Repatriados restos de buzo teleño que descubrió reliquias

Por: Ricardo Luján

TELA, Atlántida. La historia registra que el español Cristóbal de Olid descubrió la bahía de Tela en 1524, y de ahí muchos navegantes hispanos surcaron estas aguas y se suscitaron naufragios y hundimientos, algunos cuyas reliquias fueron halladas por el buzo teleño Mauro Fernando Carbajal. El “catracho” falleció en Estados Unidos y hace unos días sus restos fueron repatriados a Honduras.

Igual que las bravías aguas del Caribe en Tela, en tiempo de mar picado o tempestades, sobre sus aguas se registraron batallas entre navíos de la Corona de España y barcos de piratas o filibusteros y otros reinos, con cañonazos desde las costas o las mismas embarcaciones, y se supone que donde ahora se ubica el hotel Maya Vista, funcionó un fuerte de los españoles.

Cuando era un adolescente, en 1977, el recordado buzo teleño, quien tenía un grandioso espíritu aventurero y una pasión por el mar, se dedicó a explorar las costas, buceando con “snorkeling” y fue así como hizo el hallazgo de un ancla con tres eslabones.

El buzo teleño, Mauro Fernando Carbajal (a la derecha), acompañado por parientes, en una foto del álbum familiar.

NO FUE VALORADO

Desafortunadamente, por falta de cultura e ignorancia no se le hizo un reconocimiento y más bien fue amenazado con meterlo a la cárcel si no entregaba el instrumento náutico, porque era una reliquia nacional.

Según la historia, el ancla se la llevaron la señora Nieves de Urbizo y el señor Azis Salomón, ambos ya fallecidos, pero Carbajal, en su afán de seguir buceando, logró sacar del fondo del mar un cañón que también le fue decomisado por las mismas personas.

Con el paso de los años, el teleño siguió buceando en el mismo sector donde había encontrado ambas reliquias y logró hallar botellas de vino, cucharas y tenedores con la esfinge de la reina de España, trabajo que lo hizo en silencio para evitar que le siguieran explotando su sacrificio marino.

A pesar de que Mauro Carbajal residía en EE UU, siempre venía a su terruño que lo vio nacer para seguir explorando el mar. Quienes lo conocieron, lo recuerdan como un arriesgado aventurero con una enorme pasión por el mar.

Se supone que el cañón que logró sacar se encuentra en la ciudad de El Progreso, Yoro, y el ancla en Puerto Cortés.

A principios del pasado mes de diciembre, Mauro Fernando Carbajal falleció en la ciudad de Nueva Orleans, Estados Unidos, y sus restos fueron traídos, tal como él lo pidió, hasta Tela, donde descansa junto a los restos de sus padres.

Este cañón fue hallado por el buceador, bajo el mar, en Tela, pero se encuentra en la ciudad de El Progreso.
DATOS
De acuerdo a esta historia, ya hay teleños para organizar el Consejo Local de Cultura y el Consejo Regional para buscar la manera legal de recuperar las reliquias de Tela, vestigios de su propia historia, como el vetusto reloj que tuvo la antigua municipalidad y que se cree que se encuentra en la ciudad de Miami, Estados Unidos.
CON BANANERA
REPARÓ PILOTES DEL MUELLE
El buzo Mauro Fernando Carbajal supo destacarse en la compañía bananera Tela Fruit Company, buceando para la reparación de los pilotes del muelle y en sus faenas en el mar logró capturar enormes peces. También fue jefe de tropa de San Rafael de las Mataras, Scout Número 1 y un autodidacta, logrando graduarse en ciencias sociales en Estados Unidos; a la vez llegó a formarse como técnico de aire acondicionado.

Se casó con Glenda Portillo, con quien procreó seis hijos, 18 nietos y dos bisnietos, con un ejemplar amor hacia ellos. Sus padres fueron Fernando Carbajal Rodríguez y doña María Luisa de Carbajal, exalcaldesa de Tela.