Compromiso por la calidad educativa 1/2

Por Jaime Martínez Guzmán

En días recién pasados el Presidente de la República, abogado Juan Orlando Hernández, dio a conocer la concreción de un compromiso de su gobierno con diversos sectores de la vida nacional, con el objeto de elevar la calidad educativa, que es una necesidad ingente del sistema. Con ella se podrán potenciar una sólida formación cognitiva, procedimental y actitudinal de los educandos y consecuentemente sus posibilidades de éxito integral para que sean, en el futuro, agentes contributivos del desarrollo económico y social que el país requiere.

En el lanzamiento del compromiso por la calidad educativa, el mandatario fue acompañado por representantes de los sectores involucrados. Además de autoridades educativas y de la Comisión de Transformación del sector, por dirigentes de los gremios magisteriales, de la sociedad civil, de la Asociación de Municipios de Honduras (AMHON), de asociaciones de padres de familia, de las universidades nacionales y de la cooperación internacional. Es propicio el momento de este compromiso, cuando se respiran aires de tranquilidad en el sector y cuando los dirigentes magisteriales tienen la oportunidad y la disposición de incorporarse, contributivamente, al mejoramiento cualitativo de nuestra educación.

De acuerdo con Clifton Chadwich, la calidad educativa significa “el logro de objetivos y metas valiosas, coherentes y pragmáticas en el marco de la eficiencia en sus procesos y de la eficacia en sus logros o productos, lo que debe ser consecuente con sus costos; todo lo cual sometido a evaluación confiable, pueda expresarse en términos medibles”.

Siendo la calidad educativa un conjunto de propiedades o condiciones que deben darse en el desarrollo del hecho educativo, cuya relatividad nos permite apreciarla en diversa gradualidad, desde la insuficiencia hasta la excelencia, apreciamos que en Honduras son indicadores notorios de la falta de calidad, entre otros los siguientes: altos índices de deserción, reprobación, repitencia y extra edad; bajo índice de escolaridad; la pobreza de conocimientos, destrezas y actitudes que los escolares demuestran de un grado a otro y de nivel a nivel; la desactualización metodológica y científica de los docentes, que es propiciante de aprendizajes rutinarios, memoristas y dependientes; falta de dedicación y responsabilidad de muchos docentes que no cumplen a cabalidad con el calendario escolar; insuficiente compromiso de los padres de familia en la complementación de la labor escolar; la insuficiencia de competencias profesionales de los egresados para el adecuado desempeño laboral, etc.

En un enfoque sistémico, el mejoramiento de la calidad y eficiencia del sistema educativo requiere de insumos o elementos de entrada tales como: adecuados edificios escolares, lo mismo que mobiliario y equipamiento didáctico suficiente; docentes responsables, capacitados, incentivados y comprometidos; currículo pertinente y textos de estudio relevantemente didácticos. La eficiencia de los procesos, se deberá objetivar en técnicas metodológicas y didácticas de enseñanzas dinámicas, que logren aprendizajes significativos; capacitación y actualización permanente de los docentes y evaluación sistemática y transparente del personal y de los educandos. La eficacia de los productos se debe concretar en: egresados suficientemente dotados de competencias cognitivas, procedimentales y actitudinales, sea para la continuidad de estudios o para desenvolverse adecuadamente en el ámbito social y laboral, satisfaciendo así las necesidades individuales y las exigencias de la sociedad.

Algunos de los aspectos que se han informado, comprende el Compromiso por la Calidad Educativa y son:

1.- Inversión significativa para mejorar la estructura de centros educativos.

2.- Concursos transparentes de docentes que garanticen la evaluación de méritos.

3.- Un mecanismo autónomo y efectivo de recepción y seguimiento de denuncias.

4.- Garantizar el cumplimiento de más de 200 días de clase.

5.- Complementar la transformación de las escuelas normales en centros de excelencia.

6.- Implementar las recomendaciones de auditorías externas y mapas de riesgo en los procesos de adquisiciones y contrataciones.

7.- Aprobar e implementar lineamientos para el uso de la transferencia municipal destinados a educación.

8.- Implementar planes de mejoramiento de institutos técnicos y escuelas agrícolas.

9.- Asignación presupuestaria para la implementación del Plan Estratégico del Sector Educación.

Es seguro que, en este Compromiso por la Calidad Educativa, tendrán consideración, sus cinco dimensiones: Relevancia, eficacia, pertinencia, eficiencia y equidad:

(1)- La relevancia que indica la trascendencia de la calidad educativa para el progreso de la persona y del país en diversos ámbitos: en lo económico, en la salud, en la ciencia, en el trabajo, en la cultura, etc. (2) La eficacia se refleja en el producto de la calidad educativa: una persona apta para desenvolverse en las diversas circunstancias de la vida. (3) La pertinencia referente a la adecuación y conveniencia de la calidad educativa a las circunstancias de tiempo y de lugar, congruente con la realidad. (4) La eficiencia en la correcta utilización y optimización de los recursos, procesos, procedimientos, técnicas y metodologías para alcanzar los productos deseados; todo conducente a la eficacia. (5) La equidad que se concreta en la justicia e imparcialidad que deben privar en la formación de los sujetos de la educación, sin discriminación de género, raza, posición social o económica, edad, etc.

(Continuará).

(*) Exsecretario de Educación