Los hondureños celebraron con júbilo la bienvenida del Año Nuevo e iluminaron con luces pirotécnicas los cielos de las principales ciudades del país, en la tradición de quemar con pólvora las penas que dejó el 2018.
Familias bailaron al ritmo de la música navideña, compartieron comidas de la época, mientras hacían el conteo regresivo.
Al llegar las 12:00 la medianoche, se desató la alegría en los hogares con el brindis y el efusivo abrazo deseándose los mejores deseos para este 2019, esperando que la paz y el amor reine en todos los hogares.
Decenas de personas salieron de sus casas para saludar a los vecinos y compartir mientras observaban la quema de los años viejos que explotaron en vecindarios y calles.
En la aldea Germania, al sur de Tegucigalpa, no faltó la acostumbrada quema de monigotes, con figuras de personajes de la vida política del país, figuras internacionales y otros acontecimientos.
Uno de los “pichingos” ilustró al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien se pronunció contra el ingreso de migrantes a ese país norteamericano. Otros años viejos representaban al expresidente Manuel Zelaya Rosales, el excandidato presidencial Salvador Nasralla y el Presidente Juan Orlando Hernández.
En Germania, desde los primeros días de diciembre comenzaron a fabricar estos “pichingos” en la orilla de la calle para luego llenarlos con cohetes y tenerlos listos para esta fecha.
Propietarios de talleres de ebanistería amenizaron con música en un ambiente con familiares, amigos y vecinos de las comunidades cercanas.
Faltando escasos segundos para las 12:00 de la medianoche la multitud coreó la cuenta regresiva hasta que comenzó la “tronazón”, mientras se elevaban luces de bengala en todo el sector.
Todo finalizó con felicitaciones, abrazos y muestras de unidad de las familias para olvidarse por unos momentos de la crisis e iniciar el 2019 de manera positiva.
