Marlon Escoto y… “Calle sin Ley”

Hace muchos años vi una película del oeste norteamericano titulada “Calle sin Ley” en donde el sheriff sale herido y los delincuentes lo creen muerto y, consecuentemente, se tornan en los dueños de la ciudad haciendo pillerías y depredaciones en contra de los pobladores de un condado de Texas. El sheriff se repone de las heridas y restablece de nuevo el orden poniendo en su sitio a los delincuentes.
Se me antoja hacer un parangón con la salida del secretario de Educación, Marlon Escoto Valerio. Porque hay que reconocerlo: Jugó un papel muy protagónico e importante en su lucha por cumplir con los 200 días de clase y su contante batalla por imponer el orden, honradez y disciplina en el gremio magisterial. Superó con creces las constantes crisis del gremio y las discusiones sin sentido, las palabras fuertes y los discursos vacíos. Erradicó ese clima de peticiones voraces e insaciables de carácter crematístico… siempre insatisfechas por parte del gremio. Hay que reconocerle al doctor Escoto ese espíritu con que siempre se caracterizó de estar imbuido permanentemente por crear conciencia de responsabilidad intelectual en sus dirigencias. Definitivamente que hizo una gran labor aun a contrapelo de las dirigencias recalcitrantes identificadas con el Partido Liberal y Refundación (Libre).
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La Secretaría de Educación en manos del doctor Escoto Valerio experimentó extraordinarias transformaciones en su quehacer fundamental. Ojalá que su ausencia en este cargo ministerial y los “juegos pirotécnicos electorales” a desarrollarse en este año político, no se traduzcan en acciones de los maestros del sector público para volver a sus antiguas luchas por conquistar privilegios, canonjías y sus bochinches para continuar jorobando la educación de los hijos de los pobres con las consecuentes connotaciones o alcances de los daños que a futuro les están ocasionando en el campo laboral y profesional. ¡Qué dejen de constituir un tábano para este gobierno y futuros gobiernos! ¿A propósito, cuántos de estos dirigentes magisteriales tienen en la actualidad a sus hijos estudiando en los colegios públicos?
Ojalá que de nuevo el impartimiento del pan del saber de los hijos de los pobres no sea socavado con futuras y constantes manifestaciones callejeras aupadas por un partido de izquierda con su afán de llevar agua a su molino en este tipo de circunstancias para manipular al gremio con algunos de sus “dirigentes” que hacen arreglos bajo la mesa… en este año político todo es posible para captar su apoyo en las campañas proselitistas.
Adicionalmente es importante recordar a aquellos maestros de antaño que dejaron su impronta imborrable de su carácter y dedicación firme e inquebrantable a la enseñanza. Eran hombres dispuestos a hacer de Honduras un país culto y señero con altos valores cívicos y morales. Se caracterizaban por su plena y permanente identificación con Honduras. ¡Ah tiempos aquellos!
Pues volviendo a la película de cowboy “Calle sin Ley”, protagonizada por el ya fallecido artista Randolph Scott, el sábado 7 de enero de 2017 un grupo de profesoras vecinas mías pusieron un fiestón que estuvo “padre” -como dicen los mexicanos- celebrando la salida del doctor Escoto. No faltaron las algarabías y el estallido de pequeños morteros y la fiesta culminó hasta en horas de la madrugada. Celebraron -según ellos- el fin de la gobernabilidad en la Secretaría de Educación Pública. ¡Habrase visto semejante desfachatez! ¡Qué parodia! Que conste: con la comparación no estoy endilgando a estas maestras de delincuentes sino el gozo exultante por la desaparición de los personajes que cumplían sus funciones correctamente: el sheriff y el ministro.
Ojalá que el gobierno de la República nombre a un ministro mejor, incluso, que el doctor Marlon Escoto para beneficio del país y de los hijos de los pobres. Honduras se lo merece porque ya sufrió en el pasado durante casi cincuenta años, las manifestaciones callejeras y la irresponsabilidad del magisterio del sector público.
Esperaremos.
César Augusto Bonilla Ochoa
Tegucigalpa, M.D.C.