Internas de Támara recibieron certificados de plan básico

Mujeres con licenciaturas en economía, pedagogía y contaduría, entre otras de las profesiones universitarias, se encuentran recluidas en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), en Támara, Distrito Central, porque cometieron errores en su pasado, pero ahora son las que transmiten conocimientos académicos a sus compañeras como parte de la reinserción.
Este jueves en ese centro, durante un emotivo acto, hicieron entrega de 50 títulos a las alumnas que lograron culminar de primero a noveno grado de educación básica, bajo la promoción del programa Educatodos de la Secretaría de Educación.
Se trata de mujeres que ni la edad ni su condición de estar presas han minimizado sus ganas de enmendar sus errores del pasado y ser un ejemplo para su familia.
Entre ellas hay internas por extorsión, tráfico de drogas, homicidios y robo.
En el grupo había madres de familia con niños recién nacidos que permanecían sentadas en primera fila, mostrando con orgullo el diploma que les otorgaron por su desempeño estudiantil.
Una de las tantas mujeres felices de avanzar con sus objetivos educativos es Maritza Sánchez (38), quien recibió su diploma de noveno grado (tercer curso) con un índice de 95 por ciento, es decir excelencia académica.

Algunas de las aulas de clases están dotadas de equipo computarizado para un mejor proceso de enseñanza aprendizaje.
Algunas de las aulas de clases están dotadas de equipo computarizado para un mejor proceso de enseñanza aprendizaje.

“Estoy muy feliz porque ya tengo mi primer diploma y eso ha sido gracias al interés que he puesto en tener buenas notas”, expresó muy emocionada, al tiempo de darles las gracias a las facilitadoras internas con títulos universitarios que se han preocupado por impulsar los programas educativos.
Sánchez, madre de cuatro hijos, perdió su libertad por el delito de extorsión y contó que en su niñez no concluyó su educación primaria, porque se dedicaba a trabajar para ayudar a sus padres y, posteriormente, a sus vástagos.
OPORTUNIDADES
“Voy a cumplir cuatro años de estar interna y desde que puse un pie en este centro he decidido aprovechar las oportunidades que aquí me dan y ya he sacado talleres en costura y manualidades”, destacó.
La interna dijo que le faltan unos cuatro años para salir de ese lugar y aprovechará el tiempo para culminar la secundaria.
“Mi meta es seguir estudiando hasta tener una carrera universitaria en cualquier licenciatura”, confió.
De su lado, la también reclusa Indira Herrera (42), manifestó su satisfacción de haber obtenido su diploma de noveno grado, ya que en su momento no lo hizo, pero ahora es una de su ilusiones para avanzar en la vida académica.
“Todo esto es un logro y le doy gracias a Dios y las autoridades que nos han dado esta oportunidad de estudiar y este año voy a cursar el bachillerato en humanidades”, resaltó con mucha alegría.
Las autoridades penitenciarias, de Derechos Humanos y la Secretaría de Seguridad asistieron para enaltecer el evento.
Las autoridades penitenciarias, de Derechos Humanos y la Secretaría de Seguridad asistieron para enaltecer el evento.

Así, agregó que su índice fue de 90 por ciento y espera continuar en esa ruta, “ya que fui una persona que no supe aprovechar cuando estaba en libertad y en edad de hacerlo, pero aquí estamos dispensando los errores de la vida”.
Herrera perdió su libertad hace seis años por intento de parricidio y le faltan cuatro para volver a la sociedad.
Contó que tiene cinco hijos con edades de siete a 25 años, esta última vive con sus padres y obtuvo una licenciatura en administración de empresas.
“Voy a salir de aquí siendo una profesional para ser un ejemplo en mi familia”, concluyó.
DIRECTORA DE PNFAS
“Gestionamos que accedan a una carrera universitaria”
La directora de la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), Maritza Castejón, destacó que gracias al interés de muchas personas que se han preocupado para ofrecer educación a las internas, ya están logrando los primeros frutos.
“No es tarea fácil estar motivando a la gente para que se prepare estudiando y ser diferente ante la sociedad”, señaló, para indicar que desde su ingreso al penal les preguntan hasta qué grado llegaron para que se incorporen en las actividades educativas.
Así, indicó que “la que no está graduada, la ponemos a dar clases y este es un trabajo que lo hacen las privadas de libertad y después nosotros les ayudamos a conseguir las partidas de nacimiento, certificados que ya habían aprobado en educación que la familia se los traen”.
Guapas jovencitas se vistieron muy elegantes para recibir sus diplomas.
Guapas jovencitas se vistieron muy elegantes para recibir sus diplomas.

Las alumnas son certificadas por la Secretaría de Educación, porque las ingresan al Sistema de Administración de Centros Educativos (SACE).
“No vamos a descansar hasta que miremos estas mujeres graduándose en la universidad y por eso estamos gestionando para que se nos dé la oportunidad de que puedan tener acceso a una carrera universitaria”, clamó.
De esa manera, Castejón confió que las internas tienen las capacidades para cursar en diversas carreras de nivel superior y lo demostraron ayer obteniendo sus diplomas con índices académicos de excelencia.
La funcionaria aprovechó para pedir auxilio, ya que los internos del Centro para Menores Infractores, las pasan intimidando, porque los muros son demasiado bajos y casi tienen comunicación con las mujeres del otro extremo.
DIRECTORA EDUCATIVA
Gobierno debe tomar en cuenta que estudian
La directora del centro de educación básica de la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), Carmen Martínez, manifestó su satisfacción por ver a mujeres tan felices de lograr sus diplomas.
Con orgullo, las féminas mostraron sus diplomas.
Con orgullo, las féminas mostraron sus diplomas.

“Es una motivación que estas 50 alumnas tengan su diploma de primero hasta noveno grado y en junio graduaremos las 40 de bachillerato”, resaltó, para indicar que de ese grupo 25 lograron excelencia académica.
La también interna indicó que ella es licenciada en administración de empresa y le da mucho gusto impartir clases para compañeras que lo necesitan, “porque ya tenemos gente que ha salido en libertad y ya están estudiando en la universidad”.
Martínez también pidió a las autoridades que rectoran la educación superior que deben apoyarles a crear programas para que esas internas, al obtener sus títulos de secundaria, puedan continuar sus estudios universitarios a través de mecanismos viables.
“El gobierno debería tomar en cuenta la gente que está estudiando en estas cárceles para beneficiarlas en su condena, pero con una ley en la que se obligue que para salir de aquí, el requisito sea la educación”, exhortó.