Ante la incertidumbre…Líneas programáticas para un frente amplio 2/3

Por Dagoberto Espinoza Murra

Un soneto de “Almafuerte” -pseudónimo del poeta Pedro B. Palacios- grato por cierto, según nos dicen, al expresidente Carlos Roberto Flores, exhorta con rimada sutileza: “No te des por vencido ni aún vencido; /no te sientas esclavo, ni aún esclavo; /trémulo de pavor, piénsate bravo, /y acomete feroz, ya mal herido”. Esta prédica nos induce a exponer las siguientes líneas programáticas, resultado del encuentro de un grupo de conocidos y amigos -entre ellos el licenciado y escritor Óscar Armando Valladares- con quienes compartimos ideas y opiniones la noche del sábado 31 de diciembre.
La propuesta que se sugiere, parte de un entendimiento en marcha entre Libre, PAC, PINU y, si ello fuere factible, del Partido Liberal y de otras fuerzas políticas. Del compromiso que se llegue a suscribir de implementar un gobierno de transición y, por supuesto, de un programa mínimo conjuntamente producido y de riguroso cumplimiento, a nuestro criterio debe incluir:
1. En lo político: Régimen de plena independencia de los poderes del Estado; régimen de derechos individuales y sociales y libertades públicas debidamente garantizadas; régimen electoral que garantice la validez y efectividad del sufragio y el libre ejercicio de la democracia participativa; fortalecimiento democrático del poder civil; reorganización de las Fuerzas Armadas, como cuerpo apolítico, obediente, no deliberante y con funciones atinentes a la defensa irrestricta de la soberanía nacional; e igualmente de una Policía Nacional comunitaria. Todo esto preferiblemente en el marco de una nueva Carta Magna, para lo cual se requeriría de una consulta popular (plebiscito) a fin de saber si el pueblo se pronuncia por la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente y redactar una nueva Constitución política.
2. En lo económico: Políticas públicas que salvaguarden la independencia económica nacional; revisión de todas y cada uno de los convenios de privatización de servicios públicos ,entre ellos, puertos, aeropuertos, ciudades modelo, minas, carreteras, avenidas, etc., en interés del país y no de pequeños grupos económicos; plan de desarrollo efectivo de nuevas fuentes de producción y de trabajo; estímulo al régimen cooperativo, pequeña y mediana empresa y comercio informal; estímulo al capital productivo nacional; revisión de la política energética, así como de las cargas impositivas.
3. En lo social: Participación de la sociedad civil organizada en la toma de decisiones fundamentales. Respeto irrestricto a las organizaciones laborales y sociales. Reestructuración del régimen de salud pública, con incidencia en unidades hospitalarias y el Seguro Social. Políticas de combate a la pobreza, la inseguridad, la violencia contra la mujer, la juventud y la niñez. Promoción de la vivienda rural.
4. En lo educativo: Políticas que promuevan calidad y cobertura educacionales en todos los niveles, con el objetivo de procurar el ascenso cultural y profesional del educando. Plan estructural orientado al estudio y promoción del civismo, la moral y el espíritu solidario. Dignificación del docente. Profundización de la enseñanza rural.
5. En lo judicial: Políticas encaminadas al logro de un aparato jurídico funcional y transparente, con jueces íntegros y despolitizados. Reformas que impidan la injerencia de este y demás poderes en asuntos que no son de su competencia. Medidas para evitar la mora judicial.
6. En lo internacional: Política exterior independiente. Estudio y revisión de convenios incompatibles con la soberanía y dignidad del país. Respeto a las decisiones soberanas de otras naciones. Evaluación de la Secretaría de Relaciones Exteriores con el fin de actualizar y fortalecer la representación hondureña en el extranjero, aproximarse a nuevos mercados, como el chino y el hindú y socorrer al migrante, entre otros cometidos.
A partir del supuesto de que los partidos concurrentes estén de acuerdo con estas y otras medidas que recíprocamente convengan (el domingo 15 de enero se vieron francas aproximaciones), se pasaría a la integración de una fórmula presidencial, es decir, a la expresión concreta de personas y cargos sobre los que haya avenencia.
Las ideas -decía Ramón Rosa- son para los pueblos algo así como la atmósfera en que se respira. Una sociedad -agregaba- donde no se imponen las ideas sino los intereses personales, las pasiones, los egoísmos, no va a ninguna parte. Planteaba, entonces, la fórmula del Partido Progresista -la nueva alianza, decimos nosotros-, como una fórmula en que se reunieran los mejores hombres y mujeres y se buscaran los mejores y más coherentes planteamientos, de adelanto social, de progreso social y donde se tomara en cuenta tanto nuestro pasado como el futuro.
En la reunión de amigos arriba mencionada se barajaron nombres y apellidos de los posibles integrantes de esta fórmula de salvación nacional que, de ser apoyada por el pueblo hondureño, evitará dolor y luto al conglomerado nacional.