Por: Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación (Retirado)
El día 5 de enero del presente año, un marero extorsionador y criminal confesó, edad (21), asesinó al capitán de seguridad de instalaciones, Denis Mauricio Valdez Rodas (34), el hecho ocurrió en Cofrada, Cortés, cuando se cumplía una misión de captura, dirigida por el capitán Valdez al mando de agentes de la Fuerza Antiextorsión, ejecutada como parte de la lucha del Estado contra la criminalidad. Después de 12 horas, la autoridad capturó cinco delincuentes, en el mismo lugar del crimen; al ser presentados a los medios, el hechor uno de los capturados, admitió haber dado muerte al capitán Valdez, agregando sin inmutarse lo siguiente: “Lo maté porque estamos en guerra”.
Guerra, es una palabra que nos da la idea del enfrentamiento bélico entre países o guerras internas entre o grupos contrarios de un país, que se enfrentan por obtener el poder e imponer la voluntad de cada quien; existen muchas definiciones sobre el tema y varias clases de conflictos armados, cuyo origen se centra en diferencias que no pudieron conciliarse mediante la diplomacia y se llegó al extremo de las armas. Ahora, atendiendo las palabras del criminal, ¿cómo podemos escuchar sin reparo y aceptar esta absurda declaración? Hay que medir las consecuencias, ¿qué imagen podríamos proyectar al exterior?, ¿la de un país en guerra? De tal forma, solo lograríamos destruir el poco prestigio que hemos logrado recuperar, recordemos, que el turismo es uno de los rubros, sobre los cuales ciframos muchas esperanzas y la inversión extranjera, es vital para impulsar nuestra economía; ¿quién podría aventurarse a invertir o turistear en un país en guerra? El esfuerzo en la lucha contra el crimen y la delincuencia, es peligroso y desgastante, también es oportuno aclarar que nadie está exento de ser golpeado por este flagelo, dudo que haya alguien que no fuera perjudicado por la delincuencia sea directa o indirectamente. Son extensos los análisis, los planes, los esfuerzos y los recursos invertidos para estabilizar el país, pero hay actores claves que podrían cambiar sus estrategias y sus actos, para contribuir en esta lucha; un ejemplo es el de los medios de comunicación, creemos que es preciso que estos establezcan, una especie de autorregulación, o autocensura, sin necesidad que nadie se los imponga, reconocemos que los medios, son empresas con fines de lucro y que se deben a los raiting, pero también sabemos, que el delincuente busca primeras planas, ser noticia de última hora y ser mencionado en todos los programas, esto es popularidad y prestigio para el criminal, es increíble que todavía se exhiban narconovelas en algunos canales de televisión, sabiendo que los personajes de esos programas, son modelos, para una juventud que es débil en principios y valores; también, la velocidad y sagacidad de los reporteros, en algunos casos puede incluso, hacer perder el factor sorpresa, de alguna operación policial de importancia.
Todos podemos contribuir en el esfuerzo contra el crimen y la delincuencia, como personas, siendo principalmente buenos ciudadanos, manteniéndonos vigilantes, reportando a los números de emergencia en forma espontánea y verdadera, cualquier anomalía falta o delito que observemos; como empresarios, dando al empleado lo que se merece, tanto en trato como en retribución; como funcionario, cumpliendo con los deberes con honradez y eficiencia. Hay factores evidentes e inocultables que han contribuido, a generar esta situación de violencia e inseguridad en la que lamentablemente estamos entre ellos, podemos citar: la corrupción en todas sus modalidades, el nepotismo, el abuso de autoridad, la inequidad, la incompetencia, el clientelismo político etc.
Se debe estar consciente que no solo se trata de reprimir, vigilar y capturar, con ello solo seguimos alimentando los centros penitenciarios y poniendo al desnudo nuestro débil sistema de justicia, los gobiernos deben crear políticas novedosas, que entusiasme a la juventud y la dirija hacia el bienestar, crear marcos jurídicos y programas, con oportunidades reales y sostenibles en el tiempo, para nuestros compatriotas de tierra adentro, y que ellos no tengan que emigrar a las ciudades o al exterior. En otras palabras controlar cualquier fuente que pueda generar delincuencia; y si es necesario endurecer leyes, ¡bien justificado está!
Hace unos días una turba quemó dos patrullas de la PMOP, hoy lamentamos la muerte de nuestro compañero, mayor (póstumo) Denis Mauricio Valdez Rodas (QDDG).
Buena oportunidad para los estrategas de Defensa y Seguridad, para rectificar y reaccionar a esta clase de hechos, los miles de millones invertidos, deben ser justificados.
‘Lo maté porque estamos en guerra’
