Policía cree que el “Rey del Cachopo” mató a hondureña por accidente

ESPAÑA. La Policía Nacional cree que el “Rey del Cachopo”, detenido y encarcelado por matar a su pareja Heidi Paz, de 25 años, acabó con la vida de su novia de forma accidental en el piso donde ambos vivían, en la calle López Grass del distrito de Vallecas, el pasado verano.

Sospechan que, en una discusión, pudo golpearla o empujarla y provocar su muerte de forma fortuita. Unas hipótesis que podrían reafirmarse por el hecho de que el “rey del cachopo” ya había sido condenado por violencia machista por su anterior pareja.

También creen, siguiendo con ese hilo de las pesquisas, que el hombre se asustó y que luego descuartizó el cadáver, para lo que desplegó un plástico grande para no dejar manchas de sangre en el suelo. Luego, enterró parte del cuerpo y el cuchillo cerca de su domicilio. El torso, al ser más pesado, lo metió en una maleta y lo condujo hasta la nave de la calle Sebastián Gómez, en el distrito de Usera.

En el domicilio de Vallecas, los agentes de la Brigada de la Policía Científica encontraron hasta nueve vestigios o rastros que se están analizando y que podrían corresponder con el ADN de Heidi. Si eso se confirma sería otra prueba más para determinar el lugar del crimen y tumbar las declaraciones exculpatorias de Román, que sigue negando el asesinato de Heidi, que atribuye a una banda que le amenazaba.

Los restos biológicos hallados en el piso están en un rodapié del suelo, en un sofá, en un mueble del baño, en un tirador y en un armario del dormitorio principal.

El pasado mes de agosto se halló en un local que Román tenía alquilado en Usera el torso descuartizado de una mujer. Alguien había echado sosa cáustica sobre el tórax en el interior de una maleta con el objetivo de desintegrar el tronco. Desde siempre se sospechó que era el cadáver de su novia, un extremo que se confirmó el pasado mes de noviembre.

Días después se detuvo al “rey del Cachopo”, César Román, en un restaurante de Zaragoza donde trabajaba. Permanecía desaparecido desde mediados de agosto y se había marchado de Madrid ya que, según su relato, estaba amenazado de muerte.

Román ha contado a la Policía que el 13 de agosto le pusieron una pistola en la cabeza y que no denunció los hechos ya que entre las personas que le coaccionaban había gente con contactos policiales. El acusado sigue sin dar nombres, ya que mantiene que su familia está en riesgo, pero tampoco ha sabido explicar por qué si existía peligro para sus parientes huyó él solo dejándolos en Madrid y sin ponerse en contacto con ellos.

Entre los indecisos que lo incrimina está, el testimonio de un taxista que asegura que trasladó a Román a principios de agosto con una maleta hasta el local de la calle Sebastián Gómez que recientemente había adquirido el arrestado en régimen de alquiler para abrir un nuevo restaurante.

Fue allí donde a raíz de un pequeño incendio los bomberos descubrieron en una maleta el tronco de una persona en descomposición, ya que había sido rociado de algún químico, y al que le faltaban las extremidades, la cabeza y los pechos, que la asesinada llevaba con prótesis de silicona. Tres meses después, la Policía confirmaba que el torso correspondía a Heidi Paz, cuya familia denunció su desaparición el 23 de julio.

Apenas 24 horas después fue detenido su actual pareja en un restaurante de Zaragoza, donde con identidad falsa -se hacía llamar Rafael Rujano-, barba y más delgado, trabajaba desde hace dos meses como cocinero.

También hay numerosos vestigios que también delatan al empresario. El principal es que se ha descubierto una huella suya en uno de los dos botes de sosa cáustica que supuestamente empleo para pulverizar el cadáver.

La magistrada del Juzgado número 6 de Violencia contra la Mujer ha tomado declaración en las últimas semanas a testigos, médicos, bomberos, policías y familiares de Heidi Paz.

Las declaraciones siguen apuntalando la teoría policial de que Román acabó con su vida. Los forenses señalaron que el cuerpo fue descuartizado con el ánimo de transportarlo con más facilidad.

También determinaron que el cadáver fue depositado en la nave entre cuatro y seis días antes de su hallazgo.

La familia de Heidi Paz de momento sigue también a la espera de obtener el certificado de defunción por parte del juzgado que instruye el caso para poder enterrarla. La situación es desesperante para su progenitora, ya que no le entregan los restos de su hija, que sigue en una cámara frigorífica del Instituto Anatómico Forense.