Queremos cambios, pero los queremos sin cambiar

MA
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5 de abril de 2024
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12:46 am
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Queremos cambios, pero los queremos sin cambiar

German Edgardo Leitzelar Hernández

Como introducción y más allá del título, la ironía es que los cambios siempre han existido, lamentablemente han sido cambios para ir a un estatus de disminución en lugar de uno de crecimiento, pues le hemos dado espacio a lo fácil, a lo barato a lo que no requiere esfuerzo ni disciplina.

Es importante valorar que la vida es simplemente compleja o complejamente simple, y mientras deseamos estabilidad la verdad es que, para tener esa estabilidad deseada, lo que necesitamos es cambiar una serie de conductas erradas, y en casi todos los espacios de nuestra hondureñidad. La esencia misma de la evolución a nivel personal se vuelve social, lo que implica reconocer que, si bien el mundo que nos rodea puede permanecer estático en muchos aspectos que son parte de su naturaleza, al final somos nosotros, con nuestras percepciones, capacidades, acciones y decisiones, quienes dirigimos el curso de nuestra propia realidad social. Es en este punto que vale la pena reflexionar acerca de cómo hemos moldeado y creado esa realidad de vida que tenemos en nuestra nación. Debemos valorar que desde el momento en que nacemos, comenzamos un viaje de cambios y desarrollo. Nuestra mente y nuestro cuerpo experimentan transformaciones físicas y emocionales, y circulamos por la vida estando siempre inmersos en procesos continuos de aprendizaje y crecimiento, desde la infancia hasta la vejez, enfrentándonos a desafíos, oportunidades y experiencias que moldean nuestra visión del mundo y nuestra comprensión de nosotros mismos.

La deconstrucción a la que nos hemos entregado nos lleva a olvidar y perder la perspectiva acerca de la importancia que tiene cada cosa, a lo que realmente es valioso, hemos olvidado que la mera posibilidad de tener alimento a diario es esencial, que tener un techo que nos resguarde también lo es, y por supuesto que tener la libertad de expresarse así como el hecho de aprender a hacerlo con el objeto principal de expresarnos bien, tener tolerancia, amor, compasión, apoyo, solidaridad, etcétera, valores que creo bien vale cada uno de nosotros reflexiones si en verdad viven en nosotros.

Llegar a definir si el pensar en nosotros mismos o el pensar en los demás lo es todo, sin olvidar que quizás hay muchos que no tienen el lujo de tener publicidad o meditar ya que simplemente carecen de espacios porque solo tienen tiempo para sobrevivir, mientras otros que si lo tienen lo usan solo para llenar a nuestra sociedad de ideas que dividen y nos conflictúan. Vemos como se manipulan términos, palabras y actos y además vemos desde la barrera como estas cosas son tomadas en consideración y se elevan a cargos que los convierten en delito o en esquemas legales donde la mayoría de personas terminan con la impresión de que la ley ha dejado de funcionar o nunca funcionó, y de pronto de manera aislada vemos que bajo una enorme publicidad se vuelve emblemático y llena todos los titulares  X caso que en realidad no se presentan como lo que realmente es, junto al saber que al mismo tiempo existen miles de situaciones similares que como carecen de visibilidad se convierten en una tortura para quienes lo viven, mientras los golpean las luces del que si tiene atención a lo suyo.

Paralelamente vale decir que la libre expresión, libre protesta y otros similares deben ser conservados ya que no deberíamos promover que porque alguien crea que un lenguaje o palabra especifica es insultante, la sociedad entera deba criminalizarlo, debemos evitar seguir coleccionando prejuicios, injusticias, resentimientos y otras cosas parecidas que nunca resolverán los supuestos problemas planteados, cambiar palabras o criminalizarán cada acto o expresión no es más que una válvula que va a ir creando una presión social que estallará de maneras negativas, pero educando y abriendo más y mejores espacios de discusión en lugar de pleitos, argumentación no censura y otras vías de esta naturaleza podemos llegar a destinos en verdad alcanzables y al final la palabra clave para controlar todo lo expuesto se llama respeto.

El cambio personal es la semilla de todo cambio en la sociedad, solo cultivando un crecimiento vigoroso y un desarrollo de los individuos podemos alcanzar desarrollos sostenibles en nuestro país. Cuando nos enfrentamos a circunstancias difíciles o adversas, tenemos la oportunidad de reevaluar nuestras prioridades, cada experiencia, ya sea positiva o negativa, nos ofrece lecciones valiosas que podemos utilizar para moldear nuestro carácter y cultivar una mayor comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Sin embargo, el cambio no siempre es fácil ni bienvenido. A menudo, nos aferramos a la comodidad y la familiaridad de lo conocido, resistiéndonos a abandonar nuestras rutinas y creencias arraigadas.

“CAMBIEMOS TODOS, PARA QUE CAMBIEMOS PARA BIEN”

Abogado laboralista independiente

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