Adversarios internos y externos

Por Boris Zelaya Rubí

¿Quiere ser un político exitoso?: “…aborde el carrusel de la intriga con todo el poderío de un búfalo, atropelle y maltrate a quien se encuentre a su paso sin contemplación alguna. Arremeta sin piedad contra sus adversarios y sométalos con el resplandor de la intriga o la fórmula de la corrupción”.

Los adversarios internos, conformados por la oposición de izquierda, aliada con los ambiciosos de otros partidos, creen en aquel refrán popular: “en río revuelto ganancia de pescadores”. Los “consejeros”, llámese adversarios externos, no dudamos que estén coludidos con algunos magnates de la empresa privada, que se preocupan ante la posibilidad de perder los beneficios obtenidos en varios gobiernos, como retribución de sus aportaciones “electoreras”. Quieren descalabrar el gobierno actual, lo que nos haría caer en un retroceso de nuestra ya maltrecha democracia desde la sucesión del “tal Mel”.

La pérdida de tiempo (del diálogo) a beneficio de algunos o como parte de la estrategia destructora de la izquierda, era tan obvia que los nuevos descubridores de Honduras (los enviados) sin espejitos o cuentas de vidrio, trajeron sus fórmulas y señalamientos de las anomalías de nuestros sistemas electorales y “sepa Judas qué otras ocurrencias”, como si fuéramos un país convertido en un laboratorio experimental, donde los extranjeros pueden dar rienda suelta a sus sueños y realizar cualquier prueba, por descabellada que sea, para convertirse en nuevos conquistadores manejando, según ellos el poder tras el trono. ¡Pobres ilusos! Por sus propios intereses han llevado los procesos o conversatorios con una lentitud que desgasta y deteriora. ¡Seguirán de teloneros! Recibiendo aplausos de desayuno, almuerzo y cena ¡buen provecho! Con el dinero que gastan por su permanencia podría hacerse diariamente una casa para los pobres. “El súper crecimiento económico… solo ocurrirá si hay buenas políticas económicas y estas solo se implementarán si el país es regido por gente sabia y honesta”. Mientras existan los pobres no se conseguirá que elijan conscientemente ¡venderán el voto!

Uno de los ambiciosos solapadamente quiere volver al poder y sabe que solo puede hacer la patarata de oposición, porque su ego le pide a gritos apoyar la reelección. Otro necesita tiempo para recoger más firmas e inscribir su nuevo partido y los que no tienen opción recurren a la creación de pleitos fantasmas o inventados, señalando errores del gobernante con un “lenguaje cantinflesco y modosito…” en fin, hasta los que no arrastran ni el voto de su servidumbre (ellos los conocen más) creen que levantarán su perfil, cuando al ser entrevistados responden a las preguntas con exabruptos, gritando: ¡Que se las harte! ¡Que se las harte!

Quieren aupar las acciones de los nuevos conquistadores, abriendo “cajas de pandora”, dañando honras a diestra y siniestra, sin importar que los señalados después resulten inocentes. Los modernos verdugos, sin pruebas concluyentes constituyen un peligro. Como ya dijimos anteriormente, a los “cómplices” de los analistas extranjeros se les cae la baba por un cargo gubernamental, sin importar que sean de partidos contrarios y únicamente conocidos a través de los medios.

Los mensajes de los aspirantes al poder están llenos de prejuicios, sostenidos en base a noticias deformadas y juicios sin fundamento. Haciendo gala de la costumbre de engañar con promesas fantásticas, entre ellas la de convertir en carne de presidio a los adversarios ¡Todos tratan de influir de maneras diversas para su propio provecho, creando falsas esperanzas, inclusive prometiendo acabar con la pobreza de un solo pencazo o gritando (según el auditorio) que eliminarán las terribles desigualdades sociales, justificando su inevitable fracaso en una verdadera amenaza para nuestra democracia, como bien dicen: En política, el apasionamiento no tiene límites. Sus seguidores se emocionan y les aplauden frenéticamente aunque el contenido sea el mismo en todos los discursos.

Manifestamos nuestro sentimiento de pesar por la partida a lo ignoto del buen amigo y excelente columnista, doctor Gaspar Vallecillo. Que el Señor reconforte a sus familiares y amistades.

De rodillas solo para orar a Dios.