecánicos son los responsables de ajustar cada moto a las particularidades anatómicas de cada jugador, y diseñan los estribos que hacen posible la conducción del balón mientras pilotan, por lo que contar en la plantilla con mecánicos rápidos y habilidosos se vuelve crucial en un deporte como el motoball.

Dada la peligrosa naturaleza de este deporte, hay que tomar medidas para proteger a los guardametas, los únicos que no van en moto. Estos vehículos pueden alcanzar velocidades de hasta 80 kilómetros por hora, así que, para evitar atropellos, los demás jugadores no pueden entrar en el área del portero.