Terrorismo

Por: Armando Cerrato
Oficialmente roto el silencio político el pasado fin de semana, los partidos que van a elecciones primarias en  marzo próximo, arrancaron con estruendo la campaña de sus diversas corrientes en contienda por cargos directivos y de elección popular.
Como se esperaba el mayor escándalo lo ha hecho el partido de gobierno, el Nacional, donde dos de sus tres movimientos en liza promueven la ilegal e inconstitucional reelección, del actual Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández Alvarado.
Los promotores de la reelección -seguramente con el visto bueno del favorecido- utilizan en un anuncio promocional la voz emocionada del mandatario declarando joya histórica al Partido Nacional y llamando a su conservación en el poder.
JOH al aceptar ser precandidato había jurado no participar directamente en la campaña para no crear conflicto de intereses con el cargo desempeñado que por ley -algo que él no respeta en ningún campo si no le conviene- debiera haber renunciado ahora dedicarse exclusivamente a hacer política, de hecho él hizo renunciar a un gran número de sus principales colaboradores para que hagan proselitismo personal y también por la reelección y aclaró que él iba a dedicarse a seguir trabajando en la búsqueda del bien común.
Abogado de profesión, amplio conocedor de las ciencias políticas y autodeclarado modernista usuario de la tecnología de punta, JOH tiene en su haber el poder absoluto en Honduras donde el sistema republicano de gobierno basado en tres poderes complementarios pero sin relación de dependencia entre sí conforman el Estado: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, solo funcionan en teoría y en la dirección que señala el mandatario.
Por ello y en reforzamiento de campaña electoral, el presidente JOH ha enviado al Congreso una serie de reformas al Código Penal y leyes conexas endureciendo las penas para delitos considerados abominables, incluyendo nuevas tipificaciones que incluso llevan a la clasificación de terrorismo todo acto individual o masivo que cause pánico o despierte temor en la población incluido el vandalismo y violencia derivado de una protesta popular.
El Congreso ante una serie de protestas de los partidos de oposición su dictamen suavizó los términos y el terrorismo quedó bien definido preservando el derecho a protestar el pueblo.
De todas formas JOH que no improvisa nada, se encuentra listo ya para reprimir cualquier protesta masiva contra su reelección que todo buen jurista nacional e internacional califica de inconstitucional y da pie para una insurrección popular por mandato constitucional contra un gobierno usurpador al que nadie debe obedecer.
JOH abastece a la Policía antimotines de más y mejor entrenados elementos, y ha comprado grandes cantidades de bombas lacrimógenas de gas pimienta, bastones, lanzagranadas, escudos cascos, trajes protectores y escopetas que disparan tacos de madera y hule sólido y tanquetas con cañones que disparan agua a alta presión.
Fracasado parcialmente en  política de combate al crimen común y organizado pese a contar una extraordinaria tasa de seguridad pagada por la ciudanía JOH ha construido tres cárceles de máxima seguridad, dos de ellas en pleno funcionamiento y llenándose rápidamente de delincuentes considerados altamente peligrosos al dirigir bandas, pandillas y maras que han declarado la guerra a la sociedad y entre sí, manteniendo una constante cruenta y sangrienta.
Tampoco ha podido frenar la extorsión y lucha por territorio entre maras y pandillas que siembran el terror por doquier, por ello la asociación ilícita si será considerada terrorismo y fuertemente sancionada.
Otra reforma que no pasó fue una que pretendía dejar en la impunidad la muerte causada por elementos de seguridad en cumplimiento de su deber a terceros y se crea la figura de trato especial en el cumplimiento de la condena no yendo a una cárcel comunitaria sino especial cuando el crimen no sea en defensa propia o de la seguridad de un protegido atacado.
JOH cree tener como en el banco la reelección, aunque ha sufrido un desgaste importante al corromperse gran parte de sus funcionarios y protegidos que para financiar la campaña política pasada saquearon las arcas del Instituto Hondureño de Seguridad Social, caso en proceso jurídico contra algunos testaferros, pero no contra los cabecillas incrustados en las altas esferas del gobierno.
Sin embargo en Honduras la elección presidencial y de otros cargos es por mayoría simple de votos sin segundas vueltas y JOH ganó las pasadas con apenas un 39 por ciento de la masa votante por lo que desde ya algunos opositores se alían para hacerle la lucha un poco más dura.
Licenciado en Periodismo