Peculiar transformación: de país anónimo y recóndito, a las primeras planas mundiales

Por Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación (Retirado)

Honduras ha sido esencialmente un país en donde casi no pasa nada, la tradicional y típica república bananera, tal como lo describe O ‘Henry en su novela “De repollos y reyes”. Unos que otros hechos, nos habían dado un poco de publicidad como ser: la guerra de 1969, la selección de fútbol del Mundial 82, los huracanes Fifí y Mitch; hoy en día reconozcamos algunas cosas buenas que destacar y que son imagen positiva: La belleza de nuestras islas en especial Roatán, nuestro café, la ciudad Maya de Copán, la canción Sopa de caracol y pare de contar. Algunos teóricos, hasta se aventuran a afirmar que las personas que vivimos en la faja tropical, somos lentos para pensar y actuar, simplemente por el calor y la humedad de estas latitudes.

Para inicios de los años 80’ Honduras todavía podía considerarse como un país de paz, nuestras hermanas repúblicas fronterizas, se encontraban en guerras ideológicas internas, mientras nosotros solo fuimos el comodín y refugio de unos y otros bandos combatientes. Sin embargo nuestra decadencia social y conflictividad comenzaba a gestarse; la transición de gobiernos militares a civiles se produjo sin mayores sobresaltos, es conveniente aclarar que dichos gobiernos, fueron en realidad un híbrido en donde siempre actuaron muchos políticos que oportunamente se acomodaban a las circunstancias.

No se trata de evaluar para culpar, muchos acusan a los gobiernos militares de todas nuestras desgracias, la década perdida le llaman otros, pero hay que reconocerlo, en esos tiempos había paz y seguridad y estos son dos ingredientes básicos para el desarrollo. El poder nubla la visión y años después, derivado de una promesa de campaña, se abolió el Servicio Militar Obligatorio, cometiendo uno de los peores errores estratégicos que se han dado y que marcó un giro en nuestra sociedad, este servicio debió ajustarse, actualizarse y mejorarse no abolirse; los políticos proponen y ordenan, pero los técnicos evalúan, planean y recomiendan, sumado a esto el agro no se atendió, los campesinos se vinieron a las ciudades …¡consecuencia!, los cinturones de miseria, fábrica de los denominados NI-NIS y producto adquirible para las pandillas y la delincuencia en todas las especialidades y dimensiones; estas anotaciones, son historia conocida, hay que sumar el tráfico de droga, lavado de dinero, varios gobiernos débiles y corruptos; lo que nos tiene y mantiene postrados como una sociedad enferma y violenta, susceptible y a expensas de políticos voraces populistas que lo único que desean es llegar al poder, solo por llegar. La mayoría de los medios y redes sociales, se han acomodado a esta situación, llevando el paso solo por protagonismo e intereses.

Desde los tristes acontecimientos del 2009, los cuales a conveniencia de algunos, se mantienen latentes, Honduras ha acaparado los titulares de los medios mundiales, recordemos que por ese entonces, fuimos catalogados el país más violento sobre el planeta, en el 2017, se produjo la reelección presidencial, proceso que vale recordar como avalado por todos los que participamos, sea como candidatos o electores. De nuevo acaparamos cámaras, plumas y micrófonos mundiales, ahora que estamos en medio de un proceso del éxodo masivo de compatriotas, quienes han caído en las garras de las aves de rapiña, creyendo que viajan a la tierra prometida, algo imposible, este hecho le ha robado cámara al grave problema venezolano, al nicaragüense, al Rocket man y hasta los serios problemas del medio oriente pasan a segundo plano. Es penoso ver a quienes se supone son talentosos líderes políticos, yendo a denigrar al gobierno en el exterior, montando campañas de odio, sin propuesta, pero sí con insulto y ofensa, hasta convocando al pueblo a la insurrección. Para evaluar las opciones actuales, no es necesario ser experto, entre ellos: hay uno que ya fue presidente, solo hay que recordar el pasado cercano, otro cuya única actividad de proyección conocida, es regalar harina, jabón, macarrones, etc. en un programa de TV, pero hay que reconocerlo; ellos dos tienen seguidores, los demás no son factores por ser impopulares; es importante destacar la gran imagen y posibilidades, del alcalde, de quien se habla poco, pero él hace campaña silenciosa con obras.

La solución para sanar este desastre, es conocida por todos, viene desde soportarnos unos con otros, comprender que Honduras es nuestra patria y debemos defenderla, amarla y respetarla, que el camino no es quitar al Presidente y ponerme yo, el que crea ser la solución que espere y participe; las elecciones ya se dieron, hay un gobernante en funciones, de lo contrario solo se prolongaría el problema, serían otros los que protestarían.

En fin, lo rescatable es que ahora que viajamos, las personas ya no preguntan, en dónde queda Honduras, ahora preguntan cómo está la guerra en el país. Dios primero y nos decidamos a cambiar esa imagen negativa, está en nuestras manos.

Ya basta con la cancioncita del candidato “out sider”, necesitamos un verdadero líder, que no tiemble ante las adversidades y que gobierne con los mejores ciudadanos, no con argollas, familias u advenedizos oportunistas. Quizá el estilo proyectado por Jair Bolsonaro sea la medida perfecta.