¿HUESO DURO?

ZV
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6 de mayo de 2024
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12:34 am
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¿HUESO DURO?

ESTAMOS en mayo, y el 16 es la fecha tope para el pronunciamiento del Senado; cuando le tocará votar sobre el proyecto de ley de amnistía –que en la cámara de diputados se fue sin tocar tablita, ya incluidas las modificaciones exigidas por Junts de Puigdemont al proyecto original presentado por el PSOE– la joya de la corona con la cual la investidura de Pedro Sánchez –dando y dando– obtuvo el voto favorable de las formaciones minoritarias. Los independentistas –tal como lo advirtieron– que tienen al líder del PSOE del gañote –ya que sin sus votos no hay forma de aprobar presupuestos ni nada que pida el Ejecutivo– exigieron en la cámara reformar el texto para incluir más garantías de manera que pudieran acogerse a la amnistía, todas las personas –condenados y procesados, bien por terrorismo o traición a la patria– relacionadas con el próces. Ello, por supuesto, incluye al expresidente de la Generalitat –Carles Puigdemont– refugiado en Bruselas, incluso después de que el Tribunal Supremo haya decidido investigarle por un presunto delito de terrorismo por las acciones de Tsunami Democràtic.

Sánchez, quien al inicio sostuvo que el texto original beneficiaba a todos los involucrados en el próces –una vez que el gobierno quedó semiparalizado con la no aprobación de presupuestos– cambió de parecer optando por incluir más garantías en las negociaciones. (Todo esto sucedió antes de la sonada carta pública tanteando la dimisión, como reacción a las diligencias abiertas por el Juzgado de Instrucción de Madrid contra su esposa, por presuntos “delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios”. “Me urge –decía en la misiva– responderme a la pregunta de si merece la pena, si debo continuar al frente del gobierno o renunciar a este honor”. Al final de cuentas, después de tomarse unos días en reclusión para meditar, no dimitió. Seguramente –alusivo a la pose “victimista”– le caló la crítica de sus opositores que “ser presidente de España es un honor” y que “para llegar a ser presidente de España, uno tiene que llegar llorado”). Retomando lo del proyecto de amnistía que en marzo fue turnado al Senado, la mayoría del PP decidirá si se lo veta para devolverlo al Congreso en el Pleno del miércoles 8 de mayo o lo deja para la sesión del 14 de mayo, después de las elecciones catalanas del 12 de mayo. (Solicitados los informes a distintas instancias, los primeros en pronunciarse fueron los letrados del Senado, que “concluyeron que la proposición de ley de amnistía es inconstitucional en un duro texto en el que critican la tramitación y el fondo de esta norma, a la que denominan como “reforma encubierta de la Constitución”). Si la mayoría absoluta del PP en el Senado aprueba el veto –enmienda a la totalidad de la Ley de Amnistía– como seguramente sucederá, tendrá que volver al Congreso. Allá el gobierno y sus socios parlamentarios deberán pronunciarse sobre el veto para que se apruebe definitivamente en las Cortes generales.

En medio de todo este proceso de mandar y devolver legajos de papeles, la oposición política alega que ha habido un choque de competencias entre poderes, así que no se descarta que el PP eleve el conflicto de competencias al Tribunal Constitucional. (Si todo eso –entra el Sisimite– sucede en España, quién sabe acá ¿de qué se asustan? La leída amiga –alusivo a lo que decíamos “y si de símbolos alusivos al infinito se trata, los estudiantes ya no sacan aquel su periódico, “El Tornillo Sin Fin”–cuenta: “A mí me encantaba ver el Tornillo Sin Fin, a escondidas (en la casa de una amiga lo compraban) porque era “prohibido”. -Así ha sido y así será siempre –comenta Winston– solo es que prohíban algo para que la gente se interese más por ello. -Y a propósito –interrumpe el Sisimite– del lemniscato, del ocho tumbado, de la curva del diablo y otras curvas, ha caído en gracia eso que dijiste: Voy a idear mi propia curva –nada que ver con las “curvas” en que estás pensando– en forma de 8 echado –así como me toca esperar a mí mientras me sacan a pasear– para que me la acrediten, como “ocho con yo”. -Y no solo eso –ironiza Winston– es lo gracioso. Ya ves que los españoles son gallos para ingeniarse cómo rehabilitar tumbados en los juzgados con una ley de amnistía. Ah, y cómo, el que los rehabilita, sigue allí dando guerra porque es hueso duro de roer, para no dejarse tumbar. -Pero otro hueso duro –apunta el Sisimite– es Puigdemont).

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