Los mitos y verdades de la Deep Web

La Deep Web es algo así como los bajos mundos de la red; un reino casi irreal donde circula todo el contenido peligroso y prohibido que no se ve en la superficie, además de que ahí navegan criminales muy peligrosos; sin embargo no todo es tan terrible, también es una herramienta para la libre expresión.
La Deep Web está llena de contenido relacionado con venta y compra de armas, narcotráfico, pedofília, y el mercado negro en general. Por lo mismo, meterse a nadar en la Internet profunda es como meterse a nadar con tiburones. Pero también se ha mitificado esa cara de la red.
Es un enorme espacio virtual cuyas páginas no son detectadas por los buscadores convencionales como Google, Yahoo! o Bing. Ese es un universo tan vasto como desconocido por la mayoría. Y según algunas estimaciones, es el 95% de la Internet.
En general la “Deep Web” se entiende como los sitios, servicios, foros y bases de datos que no se ven a simple vista, y que para encontrarlos necesitas navegadores especiales. Hay varias maneras de acceder, pero la más común es mediante el programa llamado TOR (The Onion Router).
Ese navegador permite moverse entre los sitios que no tienen los dominios más corrientes (los “.com”), sino de nomenclaturas como “.onion”.
cerdo sierra gifEl software desarrollado por  TOR Project recibió un premio en 2016 por permitir que millones tengan libertad de expresión y acceso a Internet gracias a la seguridad de sus datos personales. Un estudio de Terbium Labs, llamado “The truth about the Dark Web: Separating fact from fiction”, llegó a la conclusión de que el 55% del contenido es legal.
Según ese estudio, no todo anonimato es sinónimo de criminalidad: “Entre los actores que predominan allí, los terroristas no cumplen un rol protagónico”.
Al respecto, dan a conocer que hay mucho contenido legal como libros o videos, que están prohibidos por los gobiernos. Leandro Ucciferri, abogado e investigador de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), afirma que hay muchos mitos:
“Tal vez por su nombre marketinero, el usuario típico cree que está llena de material prohibido. Sin embargo, cuando uno ingresa no está inmediatamente expuesto a él, sino que hay que buscarlo minuciosamente. Por eso es que no resulta fácil para los policías e investigadores encontrar allí a los delincuentes”.
Además, hay que recordar que la red tiene una gran utilidad para el activismo. Por ello, ahí hay muchos corresponsales de guerra, hackers, investigadores,  y personas que quieran hacer denuncias de forma anónima sin temor a ser condenado.
Un ejemplo: Julian Assange, creador de los WikiLeaks, usó TOR para comunicarse con los periodistas de The Guardian.
El peligro sin embargo, existe. Se puede encontrar contenido ilegal y hay trampas y estafadores. Además, está la policía que hace patrullajes en la red para encontrar delincuentes. Algunas investigaciones son muestra de ello: Anonymous reveló en 2011 la identidad de 200 pedófilos; el FBI cerró un sitio dedicado a narcotráfico; en 2014 se descrubrió una red de pornogrfía infantil que operaba en Latinoamérica y Europa.
El gran problema es el lado oscuro de la red: el porcentaje de sitios web donde se refugian crecientemente los pedófilos. Uno de los más terribles usos de la Deep Web es la pedofília. Uno de los sitios investigados por la BBC tenía 500 visitas por segundo.