Por Mario Rietti
Economista, Presidente de Consultores
Financieros Internacionales, S.A. (COFINSA)
Se conoce como el Informe Meltzer al reporte de la Comisión Asesora de Instituciones Financieras Internacionales del Congreso de los Estados Unidos de América, presidida por el profesor Allan Meltzer. En marzo de 2000, este informe generó un gran debate a nivel internacional y fue ampliamente discutido en Honduras en la Conferencia Internacional sobre Financiamiento del Desarrollo Sostenible, realizada el 12 de diciembre de 2000 en conmemoración del 40 aniversario de fundación del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
En la implementación del informe, el Congreso de Estados Unidos reconoció que los dos cambios más importantes y necesarios en la organización financiera internacional, estaban relacionados con las responsabilidades de las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Grupo del Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo.
El aspecto positivo del informe fue que el FMI acortó la lista de condiciones que los países deben cumplir cambiando el énfasis hacia la prevención de la crisis y la reforma del sistema financiero. Para ello, se incrementó la información disponible al público acerca de las acciones y decisiones del FMI con una mayor transparencia financiera. Esto motivó a los gobiernos miembros hacer lo mismo, pero infortunadamente la lógica completa del Informe Meltzer sobre la condonación de la deuda externa no fue implementada por el FMI y el Banco Mundial.
La Comisión Meltzer votó unánimemente por perdonar las deudas de los países pobres fuertemente endeudados como Honduras, siempre y cuando, dichos países instituyeran reformas estructurales como una condición previa para el perdón de la deuda externa y la donación posterior de fondos para el financiamiento del desarrollo sostenible. Sin embargo, dichas reformas no fueron implementadas correctamente y la corrupción perturbó el uso de los recursos de la condonación de la deuda y las donaciones procedentes de la Cuenta del Milenio.
A partir del 2001, por medio de la iniciativa HIPC, Honduras logró una condonación de la deuda externa de aproximadamente 3,000 millones de dólares. Sin embargo, la deuda externa desde el 2009 ha aumentado a una cantidad superior a US$ 6,000 millones que incluye un 25% de deuda soberana que paga intereses superiores al 8% anual. Se desconoce cómo fueron invertidos los fondos provenientes de la condonación de la deuda. La corrupción sigue afectando el financiamiento del desarrollo y los bonos soberanos por 1,500 millones de dólares emitidos desde el 2013 son para financiar el gasto corriente del gobierno. Lo deplorable es que la emisión de bonos soberanos del 2017 servirá para pagar los intereses acumulados de las emisiones anteriores y la deuda de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) con los generadores térmicos.
Esta situación sería diferente si se hubiera implementado el Informe Meltzer que recomendaba conceder donaciones condicionadas en vez de préstamos con tasas de interés de mercado. Por ello, es difícil entender por qué el FMI y el Banco Mundial se oponían al Informe Meltzer que recomendaba el otorgamiento de donaciones condicionadas a una mayor transparencia financiera con un efectivo combate de la corrupción.
El Congreso de los Estados Unidos de América y la administración del Presidente Trump a través de la Heritage Foundation, podrían implementar algunas de las recomendaciones del Informe Meltzer dentro de una nueva Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible (ALIDES), que proporcione oportunidades de empleo para evitar la migración de centroamericanos hacia los Estados Unidos de América.