Amigo le advirtió a Sammy que no montara a “El Diablo”

DANLÍ, El Paraíso. Una tarde taurina en el municipio de Morocelí terminó en tragedia, al cobrar la vida del montador y vaquero Sammy Eduardo Sánchez. La madre del infortunado, Nieves Aída Arauz, asegura que el joven viajó a esa feria solo para saludar a unos amigos, “pero no era tu jornada para montar”.

Cientos de amigos y admiradores de Sammy han llegado a su humilde vivienda, con muestras de pesar y publicaciones en las redes sociales, mensajes, canciones y fotos de sus más memorables vivencias junto al buen amigo, quien destacaba en los redondeles desde hace cuatro años.

Arauz dijo sentirse orgullosa de las amistades que su hijo cosechó durante estos años y que pese a lo ocurrido, “respeto y seguiré respetando su pasión por las corridas de toro”.

“A mi hijo, desde niño, le gustaba eso de montar, salió del colegio y se fue a la Escuela Nacional de Agricultura en Catacamas, pero como no le salió la beca, se tuvo que retirar porque somos de escasos recursos y no podíamos pagar”.

La progenitora agregó que Sammy se integró a varios grupos de ayuda como los Rotarios, recaudaciones de dinero para la Fundación de Niños con Cáncer y otras más, “porque mi hijo no tenía vicios, nunca lo vi con un cigarro o una cerveza, decía que su vicio eran las corridas de toros”.

Vaqueros del Club de Rodeo Ana presentaron sus muestras de pesar.

“TAXIABA” PARA ESTUDIAR

“Mi hijo, vendiendo tenis y como conductor de taxi, pagaba la Universidad Politécnica y pues su pasión, que eran los toros, pasaba en práctica con su Club de Rodeo Ana, al que pertenecía, tenía cuatro años de estar en eso y yo me di cuenta un año después”.

“Respeté su amor por las corridas de toros, pero nunca lo miré, pero sí me dijo que este fin de semana iba a montar aquí, en Danlí, y me dijo que me iba a llevar. Él se fue a Morocelí, pero sin su equipo, porque no le tocaba a él montar esa noche”.

“Me contó un amigo de él, que le advirtió que no montara ese toro y Sammy le dijo que no se preocupara y se quitó el sombrero y se lo dio al amigo y le dijo que si algo le pasaba, que se quedara con el sombrero; el muchacho, desde Talanga, me lo vino a entregar, pero yo se lo regresé porque la voluntad de mi hijo era que él lo conservara”.

En Danlí aseguran que al toro que montó Sammy le denominan “El Diablo” y otros “el doctor”, porque a muchos los ha mandado al hospital. Ese toro tiene fama de bravío, ya que nadie ha durado sobre él más de cinco segundos.

Hay quienes ofrecen hasta 10,000 lempiras por permanecer 10 segundos sobre “El Diablo”, sin embargo, algunos dicen que Sammy ya en agosto había montado al toro y por eso sintió confianza de lograr una buena corrida. (CR)

LAMENTA PROGENITORA
“Se enamoró de un deporte peligroso”
La madre de Sammy, Nieves Aída Arauz, y su hermano mayor, Fredy Alberto.

La vivienda se ha llenado de amigos de Sammy e historias fantásticas de las montas y aventuras del vaquero que amó hasta la muerte el arte de la tauromaquia.

Hasta el lugar se hicieron presentes amigos montadores de diferentes zonas del país e incluso, el alcalde de Morocelí, quien ofreció sus muestras de pesar y oficializó la suspensión de las actividades de la feria, en memoria de Sammy Eduardo.

El vaquero deja dos hermanos, su compañero de juegos o su hermano mayor, Fredy Alberto y el pequeño de nueve meses a quien él le dio el nombre Santiago Josué.

“Fue un buen hijo, sin vicios ni problemas, se enamoró de un deporte muy peligroso y no responsabilizo a nadie, porque esa era su pasión, solo agradezco tantas muestras de cariño y solidadridad de sus amigos y hasta admiradores de mi vaquero”, dijo la madre, con tristeza.

Sammy creció en una familia muy humilde, trabajaba como taxista para pagar su universidad y en sus tiempos libres practicaba la monta y corrida de toros.
El montador y vaquero, Sammy Eduardo Sánchez.