Extradición: El azote del gobierno contra el narcotráfico

En contra de la oposición a la reforma constitucional, la figura de la extradición resultó ser la herramienta más efectiva del actual gobierno para combatir el narcotráfico y desarticular los carteles históricos de la droga que habían asolado el país durante muchos años, según un informe de la Secretaría de Seguridad.

Todo comenzó el 24 de enero del 2012 cuando el Presidente Juan Orlando Hernández, entonces titular del Congreso Nacional, impulsó la reforma al artículo 102 de la Constitución de la República para habilitar la extradición.

La sesión para aprobar la iniciativa se hizo en contra de la oposición política encabezada por el expresidente Manuel Zelaya Rosales y a puertas cerradas por temor de los congresistas a represalias del crimen organizado, según el informe.

Se recuerda asimismo que el proyecto inicial denominado Ley de Extradiciones enviado por la Corte Suprema de Justicia (CSJ) llevaba una «trampa» para imposibilitar las extradiciones por lo que la Cámara Legislativa decidió aprobar un Auto Acordado el cual entró en vigencia el 11 de junio del 2013 tras su publicación en el diario oficial La Gaceta.

Fue el propio Presidente Hernández quien advirtió que ese proyecto de ley de la CSJ, enviado días antes mediante oficio mediante oficio 310-2012, no sería aprobado por tener una “trampa” contra el Poder Legislativo, o sea, una forma sutil para que ningún hondureño fuera extraditado.

La “trampa”, según el documento, consistía en que el proyecto dejaba en manos de un juez de Jurisdicción Nacional la potestad de dar trámite a la extradición, quedando así sujetos a la interposición de recursos de inconstitucionalidad porque esa prerrogativa corresponde a la Corte.

A la par de la extradición, el Congreso presidido por Hernández aprobó leyes para hacer más operativa la referida figura, como la creación de la Policía Militar de Orden Público y la ley para la interdicción de vuelos irregulares sobre el espacio aéreo hondureño, ambas con el boicot de la oposición.

Al calor de la campaña política del 2013, el expresidente Zelaya, quien coordinaba el Partido de Libertad y Refundación (Libre) y postulaba como candidata presidencial a su esposa, Xiomara Castro, proponía que los militares volvieran a los cuarteles a pesar de la ola criminal que azotaba al país, y la crisis de credibilidad de los altos mandos de la la Policía Nacional.

A mediados de diciembre del 2015, Zelaya incluso dijo que presentaría una contrarreforma a la reforma del artículo 102 constitucional, con el fin de evitar la extradición de hondureños. “¿para qué abrieron la extradición los nacionalistas, sabiendo que estaba prohibida en la Constitución de la República?”.

Para el exgobernante, según el informe, “los hondureños debían ser juzgados aquí y eso nos obligaba a nosotros a reformar todo el aparato de justicia hondureño, para que aquí hubieran garantías, pero como no quisieron reformarlo”, subrayó en esa oportunidad, Zelaya.

CAIGA QUIEN CAIGA

Por su parte, el Presidente Hernández sostuvo desde un principio “caiga quien caiga” y “nadie está por encima de la ley” y así lo ratificó, el pasado martes 26 de febrero del 2019, ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).

“Nunca pensé que en mi lucha para liberar a Honduras de los grupos criminales iban a ser afectadas personas a quienes conozco, pero así fue, y si yo tuviera que tomar la decisión de nuevo, haría exactamente lo mismo, sin dudas ni pausas”, expuso.

“Si yo tuviera que decidir de nuevo de hacer todo lo necesario para hacer caer a Los Cachiros y a tantos otros grupos como los Valle Valle, el Negro Lobo, y muchos otros, tomaría exactamente las mismas decisiones”, agregó.

El gobierno de Hernández también le ha venido pidiendo a su homólogo de Estados Unidos, como país consumidor, y a los países productores, que acepten su responsabilidad compartida, aunque diferenciada ya que los países centroamericanos son víctimas de un tráfico despiadado y de la violencia irracional que este tráfico genera.

Desde 2006 han muerto de forma violenta más de 67,000 hondureños, es decir, más muertes que la guerra de Vietnam y la guerra de El Salvador, señala el documento. “Lo que para Estados Unidos es un problema de salud pública, para Honduras ha sido un problema de violencia extrema, de pobreza, de migración irregular, de fuga de inversiones, de ausencia de turismo”, indicó la fuente.

El informe de Seguridad también señala que la lucha contra la droga ha permitido salvar la vida de más de 45,000 hondureños y redujo del 79 a un 3 por ciento el tránsito de droga por Honduras hacia Estados Unidos, colocando a Honduras en la posición 12 entre los países puentes del narcotráfico.

LOS CACHIROS

El expediente resalta la desarticulación del cartel de Los Cachiros, una estructura criminal que asoló el norte de Honduras en complicidad con altos mandos de la Policía Nacional y políticos locales de todos los niveles.

“Fue el Presidente Hernández quien derrotó al grupo criminal más sanguinario de la historia de Honduras: Los Cachiros. Durante años habían operado sin mayores problemas, arreglándose con los funcionarios de turno”, subraya el informe.

El informe resalta que integrantes de Los Cachiros, entre ellos los hermanos Duvis y Javier Maradiaga, no fueron extraditados pero por presion del gobierno decidieron entregarse por su cuenta a la Agencia Antidroga Americana (DEA) para obtener rebajas en sus condenas.

ALIADO Y SOCIO: DEA

Honduras ha sido calificado como un aliado y el Presidente Hernández un socio confiable para Estados Unidos como lo demostró la reciente reunión entre los altos mandos de DEA y el administrador interino Uttam Dhillon.

Textualmente la DEA escribió en sus cuentas oficiales: “Al visitar EE UU, el Presidente hondureño Hernández se reunió con el administrador interino Dhillon para continuar desarrollando la relación con la #DEA, mientras trabajamos conjuntamente para combatir el narcotráfico. #DEA agradece a @JuanOrlandoH y espera continuar nuestra asociación con Honduras”.

Altos funcionarios estadounidenses, como el vicepresidente Mike Pence, embajadora ante las Naciones Unidas, Nikki Haley y el general John Kelly han elogiado también la fuerte alianza que existe entre Estados Unidos y Honduras en contra del crimen organizado, bajo el liderazgo del Presidente Hernández.

«Lo que hemos logrado hasta ahora es extraordinario, pero también reconocemos que hace falta más por hacer, hasta que recuperemos el país que queremos y la paz que nuestro pueblo merece» dijo por su parte el gobernante hondureño.