Riqueza y tragedia de la Nación Osage

OM
/
17 de febrero de 2024
/
03:38 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Riqueza y tragedia de la Nación Osage

Los asesinos de la luna”, de Martin Scorsese, basada en el libro “Killers of the Flower Moon: the Osage Murders and the Birth of the FBI” (Los Asesinos de la flor de la Luna: las muertes de los Osage y el nacimiento del FBI), de David Grann, publicado en el 2017, está ambientada en la Oklahoma de la década de 1920, y narra los asesinatos en serie de los miembros de la nación indígena Osage, después que se descubrieran grandes depósitos de petróleo en sus tierras.

 

Según relata el sitio BBC NEWS MUNDO, “Los periódicos de la época hablan de la exorbitante riqueza de quienes llamaban “los millonarios rojos”, que vivían en mansiones, vestían con pieles y joyas costosas, y empleaban a sirvientes blancos, rompiendo así con todos los estereotipos que se tenían de las naciones indígenas. Y muchos pensaron que los indígenas, que eran considerados “primitivos” y “salvajes”, no debían tener todo ese dinero y poder. A partir de aquí, muchos blancos se casaron con miembros de los osage por motivos siniestros”.

Lo cual se explica, porque “cuando el gobierno de EE.UU. asignó parcelas de tierra de Oklahoma a los osage, los miembros de la tribu conservaron los derechos a beneficiarse del petróleo, pero estos sólo podían heredarse, no venderse”, por tanto, “casarse con un osage por la herencia era una forma en la que los blancos podían hacerse con el dinero del petróleo”. Y fue así “que pronto los osage empezaron a desaparecer misteriosamente o a morir asesinados, uno tras otro”.

 

En su libro, David Grann, investigó a una familia particular. Y en concreto, a una mujer llamada “Mollie Burkhart, quien nació en territorio indígena en Oklahoma y hablaba el idioma osage. Luego de casarse con un blanco, se mudó a una mansión. Para entonces, los miembros de su familia fueron el principal objetivo de una conspiración para matarlos… Mollie tenía tres hermanas (Anna, Rita y Minnie) y una tras otra, fueron asesinadas. Una fue envenenada, otra murió a tiros y la tercera falleció en una enorme explosión”.

“Se trataba de toda una organización que conspiraba para obtener millones de dólares de los osage asesinándolos, y en la cual participaron médicos ayudando a envenenarlos; empleados de funerarias que encubrían los asesinatos; periodistas que se negaron a escribir sobre las muertes; agentes de la ley y el orden que fueron directamente cómplices en las muertes o indiferentes a ellas, porque se trataba de indígenas y al sistema no le importaba”, aseguró David Grann.

 

Estas muertes se convirtieron en uno de los primeros casos que investigó una oficina del Departamento de Justicia, que más tarde se llamó el Buró Federal de Investigaciones (FBI), dirigido por J. Edgar Hoover, y auxiliado en esta tarea por un ex Ranger de Texas llamado Tom White. “Los agentes entonces se infiltraron en la región y utilizando sus más modernas técnicas de investigación comenzaron a exponer una de las mayores conspiraciones de la historia de los Estados Unidos”.

A la cabeza del macabro plan identificaron a un hombre blanco llamado William King Hale, un rico terrateniente y ganadero que se hacía pasar como amigo y benefactor de los osage. Y a su sobrino Ernest Burkhart, a quien persuadió para que se casara con la indígena Mollie,

a quien, aprovechándose de su diabetes comenzó a envenenar lentamente mezclando en sus inyecciones de insulina, un veneno que silenciosamente le estaba quitando la vida, y de esta manera que Ernest pudiera heredar todos los derechos de las regalías de petróleo de la familia, compuesta por una madre y hermanas que ya habían fallecido a mano de los criminales.

 

La película, que cuenta la historia real, con partes de ficción, está protagonizada por dos habituales actores de Scorsese, Robert de Niro (como William King Hale), Leonardo DiCaprio (como Ernest Burkhart), Lily Gladstone (en el papel de Mollie), Jesse Plemons (es Tom White), y Scott Shepherd (como Bryan Burkhart). También encontramos los cameos de John Lithgow como el fiscal Leaward, y Brendan Fraser, como el abogado W.S. Hamilton. En una de las escenas finales del filme, se aprecia un inusual y llamativo programa de radio en el que Martin Scorsese tiene una efímera participación como productor de show radial, donde revela las consecuencias jurídicas del sonado caso.

Informando que “Ernest y Hale fueron declarados culpables y recibieron cadena perpetua. Ambos obtuvieron la libertad condicional después de años de encarcelamiento, a pesar de las protestas Osage ante la junta de libertad condicional. Byron (hermano de Ernest) no cumplió condena en prisión debido a un jurado dividido. ​ Los hermanos Shoun (médicos), que le dieron a Ernest el veneno para Mollie y estuvieron implicados en otras “muertes consumidas”, no fueron procesados por falta de evidencias. Después del juicio, Mollie se divorció de Ernest, se volvió a casar y murió de diabetes en 1937 a la edad de 50 años. Fue enterrada con sus padres, hermanas e hija. Su obituario no menciona los asesinatos de Osage”.

 

Mi opinión: Excelente adaptación cinematográfica con un reparto coral formidable, que en total lleva diez merecidas nominaciones al Oscar: Mejor película, Mejor director (Martin Scorsese), Mejor actriz (Lily Gladstone, extraordinaria revelación), Mejor actor de reparto (Robert De Niro), Mejor fotografía, Mejor montaje, Mejor diseño de vestuario, Mejor diseño de producción, Mejor banda sonora, y Mejor canción original “Wahzhazhe (A Song for My People)” por Scott George. Una pena haber dejado por fuera a Leonardo DiCaprio.

Más de Cine
Lo Más Visto