Un pedazo de lengua hizo justicia a mujer violada y asesinada

El 8 de agosto de 2016 el personal de la morgue judicial del Ministerio Público (MP) registró el levantamiento de un cadáver de una mujer en estado de putrefacción (de 2 a cuatro días de muerta), en un sector montañoso cercano a residencial El Tablón, sobre el anillo periférico, zona sur de Tegucigalpa.
Este hecho a simple vista apuntaba a uno más en contra de las mujeres por parte de un supuesto desconocido a quien no solo le bastó ultrajarla sexualmente, sino que golpearla y posteriormente quitarle la vida, tal como se continúan registrando femicidios acumulados en expedientes investigativos en la Policía Nacional, MP y otros miles que esperan justicia en tribunales de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Lo interesante de este caso, no solo fue que la misma víctima propició su rápida justicia en contra de su agresor, sino el acoplamiento de las investigaciones policiales con las investigaciones científicas de los médicos forenses del Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses del MP, quienes sustentaron el expediente para que los fiscales hicieran su trabajo legal.
Ángela Rosa Martínez Ávila (23), empleada doméstica, fue vista por última vez el 6 de agosto por habitantes de El Tablón en compañía de un guardia de seguridad, Tony Mauricio Martínez Grande (32), quien según agentes de la Dirección Policial de Investigación (DPI), la habría obligado a acompañarlo hasta la zona donde la mató, no sin antes saciar su “instinto animal” y violarla.
Pero lo que no imaginó Tony Mauricio Martínez Grande fue que su víctima haría todo lo posible por defenderse y entre manotadas e intentos de quitárselo de encima de su cuerpo, durante varios minutos de desesperación ante el ultraje y sufrimiento que estaba viviendo, agarró más fuerzas cuando su agresor posaba su boca sobre la de ella, fue ahí que la rabia le impulsó a utilizar sus dientes con extremada fuerza hasta lograr arrancarle un pedazo de lengua a su victimario.
Lo expulsó de su boca e intentó escaparse, pero no lo logró, un golpe fulminante en su cabeza le propinó el furioso violador.

La lengua cortada del victimario fue comparada con el pedazo que le quitó su víctima, el caso abarca un astuto trabajo de investigación policial y científica.
La lengua cortada del victimario fue comparada con el pedazo que le quitó su víctima, el caso abarca un astuto trabajo de investigación policial y científica.

USO DE LA CIENCIA EVITA FUGA

Tony Mauricio Martínez Grande intentó fugarse, le dijo a su empleador que renunciaba de su trabajo porque era amenazado por “mareros”, posteriormente acudió al Hospital Escuela Universitario en busca de ayuda por su lengua herida, la que aún le permitía hablar y mientras él era atendido como una supuesta víctima de la delincuencia, según su propio relato, el cuerpo inerte de Ángela Martínez lo delataba y poco tiempo faltaría para que los policías lo capturasen.
En la autopsia médico legal se escribió que el cadáver presentaba equimosis (moretones, golpes) en la región mandibular derecha y zonas antropofagia cadavérica (destrucción del cadáver por la acción de animales) en la cara y la pierna derecha. Se concluyó que la causa de muerte fue un trauma contuso directo con traumatismo craneoencefálico cerrado y hemorragia subaracnoidea, siendo estas lesiones compatibles con las producidas por un cuerpo u objeto romo (o punzocortantes).
Junto al cuerpo se encontró un fragmento de tejido muscular con características similares a una lengua, la cual no pertenecía a la víctima. Al pedazo de lengua se le practicaron análisis de laboratorio y de ADN, se guardaron celosamente los resultados obtenidos para una posterior comparación de muestras médicas, de la que se informó a la Policía.
Se hizo el aviso a los hospitales públicos, pero el agresor seguía escapando del “brazo” de la justicia, hasta que por medio de información recabada en hospitales con el aviso de los médicos forenses de un hombre a quien le faltase un pedazo de lengua, la DPI logró detenerlo en la ciudad de Siguatepeque y fue llevado al Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses para exámenes médico científicos, dando como resultado irrefutable que se trataba del homicida de Ángela Rosa Martínez Ávila.
Finalmente llegó la justicia para la joven trabajadora doméstica, el hombre fue acusado por el delito de homicidio y violación, recluido en la cárcel de Támara, al norte de la capital, en donde se contempla pase purgando sus delitos por más de 40 años, mientras su víctima descansa en paz en un cementerio de su ciudad natal, en una zona rural de Honduras.

El cuerpo de Ángela Martínez “habló”, su lucha antes de morir dio a los forenses más evidencias que hoy tienen en la cárcel a Tony Mauricio Martínez Grande.
El cuerpo de Ángela Martínez “habló”, su lucha antes de morir dio a los forenses más evidencias que hoy tienen en la cárcel a Tony Mauricio Martínez Grande.

RELEVO GENERACIONAL DE FORENSES

Este caso es solo uno de miles que representan el diario vivir de todos los responsables de la persecución del delito, especialmente en el área de la Medicina Forense, considerado el “brazo científico” del MP.
El contraste es que siendo un eslabón en la cadena de justicia en Honduras, apenas cuenta con 250 médicos generales a nivel nacional, 45 son médicos locales, tres médicos especialistas en patología, cuatro especialistas en Medicina Forense, nueve odontólogos, uno es especialista en odontología forense y 12 psicólogos, siendo el resto del personal (unos 200 empleados) profesionales distribuidos en áreas técnicas y administrativas con un presupuesto de apenas 165 millones de lempiras.
Sumado a eso, la carga laboral de Medicina Forense es de 56 mil a 60 mil solicitudes periciales al año y de cien a 125 solicitudes diarias, que incluye trabajo en patología forense, clínica forense y laboratorios criminalísticas, según el informe anual de labores la urgencia de contrataciones y el relevo generacional es materia sobre la que trabajan las actuales autoridades.
Hace dos años la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos, impulsó junto a la directora de Medicina Forense, Semma Julissa Villanueva, la creación del Postgrado de Medicina Legal y Ciencias Forenses, recientemente la primera generación de cuatro estudiantes presentaron sus tesis en el marco del V Congreso Multidisciplinario de los Postgrados de Medicina Clínica, Salud Pública y Enfermería, en donde por primera vez participa el área forense.
Durante la presentación de los trabajos, en donde los médicos estudiantes que pronto se graduarán en medicina legal forense, proyectaron el análisis de muertes violentas de mujeres, personas en custodia, exhumaciones e identificación científica de privados de libertad, que dejaron boquiabiertos a los presentes al conocer no solo el arduo trabajo que realizan en el área forense; sino el nivel de avance profesional y científico que apoya a los operadores de justicia del país, los desafíos y limitantes existentes, por lo que al final de sus tesis presentaron recomendaciones al MP.
La criminalidad lo que pretende es ocultar a las víctimas, es muy frecuente ver cómo en Honduras miles de ciudadanos son encontrados en lugares recónditos o a la vista de todos, pero los forenses tienen la misión de investigar esas muertes, esos ultrajes o violaciones no solo en adultos, sino también en niños, la autopsia es la principal prueba inicial, fundamental en todo caso, pero hay trabajo científico más allá de eso, no es solo con muertos que trabajamos, también es con vivos, explicó la directora de Medicina Forense, Semma Julissa Villanueva, coordinadora del postgrado de la UNAH.
“Por consiguiente el relevo generacional en Medicina Forense, de médicos hondureños especialistas en esta materia, representa una necesidad que en el país ya comienza a dar frutos y los egresados de este postgrado vendrán a sumarse al equipo del Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público”, dijo la especialista patóloga.

La directora forense y coordinadora del postgrado, Julissa Villanueva, resaltó la importancia de esta especialización y la labor que realizan en Medicina Forense en Honduras.
La directora forense y coordinadora del postgrado, Julissa Villanueva, resaltó la importancia de esta especialización y la labor que realizan en Medicina Forense en Honduras.

DEFENSA DE LA VERDAD DELICTIVA CRIMINAL

Por su parte, el médico especialista en medicina legal y forense, Gustavo Roque Pacheco, parte de la terna evaluadora de este postgrado, dijo que en Honduras Medicina Forense siempre ha aportado al país, aún con todas las limitantes, lo bueno de ahora es que hoy ya existe una nueva especialidad en la materia.
“La idea es que hagamos una medicina profiláctica de lo que ocurre en el país en el tema de criminalidad, somos pocos especialistas en Honduras, apenas ocho médicos especialistas forenses, no todos trabajan en el Ministerio Público y cuatro especialistas patólogos forenses, ahora vamos a tener cuatro médicos más especialistas, por lo tanto vamos a tener mayor capacidad de responder al Estado y hacer recomendaciones en relación a la criminalidad”, expresó.
Según Pacheco, con el apoyo a esta especialidad en la administración de justicia la defensa de la verdad delictiva criminal estará más fortalecida, habrá mejor respuesta, “en este país lo que ha ocurrido es que la investigación se va por otro lado, pero la ciencia no se puede trastocar y esa es la mística de trabajo nuestro en Medicina Forense, basamos nuestro trabajo en investigación científica no en cuestiones circunstanciales, este es un buen inicio para que entre más cuerpo hay, hay mayor respuesta”.
Entre tanto, el médico especialista patólogo, Nicolás Sabillón, consideró que por primera vez en Honduras se da realce a una especialidad en materia criminalística y se conocen trabajos de medicina legal en donde se tocan temas de país, “ahorita hay más médicos que se están especializando en cirugía, en ginecología que en Medicina Legal y Forense, si bien el país aún así necesita de más especialistas en todas las áreas de la medicina, es notoria la necesidad en Medicina Forense que apoye el trabajo del MP. (Por: Saraí Alvarado/ Fotos Henry Carbajal).