Cohep rinde homenaje al científico Marco Tulio Medina, un orgullo “catracho”

La exitosa vida y obra del científico hondureño, Marco Tulio Medina, fue reconocida ayer, por el sector empresarial del país, al considerarlo un digno ejemplo de sabiduría a seguir por las nuevas generaciones.

El presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Juan Carlos Sikaffy, hizo entrega del reconocimiento al neurocientífico, que ha recibido muchos premios, entre ellos el galardón “Caballero de la Legión de Honor”, de manos del mandatario francés, Emmanuel Macron.

Sikaffy recordó los años de colegio en el Instituto Salesiano San Miguel de Tegucigalpa, donde el homenajeado ya pintaba para “grande”, al ser considerado por sus compañeros como “sabio” por el hábito de la lectura.

“Fue un alumno al 100 por ciento, sus amigos más cercanos le llamábamos “el sabio”. Hoy nos sentimos orgullosos de haberlo visto crecer y destacar en la vida nacional e internacional; reconocer al doctor Marco Tulio Medina es hacer un homenaje a un hombre que ha dado su vida y conocimientos a servir en un campo tan noble como la medicina”.

SEMILLERO DE MÉDICOS

En la carrera dilatada de Medina se cuenta la creación del Postgrado de Neurología de la Univesidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), que se ha convertido “en semillero de futuros médicos”, contó Sikaffy.

Explicó que el reconocimiento es más que merecido para un hondureño que le ha dado orgullo al país, al ser uno de los científicos más destacados en otros continentes. “Nos hace una Patria grande”, resumió.

Medina recibió el galardón “con mucho agradecimiento”, al tiempo de proponer una alianza entre la iniciativa privada y la ciencia; “la unión puede tener una sinergia que permita desarrollar Honduras”.

“Nosotros debemos elevar el número de patentes en cualquier área y la empresa privada debe unirse a los jóvenes que están generando ideas, muchas veces consideramos que en nuestro país hay poco qué hacer”.

Pero en la práctica “es al contrario, ¡hay mucho por hacer!, está todo un espacio para resolver problemas nacionales específícos, pero particularmente creo que la sinergia del capital con las ideas generan riquezas para los países”.

“Muy agradecido a quienes me han otorgado este reconocimiento y más bien nos motiva a trabajar más en lo que me gusta: la investigación”, enfatizó. El galardonado considera que se puede ser exitoso en cualquier actividad, porque lo importante es trabajar con pasión y alegría, ya que lo demás llega por añadidura. “El éxito está en cada una de las labores que hacemos bien.

Ahí está el éxito, si hacemos nuestro trabajo bien, con honradez, con entereza, ese es el éxito, no es riqueza, tampoco es tener autos o grandes fortunas, el éxito puede ser interno, es el galardón del día a día”, puntualizó.

El doctor Marco Tulio Medina.

“Mi deseo es mostrar un camino a lo jóvenes”

Este día es un día especial en mi vida; agradezco a su presidente, Juan Carlos Sikaffy, y la Junta Directiva del Consejo Hondureño de la Empresa Privada por honrarme con este reconocimiento.

Deseo hablar de la Academia y cómo esta impactó en mi vida. El concepto de academia se inicia con Platón, en el año 384 antes de Cristo, quien inició en la “Akademos”, un espacio para impartir ciencias naturales, dialéctica y matemáticas.

Hace más de 39 años tomé la decisión de dedicarme a esa área, la Academia, al iniciar mis primeros pasos como instructor de Biología en las aulas de la UNAH. Posteriormente, en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNAH, se despertó en mí la pasión por la enseñanza y por la investigación.

Durante la carrera de Medicina quedé maravillado por el estudio del cerebro, su anatomía, su fisiología, sus manifestaciones cuando es afectado. Pero particularmente, se despertó en mí el deseo de poner todas mis energías para resolver los enormes enigmas de las enfermedades del sistema nervioso y con ello ayudar a mis pacientes.

EXTRAORDINARIOS MAESTROS

En Honduras tuve extraordinarios maestros, tanto en mi escuela, colegio y universidad, tal como Lila Pino de Noé, Alma Caballero, Carlos Nielsen, Edmundo Molina, Ricardo Madrid, Américo Reyes, Nicolás Nazar, Dagoberto Espinoza Murra, Octavio Sánchez, César Castellanos, Catherine Hoover, entre otros.

Aunque he de reconocer que mis eternos maestros fueron mi madre, Amparo Hernández, y mi padre, Marco Tulio Medina C. En 1987 salí de Honduras para hacer mi postgrado inicialmente en México. Luego en Francia y Estados Unidos.

Durante seis años trabajé bajo la tutela de grandes investigadores, entre ellos Julio Sotelo, Enrique Otero, Charlotte Dravet, Pierre Genton, Michelle Bureau, Joseph Roger y Antonio Delgado Escueta, inicialmente en el estudio de la neurología, luego neurofisiología y epileptología en la niñez, la adolescencia y la edad adulta.

Al regresar a Honduras, hace más de 26 años, me propuse seguir trabajando con mis maestros y crear un espacio para formar la siguiente generación.

Con mis maestros, particularmente de Francia y Estados Unidos, se estableció un vínculo de colaboración científica y amistad del cual persiste hoy. Con ellos, aun a pesar de las dificultades que uno puede encontrar en Honduras, tuve la oportunidad de vivir lo mejor de dos mundos.

Mi deseo, al contarles estas anécdotas, llevan el único afán de mostrar un camino sobre todo a los jóvenes, donde el respeto y gratitud a nuestros mentores debe prevalecer. Muy Agradecido al Cohep por este reconocimiento que recibo con humildad y alegría…¡Viva Honduras!