Selfies ‘calientes’, el ‘regalito’ de las novias de hoy
Con las “hormonas revueltas”, pero conscientes de que un embarazo trunca sus aspiraciones profesionales, cientos de jovencitas hondureñas han optado por vivir sus primeras experiencias sexuales a través de su celular.
El envío de imágenes de genitales o de desnudos completos se ha vuelto común entre los colegiales, sobre todo entre las chicas, que luego de presumir sus esbeltas figuras ante un novio que jura amarlas, terminan arrepentidas al ver que cualquier vago guarda su imagen inventando: “Yo le tomé la foto”, “era mi novia”…
El desprestigio ante sus padres, compañeros, maestros y vecinos ha hecho caer en profunda depresión a numerosas “muchachitas” que nada pueden hacer ante la “viralización” de sus fotografías eróticas, ya sea por el Facebook o WhatsApp.
En el caso de los varones, estos se exponen a la ridiculización, pues no falta quien haga mofa de sus partes corporales o poses típicas de este tipo de fotografías. Sin embargo, las principales víctimas de esta práctica suelen ser las muchachitas.

MADRE SORPRENDIDA
El ver las fotos de su hija de 15 años, desnuda, en el celular de un vecino, casi le provoca un infarto a doña Gisella, una madre de familia cuyo nombre real pidió omitir, para no dejar en evidencia la identidad de la adolescente.
“Fue pura casualidad… Yo estaba en la pulpería y unos muchachos que no son de la colonia estaban mirando un celular y yo oía que decían como vulgaridades, pero no les tomé importancia”, relata la entrevistada.
Luego, al grupo de jóvenes se acercó una jovencita amiga de ellos. “Y empezó a decirles que solo mujeres feas les gustaban, pero cuando vio las fotos se quedó callada. Al ratito, cuando vio que yo ya me iba, me llamó…”.
“Y me dijo, usted es la mamá de fulana y yo le dije que sí, entonces ella me enseñó las fotos y sentí algo bien feo en mi corazón cuando vi a mi muchacha…”.

En ese momento, doña Gisella comprendió por qué su hija había pasado bien deprimida en los últimos meses, reprobando casi todas las clases en el colegio.
Con lágrimas en sus ojos, la mamá expresa que “lo que más me duele es que fui yo la que le dio el celular, se lo compré para el cumpleaños, pero nunca me imaginé que lo iba a usar de esa manera”.
Finalmente, la colegiala le contó a su madre que las fotos se las había enviado a un novio, que al terminar con ella, decidió compartirlas con todos sus compañeros de clase.
“Al menos no salió embarazada”, dice la mamá, a manera de consuelo.

EL PLACER DE MOSTRARSE…
¿Qué motiva a los jóvenes a fotografiarse desnudos? El psiquiatra Javier Uclés explica que esta conducta es común no solo en muchachas, sino también en varones, quienes “se deleitan en mostrar partes de su cuerpo, les resulta placentero, y lo hacen porque sienten la necesidad de mostrarse, de regocijarse de esta forma”.
Según el profesional, detrás de esta costumbre de tomarse “selfies” sin ropa se oculta el narcisismo, es decir, una conducta que consiste en “enamorarse” de la imagen propia. Pero también delata el exhibicionismo, tendencia patológica que lleva a una persona a mostrar sus genitales en público.
“Es algo dañino, malo, en el ser humano sube los niveles de estrés por el miedo a ser dañado con la publicación de esas imágenes; las muchachas, sobre todo, las que se sienten bonitas, atractivas, les place mostrar su cuerpo para ser admiradas; pero esto también se da en los hombres, por exhibicionismo, narcisismo, homosexualidad, con propósitos dañinos”.
En Honduras, hasta mujeres adultas han caído en la “trampa” de enviar videos o fotografías sin ropa a algún “enamorado”. Más tarde, estas imágenes son colocadas en páginas de clasificados online, en grupos de Facebook de venta de autos o casas, con frases ofensivas acompañadas del nombre y apellido de la víctima.
Las adolescentes son aún más vulnerables, por lo que los padres de familia tienen un rol fundamental a la hora de hacerles ver los peligros de este extraño pasatiempo.

SEXTING, UNA MODA
El experto en seguridad informática de la compañía Eset, Camilo Gutiérrez, explica que al envío de contenidos eróticos, de manera voluntaria, por medio de canales digitales, se le conoce como “sexting”, una práctica que se ha vuelto muy popular entre los adolescentes.
“Es ese tipo de comportamiento que tienen los menores de intercambiar sus fotografías. Se toman una selfie con su celular y se la envían a un amigo, a una amiga, ¿y qué pasa?, que ese tipo de fotografías tiene un alto contenido sexual”.
La facilidad de enviar imágenes a través de sus celulares hace que las “muchachitas”, en la intimidad de su habitación, se tomen fotos en ropa interior y hasta desnudas. Luego, un “mensajito” por WhatsApp basta para hacerles llegar a sus novios esas imágenes eróticas.
Gutiérrez advierte que la “privacidad” de este tipo de información es relativa, ya que “puede ser que el menor se lo envíe a su novia, a su noviecito, a sus amigos, pero estas personas puede que la compartan con alguien más y esto empieza a generar una “ola” de personas que empiezan a compartir esta información y llega un momento en que el menor pierde el control total de su imagen”.
Algunos, “precavidos” únicamente les envían una foto de sus genitales a sus parejas, de forma tal que si se “viralizan” nadie pueda identificarlos, excepto por su número de WhatsApp.
“Los menores deben de tomar consciencia respecto a lo que están haciendo con su imagen, pero muchas veces ellos no tienen consciencia del impacto que pueden tener a largo plazo el hecho de compartir esta información, he allí la responsabilidad de los adultos en hacerles ver cuáles son los riesgos, que ellos tomen consciencia de que son responsables del uso que le dan a su imagen en internet”.

VIVIENDO EN INTERNET
El documento Tendencias 2016 (in) Scurity Everywhere, de la compañía ESET, especialista en seguridad informática, advierte que “ya no hay momentos de conexión a Internet, como podía suceder hace algunos años, sino que en la actualidad los niños viven conectados”.
“En el mundo de los nativos digitales, jóvenes que utilizan dispositivos informáticos desde muy pequeños; los smartphones, las tablets y las computadoras son herramientas de uso diario que los mantienen ya no solo conectados, sino “viviendo” en Internet”, advierte la investigación realizada en países de América Latina, entre estos, Honduras.
Para colmo, el 95 por ciento de los adolescentes poseen redes sociales y la mayoría maneja herramientas como el WhatsApp, mientras que “el 50 por ciento de los padres no saben lo que hacen sus hijos en Internet y uno de cada diez chicos indica que sus padres no conocen las tecnologías que ellos utilizan”.
“De esta manera, los ataques informáticos a los menores de edad en Internet se confirman como una tendencia cada vez más masiva, y en este contexto, los ataques a la privacidad de los menores en Internet emergen como riesgo basados en tres pilares: los datos personales, los datos financieros y la sexualidad”.

En la investigación de ESET se explica que la privacidad en Internet es el control que ejerce un usuario sobre su información para limitar la cantidad de personas autorizadas a obtenerla. Esto incluye datos personales, fotografías, archivos, entre otros.
Sin embargo, “cuando se trata de los menores de edad, la acción de control requiere habilidades que muchas veces los niños aún no poseen, tales como distinciones sociales sobre el riesgo asociado a compartir o no determinados datos, que se desarrollan durante la adolescencia o adultez”.
Según el documento de ESET, diversas encuestas indican que al menos un 25 por ciento de las menores encuestadas “alguna vez enviaron o publicaron electrónicamente fotos desnudas o semidesnudas”.
¿Qué tan confiable es enviarle una foto desnuda a un “noviecito”? La investigación agrega que “más de la mitad de los jóvenes afirma haber visto imágenes privadas que no estaban destinadas para ellos”, es decir, que los mismos muchachos comparten estas imágenes “calientes” entre amigos.
“Muchas veces estos materiales que originalmente eran contenido erótico para una pareja, son compartidos a un grupo limitado de personas, sin tomar consciencia de la viralización que tiene este tipo de materiales”.
De acuerdo a ESET, los principales medios que los jóvenes usan para practicar el “sexting” son aplicaciones de smartphones como por ejemplo, WhatsApp, Kik, Snapchat o Twitter.
Por: Carolina Fuentes