EDITORIAL

ZV
/
6 de mayo de 2019
/
12:04 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
EDITORIAL

NO resultó el levantamiento de un pelotón del ejército, ni bastó la liberación de Leopoldo para disuadir al resto de los batallones alzarse en armas contra Nicolás. No hubo fractura en las filas armadas. Los generales se mantuvieron leales a las canonjías facilitadas por el régimen –manejo comercial de los recursos estratégicos del país– y no hubo tal insurrección como anticipaban. Tampoco el grueso de la población arriesgó el pellejo en la aventura. El golpe de efecto –cuando se vino abajo lo que debió haber sucedido– no cuajó. Guaidó atrincherado en la base aérea La Carlota, hizo hasta donde pudo, pero el amago fue reprimido. Si había algo más grande que las escaramuzas visibles, ¿qué fue lo que falló? Hay varias versiones sobre el fiasco.

Una de ellas es que los norteamericanos convinieron con altos cuadros del engranaje chavista –según reveló Elliot Abrams, (designado especial para Venezuela) con el ministro de Defensa, el general de la Guardia Nacional y el titular de la Suprema– la salida de Nicolás. Pero estos a la hora de las verdades se echaron para atrás. Ahora no saben si el ministro de Defensa estaba dentro de la conspiración o se hacía que cooperaba, mientras le informaba de todo a Nicolás. Han hecho trascender que en el momento cuando Padrino debía encontrarse con Guaidó, después de haber liberado a Leopoldo, para poner a su disposición las fuerzas del ejército, el general no llegó a la cita prevista. Se habla de un avión aguardando en la pista que presumiblemente llevaría a Nicolás a un exilio dorado. Agregan que su esposa –según versión brindada en el programa de Jaime Bayly– salió en un vuelo secreto en una aeronave facilitada por los rusos, con rumbo a una residencia de lujo que tienen en Punta Cana. Pero después del día del susto la Cilia reapareció en Venezuela en un acto público cantando al lado de Nicolás. (Estos suelen aparecer bailando y cantando mientras a los venezolanos se los lleva judas). En ese mismo programa especularon que el general habría puesto como condición sustituir a Nicolás en el poder dirigiendo él y no Guaidó el interinato. Esa condición, inaceptable para los norteamericanos, cambió todo el escenario. Si en realidad ello ocurrió, no saben si fue genuina o pretexto de último momento para descarrilar el plan. Alguna plática hubo, ya que el mismo Elliot Abrams, quien divulgó los nombres de los conspiradores, aseguró que al día siguiente apagaron sus celulares y ninguno respondía llamadas.

¿Los rusos serían los que también incidieron para persuadir a Nicolás a no abandonar el poder, o también negociaban la salida del dictador, bajo garantía que quien viniese les garantizaría los intereses en inversiones millonarias que tienen en Venezuela? Si algo o una parte de todo esto ocurrió, estamos en medio de una trama en evolución sobre la cual en cualquier momento tendría desenlace sorpresivo e insospechado. Lo cierto es que a la par –o más bien encima– de los altos mandos militares venezolanos hay cuadros paralelos de asesores y oficiales rusos y cubanos. Cuidando sus propios intereses en Venezuela. Así que resulta complicada una salida de Nicolás sin el concurso facilitador de Putin. Esa vía, la negociación con los mandos militares y los titiriteros, es la única otra opción a la intervención. Ya que se trata de un régimen sin escrúpulos. Que no amaga para mantenerse atornillado al poder. La calle que alienta Guaidó es importante, pero pacíficamente no van a botar a Nicolás. No sin que el ejército se le subleve. Con comunicados de la OEA y tibios pronunciamientos del resto de la comunidad internacional tampoco lo van a sacar. (Menos cuando AMLO ahora es neutral y secundado por el uruguayo quiere poner a platicar a Nicolás y a la oposición, a otra ronda como las anteriores que solo sirvió de tregua a la autocracia para volver a reprimir). Si hubo más en la intentona contra Nicolás que el chasco que es de público conocimiento, los días de Nicolás pudieran estar contados. Atentos a las purgas en los próximos días. Ello dará indicios relevantes. Si se tambalea o si se afianza.

Más de Editorial
Lo Más Visto