Con el pitazo inicial de la campaña, los aspirantes a cargos de elección popular han comenzado una carrera por el voto con una inimaginable gama de promesas y recurriendo al más puro ingenio para atraer más simpatizantes.
Por lo menos participan 50 mil candidatos buscando la presidencia, ser designados, una diputación en el Congreso o en el Parlamento Centroamericano (Parlacen). La mayoría en cambio quiere ser alcalde, vicealcalde y regidor.
No todos van a salir porque los cargos en disputa son apenas 3 mil. Eso hace que la campaña sea altamente competitiva, aun entre los aspirantes de los mismos partidos y las mismas corrientes. Un sálvese quien pueda, como se diría popularmente.
Frente a este escenario, los candidatos deben preparar un buen discurso, una imagen simpática y una buena presupuesta, dicen los expertos. Esto da lugar a que unos prometen bajar el sol, otros la luna, otros las estrellas. Para ellos no hay nada imposible, todo lo resuelven, hacen hasta lo inimaginable, con tal de quedar bien con sus adeptos. Ciertamente hay también aspirantes, la mayoría, que se toman en serio su papel con propuestas alcanzables.
Como la publicidad es determinante en este tipo de campaña, todos ellos se han preparado para presentarse ante los electores con la mejor imagen y causando una decisiva impresión. Así entonces, unos se han pasado el “photoshop” para verse más bonitos o quitarse unos años de más. Otros se publicitan montando en caballos y bicicletas, instalando brigadas médicas y hasta peluquerías móviles. No falta quien recurra hasta el bisturí. Es cuestión de gusto y dinero, dicen los expertos.
Sin duda que la pega de afiches sigue siendo la mejor actividad. Esto que muchos pueblos y ciudades sean tapizados de cientos de la fotografía, algunas hasta grabadas en muros, paredes y picos de montañas.
Este año, más que los anteriores, la campaña se ha trasladado a las redes sociales, donde la competencia es todavía mayor con los mejores portales, fotografías, sitios y contactos. La inmediatez del medio los pone en cuestión de segundos en miles y miles de usuarios, hasta de sus enemigos políticos. Como la campaña dura 50 días, los políticos tienen mucho tiempo para las luces, cámaras y acción. (EG).
[mp_carousel_1 carousel_images=»11871032,11870951,11870953,11870954,11870955,11870956,11870957,11870958″ carousel_start=»false»]
Candidatos recurren incluso a lo imposible por conseguir votos
