Por: Valeriano Rosales Redondo (*)
(*) Experto en negocios de empresas familiares, escritor, conferencista y mentor.
Hace más de 2,000 años, decía Lucio Anneo Séneca: “Debes aprender mientras dure tu ignorancia”. En otras palabras, mientras dure tu vida.
FORJANDO SU CARÁCTER
Juan era uno de tres hermanos. Su padre había muerto cuando él tenía tres años y su madre le enseñó desde muy pequeño a trabajar, a ser ordenado, disciplinado y obediente; además, él por su cuenta aprendía a usar varios tipos de instrumentos, para su defensa personal. Cuando Juan estaba en la escuela, su prioridad era estudiar, y en sus tiempos libres se dedicaba a aprender cosas nuevas, por ejemplo: confeccionar pantalones, hacer camisas, y muchas otras cosas más.
Cuando Juan estaba en el colegio, estudiaba por la noche y trabajaba en el día, siempre inquieto, aprendió temas sobre electrónica y tallar madera. Cuando Juan había terminado su plan básico, una noche fue reclutado por un comando del ejército y llevado a una unidad militar. El día siguiente Juan se encontró con un amigo de la familia que estaba en el ejército y este le dijo muy discretamente, que, si él decía que no sabía leer y escribir, lo soltarían de inmediato. Juan pensó en la oportunidad que tenía para regresar a su casa, pero recordó las enseñanzas de su madre, no mentir (hablar siempre con la verdad), por eso, cuando le preguntaron si sabía leer y escribir, él les contó que ya había cursado su plan básico y que estaba próximo a ingresar a una carrera a nivel medio.
APRENDIENDO Y PONIENDO EN PRÁCTICA SUS CONOCIMIENTOS
Juan fue llevado al Primer Batallón de Artillería de su país, y ese primer día, muy temprano por la mañana se escuchó un grito: ¡reclutas levántense, a bañarse! Era el sargento Domínguez. Cuando Juan abrió la llave del baño, pegó un grito y se estremeció por lo helado que estaba el agua, ¡no se lo esperaba! Posteriormente Juan recibió una camisa, unos pantalones cortos, unas botas y empezó el proceso de enseñanza sobre las reglas y normas en el batallón, para luego empezar con el primer curso básico de Infantería. Había una condición y motivación para el recluta que obtuviera el primer lugar en ese curso: recibiría una fatiga y unas botas nuevas, además podía ir a bailar al club de tropa el fin de semana y comer lo que se le antojara. Juan se propuso obtener el primer lugar y lo logró con un 100%, tanto en la teoría como en la práctica y además por su buen comportamiento y disciplina. La dedicación de Juan en sus estudios y el conocimiento previo en el uso y manejo de armas fue fundamental, para lograr ese primer lugar.
Tiempo después de estar en el ejército, Juan hizo algo que nadie más en el batallón pudo hacer: el subcomandante del batallón, había sido invitado a una cena de gala y el saco destinado para asistir a la misma, se le había desprendido un botón y nadie sabía cómo pegarlo. Después de preguntar en varias barracas de soldados, un sargento, llegó corriendo hasta la barraca donde estaba Juan y preguntó si alguien sabía costurar y Juan de inmediato dijo que él sabía y el sargento se lo llevó corriendo donde el subcomandante. Juan lo saludó y procedió a pedirle el saco para saber, qué era lo que necesitaba y le dijo: necesito una aguja, hilo del mismo color del saco, una plancha, agua y una tela blanca. Dos soldados salieron corriendo a buscar lo solicitado por Juan; posteriormente Juan procedió a realizar su trabajo y pronto el problema estaba solucionado. El subcomandante ordenó a uno de los oficiales, proceder a tramitar un ascenso para Juan, de acuerdo a las normas establecidas, y se le diera un trato especial. A partir de ese momento la situación de Juan cambió totalmente, y en sus adentros se decía: ¡eso! ¡Así se pegan botones!
Dicen que el que tiene el conocimiento tiene el poder. Todo lo que tú aprendas, tarde o temprano te servirá. A veces con cosas muy pequeñas, se logran grandes resultados.
Te invito a que seas ordenado, disciplinado, dedica una dosis de actitud positiva, actúa siempre con la verdad; y por mucho que te cueste, conviértelo en un hábito.
valerianorosalesconferencista@gmail.com