“Papi yo te quiero, no me dejés solo papi, vos me lo prometiste, que nunca me dejarías solo, papi”, fueron las primeras palabras de un niño de 10 años de edad, al ser testigo de cómo le arrebataban la vida a su querido padre, en el interior de una unidad de transporte interurbana, frente a la posta policial del barrio Belén, en Comayagüela.
Todo comenzó ayer a las 5:00 de la mañana, cuando Seferino Martínez Ramos (43), vendedor de verduras del mercado zonal Belén, salió de su casa, en un barrio del municipio de Lepaterique, Francisco Morazán.
Martínez Ramos no quería salir solo para la capital y por eso despertó a su hijo de 10 años de edad.
El trayecto a la capital fue normal, pero cuando los dos pasajeros iban a bordo de un bus de los grandes, frente al mercado Mamachepa, se subió en el tumulto de personas un sospechoso pasajero.
En la cuesta al barrio Buenos Aires, ese pasajero se puso de pie y con malicia se acercó a agricultor que amenamente platicaba con su hijo, que por razones obvias se omite su nombre.

“¡Ajá perro!, ¿cómo dijiste que no vas a pagar?”, le dijo el sicario que sin misericordia descargó una pistola automática en contra de Martínez Ramos.
Luego salió huyendo con rumbo a la séptima avenida de Comayagüela, ante la impotente mirada del niño.
Al escuchar las detonaciones de balas, los demás pasajeros y el conductor salieron huyendo de la unidad de transporte, dejando solo al hijo de la víctima, sumido en un prolongado llanto.
Tras el crimen llegaron al lugar varias autoridades y peatones, poniendo en resguardo al menor que vio cómo mataron a su papá.
Posteriormente se presentaron a la escena del crimen varios agentes policiales, entre ellos de Inspecciones Oculares, quienes recabaron datos y retiraron el cadáver del lugar.