Por Boris Zelaya Rubí
“Insistir ciegamente en una tarea imposible; querer conquistar las cumbres eternas con el frívolo impulso de una vanidad pueril; llevando por guías el orgullo y la ignorancia; intentar sustituir el talento por el oscuro instinto, y la serena paciencia del hombre superior por la ridícula terquedad del bruto… es algo monstruoso y lamentable, que indignaría si no inspirara piedad”.
Uno de los líderes liberales manifestó que en este momento, lo prioritario de su partido son las elecciones internas o primarias, por eso “antes de pensar en alianzas se tiene que fortalecer las estructuras partidarias a nivel nacional”. Algo así como, si obtenemos más votos que los demás, podemos considerar las uniones pero con nuestro candidato al frente. ¿Permitirán llevar a la cabeza el candidato de otro partido, de los que han pregonado por todo el país un cambio de sistema, fomentando el odio al capitalismo “brutal” y que “solo el pueblo salva al pueblo”? Ahora resulta que entre sus conductores con ideas de alianza, se percibe una sed de poder insaciable y lo que menos les importa es el cumplimiento de las promesas que han hecho a los ciudadanos que los han admirado por décadas, como los héroes y sus grandes benefactores.
Las alianzas entre los adversarios del Partido Nacional, mantienen a sus seguidores en una encrucijada. ¿Será que obedecen solamente a las ambiciones desmedidas de sus cabecillas? Lo único que demuestran es el pánico incontrolable a la derrota, olvidando que la causa de los últimos fracasos electorales del Partido Liberal, ha sido la desbandada de sus miembros que creyeron en “el tal Mel”, quien a pesar de sus pocos conocimientos académicos es astuto, hipócrita y traidor, capaz de incumplir su palabra en cualquier pacto político.
Los “casi en desbandada” seguidores del Partido Anti Corrupción (PAC) se sienten defraudados, porque equivale a olvidar los principios de honestidad que los motivaron a seguir al carismático presentador de televisión, para terminar uniéndose y posteriormente ejerciendo el sufragio por candidatos de dudosa reputación y de cuestionada actitud ante el sistema de gobierno democrático, apoyando a un candidato a la presidencia de otro partido político que represente todo lo contrario a su ideología. ¿Servirán de comparsas por el capricho del dueño absoluto de su partido? Es como querer mezclar el agua con el aceite.
¿Estará dispuesto también a participar en ese berenjenal ideológico, el partido que fuera la esperanza de muchos, fundado por uno de los grandes hombres de esta tan sufrida patria, el doctor Miguel Andonie Fernández (Q.D.D.G.) quien en el más allá lo ha de embargar la tristeza de ver su obra casi destruida y salvada por una persona totalmente ajena al partido. Lástima que su tendencia a desaparecer es casi indetenible y las alianzas lo terminarán de pulverizar.
Esperamos que los ambiciosos de poder no realicen campañas sucias, tratando de entorpecer las acciones que benefician a la población que menos tiene, con el propósito de desacreditar al gobierno. Los revolucionarios de cafetín, son capaces de fomentar huelgas estudiantiles, de sindicatos, obreros y campesinos; arriesgando como siempre la vida de otros, mientras ellos están en mullidos sillones, dándose la gran vida y celebrando con gran entusiasmo sus maquiavélicas acciones, y si logran que haya muertos ¡brincarán de alegría! Estas tácticas “izquierdosas” sucias, surgidas de mentes calenturientas, deberán ser sancionadas con todo el peso de la ley, y estamos seguros que no serán del agrado de la población. Así que las alianzas por el miedo al Sisimite, no les funcionarán y más bien servirán para sumar adeptos al Partido Nacional.
Les deseamos a nuestros compatriotas un feliz Año Nuevo y que reine la paz y seguridad en todos sus hogares.
De rodillas solo para orar a Dios.