Polvo de diamante para pintar lujosos autos

El significado de ser rico se redimensiona constantemente. La fuerza del deseo, la sed de distinción, la vocación por pronunciar en un objeto de valor su versión más depurada y exclusiva. El polvo de diamantes se convirtió, en la concepción exótica de los multimillonarios aburridos, en la pintura de un automóvil. En un caso de derroche sin escrúpulos ni concepto de obscenidad, Rolls-Royce aceptó el encargo de un cliente de identidad reservada: pintó con mil diamantes triturados la piel de su Ghost Elegance.
Es la historia del primer automóvil del mundo con un acabado de pintura construido en base a la compresión de diamantes. La técnica recibe la denominación «Diamond Stardust» y aunque no se haya develado el costo de la creación, se presume que se adjudicaría el título de la pintura más cara de la industria automotriz. Un valor agregado que explota la condición de vehículo de alta gama, elevando el concepto Bespoke de Rolls-Royce a una nueva dimensión.
El fabricante se encargó de notificar que la obtención de los diamantes se obtuvo de forma ética: cada pieza revistió un proceso exhaustivo con el fin de garantizar máxima luminosidad en el acabado de la pintura. La joya, resultado del arduo trabajo artesanal de la Casa Rolls-Royce en Goodwood, fue sometida a un análisis metódico de cada grano de polvo para proveer el efecto más delicado y pulcro en virtud del brillo y los destellos. Un baño de barniz con el propósito de que no se desprendan las partículas del preciado mineral concluyó la meticulosa empresa.
El proceso demandó el uso de microscopios, que han evaluado la textura de cada piedra preciosa, así como también analizar la capacidad de transmisión y reflexión de la luz. El desafío mayor fue lograr una combinación fluida con la pintura original y que su aplicación sobre la superficie no denunciara al tacto hipotéticos grumos de los diamantes. Por el sensible trabajo al que fue sometido el Rolls-Royce, los artesanos precisaron dos días más para la aplicación de la pintura a mano y un día adicional para el acabado en comparación a cualquier otro modelo de la marca.
El Rolls-Royce Ghost Elegance -modelo con motor V12 de 6,6 litros- se complementa con dos llantas especiales de 21 pulgadas y un adorno encendido del Espíritu del Éxtasis. En el interior, los detalles de lujo manifiesto, se combinan con el cuero negro de la parte delantera y el cuero gris de la zona posterior, con apliques en rojo y roble natural.
Los mil diamantes triturados que brillan en la carrocería del Ghost Elegance justifican por qué la excelsa firma británica es considerada líder del lujo mundial. Sus elementos de confección a medida, la calidad del diseño y la aplicación de joyería personalizada acreditan su valorización. «Resplandece como ningún otro», sostiene la compañía que exhibe la obra en el Salón de Ginebra. Restará saber si el Rolls-Royce enfundado en diminutas piezas de diamantes resplandece como ningún otro.