Alianzas inconvenientes

Por: Antonio Flores Arriaza
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En las elecciones anteriores emergieron dos nuevas fuerzas políticas. El partido LIBRE liderado por Manuel Zelaya que venía de ser presidente del Ejecutivo y que, luego de los sucesos que dieron lugar a su salida del cargo, recibió un apoyo internacional como ningún otro hondureño lo ha tenido y que, por los compromisos firmados con el beneplácito internacional, recibe el apoyo para fundar a LIBRE. Zelaya, con este aureola de bendición internacional, adquiere una mayor notoriedad de la que había perdido con su pobre y penoso desempeño como presidente en donde dio suficientes evidencias de su personalidad sociopática que lo llevaron a tratar de negar la existencia de las leyes que lo obligaban a reconocer la existencia de los otros poderes políticos que el concepto democrático de contrapesos le obligaba pero que, en su irrealidad, no solo trató de ignorarlos, sino de anularlos. Lamentablemente, la poca educación democrática de nuestro pueblo, les llevó a no comprender las violaciones que este señor cometía y, por otro lado, que somos muy dados a vender nuestros principios a cambio de muy poco dinero: y Zelaya supo esto muy bien. Así que, a pesar de este triste historial antidemocrático y autocrático, nuestro pueblo fácilmente ignoró y olvidó sus antecedentes y, cuando lanza a LIBRE con la bendición internacional y el fuerte apoyo del comandante Chávez y sus sueños de convertirse en el dictador continental que trató de ser bajo el engaño de seguir las ideas integracionistas de Bolívar, vio en Zelaya la llave para adueñarse de Centroamérica ya que nuestro país es la cuña geoestratégica sin la cual no se domina la región.
Bajo esa coyuntura de una apertura y ruptura del paradigma político del bipartidismo que se había creído imbatible (mérito histórico que si hay que darle a Zelaya), surge un oportunista que, sin ningún conocimiento ni experiencia política, pero lleno de la arrogancia de creerse genio, solo por tener una excelente memoria, y sabiendo que tiene en sus manos un recurso valioso como ser conocido a nivel nacional por muy largos años de estar en las pantallas de la televisión hablando de fútbol (que no de deportes), tema que, en Honduras, es la segunda agenda en la mente de la población junto con la política lo que le brinda un excelente trampolín que le lleva a meterse al ruedo político y crear un nuevo partido. Tuvo la brillante comprensión de encontrar la palabra a enarbolar para cubrirse de liderazgo. Supo aplicar, seguro que sin conocerla, la teoría que dice que el líder es aquel que mejor sabe representar las aspiraciones de la gente. Todos estamos hartos de la corrupción, así que la lucha contra esta lacra social todos estamos dispuestos a respaldar. Así que, al levantar este estandarte, siendo un inexperto en la política, fácilmente podría levantar adjudicándose estar libre de corrupción de malos manejos de los recursos del Estado. Obviamente, nuestra muy mala memoria y pobre comprensión, no permitieron al pueblo recordar cuantas veces Nasralla utilizó los recursos del Estado para beneficiarse en su programa televisado: los cadetes, los soldados de la Naval, los policías, etc. fueron usados para darle auditorio en sus programas, para obtener la seguridad en sus eventos. Siendo un evento privado debió alquilar los servicios de empresas privadas de seguridad y no usar los elementos y equipamientos del Estado para obtener las ganancias para su empresa. Esto fue repetido por Nasralla hasta el cansancio. Las graderías en sus programas fueron muchas veces llenadas con soldados y cadetes pagados por el pueblo. Esto es corrupción.
El pueblo votó por ellos en una reacción emocional ante la desesperación del pésimo gobierno de Pepe Lobo que cerró su gestión con un anuncio en el que decía que se había preparado para ser presidente, anuncio que era más propio para proponerlo como candidato que como cierre de gestión, evidenciando, una vez más, su limitada visión presidencial. Votaron por Nasralla creyéndolo inteligente y capaz por su parloteo como narrador de fútbol e impresionados por su gran memoria de sucesos históricos que le creó una falsa imagen de inteligente.
El 2016 ha sido el año que permitió al pueblo darse cuenta de quién es Nasralla y evidenciar a Zelaya. Han lucido sus actitudes antidemocráticas y egoístas para ver sus vocaciones tiránicas y antidemocráticas. Les ha mostrado como individuos incapaces de reconocer los méritos y valores de otras personas (basta con mirar un programa X-0 para observar como Nasralla limita y desautoriza a las modelos de este programa queriendo él ser la única figura o queriendo lucirse como si fuera una modelo más: no tiene límites. Su comportamiento ante las mujeres de su partido sigue evidenciando sus actitudes). Sus actitudes han llevado a generar divisionismo en sus partidos al tratar de mostrarse como dueños de estos e imponer sus criterios nulificando a cualquiera otro que pueda expresar sus disensos. Las actuales encuestas demuestran que ambos han caído enormemente en la opinión popular. Así que, sus expectativas de lograr un triunfo en una próxima elección nacional se observa con muy pocas probabilidades de éxito. El Partido Liberal no debe caer en la trampa de verse ligado a una alianza con figuras impopulares que viven del pasado. El Partido Liberal debe mostrarse independiente y con una oferta política producto de su naturaleza: liberalidad en el proceso para elegir su propuesta de figuras para gobernar el país en el próximo período. Debe ser la opción legítima (más que simplemente legal) entre dos ofertas tiránicas, impopulares y antidemocráticas.