Trasladan a 300 maestros víctimas de inseguridad

Un total de 300 maestros fue trasladado a otros centros educativos, muchos afectados por la inseguridad, otros por presentar enfermedades graves y los demás por tener varios años laborando en zonas muy remotas.
El director departamental, Héctor Napoleón Bonilla, explicó que “a los que se les concedió el traslado es a los docentes que llenan todos los requisitos, sin que haya injerencia de otra naturaleza, son los que la solicitaron por inseguridad, por salud y por los años de servicio”.
La mayor parte de los profesores provienen de los cinco municipios más pobres del departamento de Francisco Morazán, que son Reitoca, Alubarén, Curarén, La Libertad, San Miguelito y La Libertad.
En estos pueblos, algunos de los educadores deben caminar varias horas para llegar a sus centros educativos.
“Al darse cuenta de la resolución a su favor, muchos de ellos comenzaron a llorar de la emoción, porque ahora estarán cerca de su familia, a la que habían abandonado por cumplir con su compromiso de educar a los niños y jóvenes adolescentes”, precisó el funcionario.
Añadió que se les está dando prioridad a los mentores que solicitan su traslado por inseguridad, siempre y cuando comprueben este extremo.
“Es la primera vez que los traslados en Francisco Morazán se están realizando de esta forma, ordenada y masiva, porque tienen que cumplir con los requisitos necesarios”, puntualizó Bonilla.

La mayor parte de los docentes solicitaron su traslado por inseguridad.

Al intentar entrevistar a algunos de los profesores víctimas de la inseguridad, estos optaron por no dar sus datos por temor a que los maleantes que los acosaban puedan localizarlos.
INCOMUNICADA
En moto llegaba a escuela remota
Jessy Merary Cruz López es una maestra que estaba asignada a una escuela rural de la aldea Zaracarán, municipio de Reitoca, quien solicitó su traslado porque dicha zona le resultaba demasiado remota.
Cruz manifestó que “ya tenía varios años de estar trabajando en esa escuela, pero en ese lugar no hay ni señal telefónica”.
Añadió que para colmo, en la aldea solamente hay un bus que sale hacia Tegucigalpa tres veces a la semana, por lo que cuando ella viajaba desde la capital, debía pasar primero por el municipio de Ojojona.
Luego tenía que ingeniárselas para llegar a la aldea, pues “a veces me tocaba pagarle a alguien, para que hicieran la carrera en moto y así poder llegar al lugar”.
SACRIFICIO
Caminar una hora solo para trabajar
La docente Julia María Domínguez estaba laborando en la aldea Sabaneta, municipio de Reitoca, sin embargo, del punto de donde la dejaba el bus, debía caminar más de una hora diaria para llegar a la escuela, donde no hay ni energía eléctrica.
Esta profesora es madre de tres hijos pequeños, los que dejaba al cuidado de su esposo y otros familiares residentes en la capital.
La joven educadora dijo con alegría que “le doy gracias a Dios y a las autoridades, por comprender mi situación, porque nuevamente voy a poder estar con mi familia, porque antes miraba a mis hijos y a mi esposo cada 15 días”, apuntó. (EB)