Adiós a las armas

 Mario Hernán Ramírez. 
No recuerdo si fue Clark Gable, Gary Cooper o Kirck Douglas el protagonista de esta célebre película, que hace ya muchos años fue vista y admirada en la pantalla grande de los cinemas de por entonces. ¡Adiós a las armas!
Esta inquietante expresión, viene como anillo al dedo, en relación a lo que voy a referir líneas abajo:
Resulta que en 1952 inicié mi labor como comunicador social, precisamente en las cabinas y micrófonos de la naciente Radio Comayagüela que había tenido su génesis en 1950. En esa feliz oportunidad alternábamos micrófonos con León Paredes Lardizábal, Elvia Castañeda, Gloria Orellana, Ernesto Galindo Ruiz, Honorio Claros Fortín, Secundino Moncada, Mario Orlando Henríquez y otros extraordinarios hombres de radio que fueron incorporándose a la legión de entonces, como Jorge Figueroa Rush, Herman Allan Padgett, Gabriel García Ardón, Tomás Antonio González, Enmanuel Jaén, Manuel Palacios Elvir, Efraín Lisandro González Muñoz, Antonio Mazariegos Velasco, Jorge Montenegro, Guillermo Pagán Solórzano y otros que la infiel memoria los pasa al olvido.
Aquellos fueron años de gloria en los que la “W” de Honduras se disputaba el primer lugar con HRN y Radio América, lo mismo que con HRA La Voz de Lempira y Radio Monserrat, que eran las únicas que cubrían el dial, por lo menos en Tegucigalpa y que trabajando en las ondas corta y larga se proyectaban por el mundo entero, así como penetraban otras estaciones de radio del continente, las cuales se escuchaban como locales y que nos servían a nosotros los principiantes como escuelas de locución, pues las que mejor entraban eran las de México y Cuba, con excelentes hombres de radio, que eran verdaderos maestros en esta extraordinaria y apasionante profesión.
De esa manera, en 1955 fundamos el primer radio periódico nocturno de la capital con el impresionante nombre de “Destellos y Comentarios de Actualidad Nacional” con Jorge Figueroa Rush, Raúl Zaldívar Guzmán, “Cundo” Moncada, Gustavo Cadalso H., Ballardo Aguiluz Leiva y otros notables periodistas nóveles pero con sangre pura para este ejercicio, alimentaban el espacio que Jorge Figueroa, Héctor Godoy y este servidor transmitíamos de 9:00 pm a 10:00 pm todos los días, de lunes a sábado, con una audiencia, modestia aparte, extraordinaria, pues la competencia no era tan agresiva como ahora.
Así iniciamos nuestra carrera y pronto nos vimos involucrados en la prensa escrita, laborando para El Cronista o para El Pueblo, y en seguida en otras estaciones de radio, como en 1959 cuando nació Radio Centro y al siguiente año en Radio Norte de San Pedro Sula, cuando esta, conocida como La Campeona del Norte fue inaugurada, lugar que Manuel Villeda Toledo nos asignó para dirigir los espacios informativos de aquella incipiente empresa, a la que llegamos a competir con la P1, la Q  y la Centroamérica, teniendo como compañero en micrófonos al colega Norman Serrano Miralda y como reportero al viejo lobo Gumersindo Paniagua.
En la década los setenta, nos reincorporamos a Radio Centro para trabajar exitosamente a la par de ese macizo hombre de radio, abogado y periodista Napoleón Mairena Tercero, con quien compartíamos el oficio con el también PM y abogado J. Tomás Vindel Sosa, teniendo como reporteros a Magda Argentina Erazo y a Juan Ramón Mairena Cruz.
Asimismo, trabajamos en los departamentos de Relaciones Públicas del SANAA, Ministerio de Cultura y Turismo, Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda y Congreso Nacional, sin descuidar jamás nuestra pasión por la radio.
De esta manera, nació en 1976 la revista radiofónica “Mensajero Informativo”, en Radio Comayagüela, cuyo fundador-propietario el recordado ingeniero don Humberto Andino Napky nos abrió las puertas nuevamente para continuar bregando en el radio periodismo nacional. Afortunadamente en agosto del 2016 logramos cumplir 40 años ininterrumpidos, pero como todo principio tiene su fin, por razones de edad y de salud en mi persona, nos hemos visto obligados, definitivamente a decirle adiós a lo que tanto hemos amado durante los últimos 65 años, que estaríamos cumpliendo en abril de 2017.
La jornada ha sido gloriosa, pues a través del periodismo hemos saboreado los más solemnes momentos de alegría y felicidad, como cuando en alguno de los diarios que posteriormente trabajamos como La Prensa, El Heraldo y LA TRIBUNA, publicaban nuestras noticias en primera página con sendos titulares, considerando esta como la principal del día, o como cuando fuimos objeto de prisión momentánea, en 1969 con el recordado colega José Francisco Morales Cálix por haber publicado en HRN, una información relacionada con la guerra de las cien horas con la república de El Salvador; pero también, por ser periodistas, fuimos invitados en reiteradas oportunidades a conocer varios países de Europa, Asia, América del Sur y algunos estados de la unión norteamericana y otros del Caribe, como Cuba y República Dominicana.
Quisiéramos seguir hablando de este tema que nos conmueve y nos ahoga, porque hay mucho más que contar; sin embargo, el papel llegó a su fin y la tinta se acabó.