Párroco llama a los malignos que se aparten de ese camino

La feligresía católica celebró el Miércoles de Ceniza que representa el inicio de la Cuaresma que dura cuarenta días y es el tiempo litúrgico de conversión y de preparación para la fiesta de la Pascua.
La ceniza, cuya imposición constituye el rito característico de esa celebración, se obtiene de la incineración de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año litúrgico anterior.
En la Catedral San Pedro Apóstol, el párroco Glenis Mejía, impuso la ceniza en la frente a los feligreses de distintas partes de la ciudad y alrededores, quienes asistieron a la homilía que se realizó a las 11:00 de la mañana.
“Es un momento privilegiado; es un tiempo que todo cristiano debe de aprovechar para vivirlo con intensidad, practicando las obras que nos proporcionan las mismas sagradas escrituras”, destacó el prelado.
“Es el momento para que nosotros revisemos nuestra vida, cómo estamos caminando y cómo estamos llevando nuestra vida; es el tiempo oportuno para decir Señor quiero enderezar mi vida, porque reconocemos que tú eres un Dios misericordioso”, acotó.
Indicó que la imposición de la ceniza marca la realidad del ser humano, “del polvo eres y al polvo volverás; reconocer nuestra fragilidad humana, que nuestra vida no la podemos conducir según nuestros criterios, opiniones o ideas de este mundo, pues solamente en las manos de Dios es como nuestra vida adquiere su sentido pleno y profundo”.
Refirió que esos 40 días que comienzan el miércoles hasta que se celebra el Jueves Santo, los fieles recorren ese tiempo de purificación, pidiéndole al Creador por medio de obras penitenciales como la oración, limosna y el ayuno.
Ante las masacres que se han registrado en los últimos días en San Pedro Sula, el párroco reflexionó que es muy doloroso, instó a vivir en armonía; asimismo, hizo un llamado a la conciencia para aquellos que hacen el mal busquen apartarse de esos caminos.
“Están llamados a cambiar sus vidas, pues Dios es misericordioso, al grado que no se cansa de perdonarlos y está dispuesto hacerlo, cuando nosotros nos arrepintamos del daño que hemos hecho, para que dejemos ya de estar haciendo sufrir a mucha gente”.