El último león del liberalismo

Por Octavio Pineda Espinoza(*)

OCTAVIO-PINEDAEn este lunes 18 de agosto recién pasado estaría cumpliendo sus 84 años mi padre, el profesor Rafael Pineda Ponce, ciudadano de larga e intachable trayectoria que brindó su talento, sus esfuerzos, sus mejores horas al engrandecimiento de la nación, de la institucionalidad democrática, del respeto a la Constitución de la República y a las leyes, de las cuales fue uno de sus padres, al continuo progreso y formación de la clase magisterial por la que luchó firmemente hasta hacer realidad el Estatuto del Docente, documento en donde se establecieron garantías para el magisterio así como altas responsabilidades, documento que ha sido trastocado y mal empleado a veces por los dirigentes magisteriales y a veces por las autoridades de la educación nacional.

Fue además el gran ideólogo del Partido Liberal desde el retorno de la democracia en Honduras en 1980, democracia por la que trabajó incansablemente hasta verla hecha una realidad y a la que afianzó en cada oportunidad que pudo como lo hacen los grandes estadistas, de igual forma defendió los principios doctrinarios del liberalismo así como la formación de cuadros, razón por la cual creó el Instituto de Educación Política Popular del Partido Liberal, impulsó a muchos candidatos a que fueran candidatos a la Presidencia y a que fueran electos como tales aunque al momento de llegarle el turno largamente merecido no fue acompañado ni apoyado por algunos de esos que hizo grandes, sin embargo,  el corazón de muchos y muchas ciudadanos y ciudadanas a lo largo y ancho de la Patria le llevan con afecto sincero, el afecto de los humildes, de sus congéneres,  el respeto y admiración de sus adversarios.

Prolífico en la escritura, en la palabra pero también en la acción es significativo mencionar que con su aportación se aprobaron el Código de la Niñez y la Adolescencia, el Estatuto del Docente hondureño, el establecimiento del Servicio Militar Voluntario, el Decimocuarto  mes de salario a los empleados públicos, Ley de la Comisión de Banca y Seguros, Ley de Instituciones Financieras, Ley de Fomento a la Producción, Ley de Protección a la Caficultura, Ley de Equidad Tributaria, Reformas a la Ley Marco del Subsector Eléctrico, Fomento a la Producción y Compensación Social, incremento presupuestario al Praf, reforma constitucional para la creación de la Policía Nacional, Nuevo Código Penal, elevación a la categoría de figura constitucional al Comisionado de los Derechos Humanos, Ley Orgánica de la Policía, Ley de Concesiones, Ley de Incentivos a la Actividad Turística, Nuevo Código Procesal Penal y muchas más que por espacio no menciono.

En la lucha cívica, electoral y partidaria siempre he señalado que existen halcones, leones y mapaches en la política, los últimos son aquellos líderes que han mantenido incólume sus principios y creencias a pesar que muchos otros se ven doblegados por las dádivas, las amenazas o los intereses, los que han protegido el legado liberal y le han dado nuevos espacios para que las nuevas y las futuras generaciones abreven del mismo, por eso, sus discursos, sus planteamientos doctrinarios, sus posturas cuando fue miembro del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal del que fue su presidente en tres ocasiones, sus contribuciones a la reforma de los Estatutos del Partido Liberal son el mejor reflejo de su lucha por revivir bajo el signo del liberalismo social al partido histórico del pendón rojo-blanco.

Tengo mucho más que decir sobre Pineda Ponce, necesitaré de un libro para tocar todas sus facetas, sus aportaciones, sus luchas, sus victorias, sus sublimes derrotas, para explicar las cosas que los necios y los miopes no entienden y que quienes entienden prefieren olvidar por la nefasta costumbre de los hondureños de no reconocer a sus grandes figuras, hay mucha material por revisar y escudriñar para establecer el legado completo de este “el último león del liberalismo”, en una época signada por falta de liderazgos reales, la proliferación de liderazgos mediáticos sin fundamentos filosóficos ni políticos firmes y serios, es la vida de este ciudadano que nos llena de orgullo a quienes le amamos, le conocimos y creímos en él, la que nos habrá de servir de norte en nuestras actuaciones presentes y futuras,  la que nos servirá para levantar la antorcha y pronunciar el verbo, la que nos sirva de numen para reconstruir a nuestro partido y a nuestra amada Honduras.

¡Feliz cumpleaños Rafael Pineda Ponce!

(*)Catedrático universitario, director del  Instituto de Estudios Económicos, Políticos y Sociales del Partido Liberal de Honduras