Entre aplausos y cañonazos despiden a Suazo Córdova

No fue una tarde aciaga, ni mucho menos lúgubre. En la ermita de la virgen del «Perpetuo Socorro” fue un atardecer con cielo despejado y con ambiente melancólico por partir hacia lo ignoto el patriarca del Partido Liberal, el expresidente Roberto Suazo Córdova.

La iglesia del Perpetuo Socorro, de la ciudad de La Paz, La Paz, se edificó 38 años atrás, precisamente en el mandato de quien en la noche del pasado sábado fue velado, el expresidente Suazo Córdova.

Como en sus tiempos de gobernante (1982-1986), la ciudad de La Paz estuvo agitada por la visita de exfuncionarios, amigos y correligionarios de todo el país, de quien en vida fuera Rosuco, como popularmente se le conoció.

Al despedir a Suazo Córdova de la iglesia Perpetuo Socorro, el coro entonó la famosa melodía: “De colores se visten las flores” y la canción famosa del brasileño Roberto Carlos: “Tú eres mi hermano del alma realmente el amigo”.

INTERIOR INSUFICIENTE

El interior de la ermita «Perpetuo Socorro», ubicada en la colina más alta de la cuidad de La Paz, resultó insuficiente para escuchar por los presentes la misa de cuerpo presente del expresidente Suazo Córdova.

Pero los amplios patios de la ermita acogieron a cientos de personas de distintos puntos del país y de la misma ciudad paceña para dar el último adiós, a quien fuera el primer gobernante de la era democrática del país.

Fue notorio que las primeras filas de las bancas de la ermita estuvieran copadas por oficiales activos de las Fuerzas Armadas, quienes fueron acompañados por el héroe nacional, Enrique Soto Cano, quien fue vecino en la ciudad de La Paz del extinto Suazo Córdova.

El ulular de las sirenas de las patrullas de la Policía y del Cuerpo de Bomberos y la banda musical se escuchó por las calles y avenidas de La Paz, que fueron testigos de las miles de personas que fueron a despedir a Rosuco.

APLAUSOS Y QUEMA DE PÓLVORA

Y mientras en los amplios patios de la ermita los amigos, exfuncionarios y correligionarios de Suazo Córdova recordaban sus anécdotas, su legado y la forma cómo dirigió la campaña del Partido Liberal, que le llevó al sillón presidencial, comenzó la quema de pólvora, algo que siempre caracterizó las reuniones en las que Suazo Córdova era el protagonista principal.

Al despedirlo del santuario, el coro entonó la famosa melodía: De colores se visten las flores y la canción famosa del brasileño Roberto Carlos: «Tú eres mi hermano del alma realmente el amigo…”.

Enseguida la Banda de las Fuerzas Armadas entonó el Himno Nacional y luego, por en medio de una valla, que le hicieron afuera de la iglesia al féretro de Suazo Córdova, empezaron los sonoros aplausos, cuando iba al vehículo funerario que lo transportó hacia el cementerio de La Paz.

El ulular de las sirenas de las patrullas de la Policía y del Cuerpo de Bomberos y la banda musical se escuchó por las calles y avenidas de La Paz, que fueron testigos de las miles de personas que fueron a despedir a Rosuco.

Durante el recorrido por las calles y avenidas de La Paz, los paceños salieron de sus casas y se incorporaron a la procesión que llevó el féretro del hijo predilecto de esa ciudad, que siendo gobernante la llevó a mejores estadios de desarrollo.

Fueron miles de personas que le dieron el último adiós a Suazo Córdova. El acceso al cementerio también resultó pequeño para permitir el paso fluido de quienes fueron a darle el último adiós a Suazo Córdova.

El pueblo de La Paz se volcó para darle el último adiós a su hijo predilecto, el expresidente Suazo Córdova.

19 CAÑONAZOS

Fue tanta la multitud que llegó a despedir a Suazo Córdova, que las fuerzas del orden tuvieron que cerrar los portones del cementerio paceño para evitar el ingreso de más personas.

Como exmandatario, a Suazo Córdova, previo a su entierro, se le despidió con 19 cañonazos, acompañados del vuelo de aviones que surcaron el cielo para despedir al hijo predilecto de los paceños.

De igual forma, en el instante que los aviones tucanos surcaron los cielos, una manada se golondrinas, como en señal de adiós, también sobrevoló el cementerio donde se le hacían las honras fúnebres a Suazo Córdova.

Las Fuerzas Armadas, a través de sus jerarcas, leyeron acuerdos de duelo y le entregaron a Julián Suazo, hijo de Rosuco, la Bandera de Honduras, que arropó el ataúd del expresidente.

El cementerio donde se enterraron los restos del expresidente paceño resultó insuficiente para que ingresaran las personas que le acompañaron en sus exequias.

El diputado liberal de La Paz, Rosario Tejeda, el coordinador del gabinete de gobierno Luis Suazo y el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, René Fonseca, hicieron uso de la palabra para exaltar la memoria de Suazo Córdova y darle el último adiós.

Julián Suazo, el hijo de Rosuco, al momento de dirigirse a los presentes para agradecer los gestos hacia su padre, se llenó de melancolía y con su voz quebrantada y sollozando, dijo ¡no puedo!

Enseguida, la banda musical entonó la canción memorable de los liberales; ¡ganaron los liberales y otro fue el presidente! Lo que de inmediato arrancó vivas y sonoros aplausos.

Luego se procedió a enterrar el cuerpo de quien en vida fue el primer presidente de la era democrática del país, Roberto Suazo Córdova (QDDG).(Por: Javier Sánchez / Fotos: Omar Banegas)

Con 19 cañonazos y el vuelo de aviones tucanos de la Fuerza Aérea Hondureña, se le rindieron honores póstumos al expresidente Suazo Córdova.
Julián Suazo, el hijo de Suazo Córdova, recibe la Bandera Nacional que arropó el féretro del expresidente por parte del jefe del Estado Mayor Conjunto, René Fonseca.
Con la bandera del Partido Liberal, que lo llevó al solio presidencial para el período 1982-1986, fue sepultado ayer en el cementerio de La Paz, La Paz, el expresidente Roberto Suazo Córdova.