¿SERÁ ARGENTINA EL PRÓXIMO ESCENARIO DE LA GUERRA MUNDIAL?

Por: Antonio Flores Arriaza
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La tercera Guerra Mundial parece estar desarrollándose por etapas o eslabones. Es comprensible. Los recursos nucleares que poseen las potencias son demasiado devastadores para que esta tercera guerra mundial se pelee en forma francamente abierta y confrontativa. Cada eslabón de esa cadena se va desarrollando según los intereses puntuales para determinar toda una geoestrategia. Argentina parece ser el territorio en disputa en el cual los poderes mundiales están posicionándose, “montando sus trincheras” antes de dar el zarpazo estratégico.

El conflicto allí lo hemos venido viendo, históricamente, con la lucha de Argentina frente a Inglaterra por la posesión de las islas Malvinas o Farkland (según los ingleses). Las Malvinas están allí muy cerca del territorio continental argentino como un portaviones estacionado frente a la Antártida, mientras Inglaterra se ubica al otro lado del mundo. Obviamente, las islas deberían ser argentinas como extensión de los derechos del mar de éste país. Pero es que en dichas islas se pelean dos llaves estratégicas. El acceso a recursos petrolíferos en la zona y, quizás los más importante, una puerta a la Antártida que se ha constituido en el gran territorio en disputa en el que están llevándose a cabo actividades que podrán transformar la vida humana, tan importantes que el Secretario de Estado de USA voló a la Antártida el día de las elecciones presidenciales en su país. En el 2020 Inglaterra contará con una renovación de su flota naval militar. En la lucha por las islas Malvinas también está involucrada Colombia acompañando a Inglaterra gracias a sus compromisos como parte de la OTAN y a su visión de futuro apostando a constituirse en potencia mundial o en productor de recursos bélicos (ya Honduras es cliente comprándole dos unidades navales que están en construcción y otras cosillas más), convirtiendo en fortaleza la amenaza de la guerra interna que les llevó al desarrollo militar. Pero la problemática geoestratégica que ya tiene montado el escenario de guerra no está sucediendo únicamente en el mar. Es el mismo territorio argentino el posible campo de combate.

ótulo a la entrada del Centro de Control Satelital Xi An, la base china en Neuquén, Argentina, que indica que tiene que ver en el lanzamiento y seguimiento satelital. La jerarquía está expresa: la bandera china aparece primero.

Durante el gobierno de Cristina Kitchner esta firmó un acuerdo secreto por cincuenta años con Xi Jimping, actual presidente de China Popular, para autorizar la instalación de una base china de 200 hectáreas en Bajada del Agrio, Neuquén (Patagonia, a pocos kilómetros de la frontera con Chile), territorio argentino. Dicha base, se dice públicamente para “exportación”, permitirá que China Popular pueda dar seguimiento a los vuelos de sus satélites en el espacio y sus viajes a la luna. Para tal efecto, China Popular ha montado grandes antenas parabólicas de alta tecnología telemétrica (diámetro de 35 metros) capaces de cumplir con dicho seguimiento y que ha empezado a ser operacionales el año pasado. Sin embargo, suceden algunas cosas extrañas que inducen a sospechar e investigar hipótesis más allá de lo declarado. La verdad es que, desde dichas instalaciones, China Popular sería capaz de producir interferencia o espionaje en las comunicaciones de USA hacia sus propios satélites y, adicionalmente, sería capaz de interferir las comunicaciones de todas las potencias que ya desarrollan una guerra no declarada en la Antártida. Lo evidente es que esa base es territorio chino en Argentina. Ninguna autoridad argentina puede traspasar los límites de esa base. Ningún argentino puede ingresar en dicha área. Las instalaciones están absolutamente en manos de chinos. Además, allí se encuentra la recientemente descubierta reserva petrolífera Vaca Muerta que tiene unos 927 millones de barriles de petróleo y gas natural (que cataloga a Argentina en el segundo país del mundo con reservas de gas natural).

Asimismo, en esta franja del planeta se ubica una de las mayores reservas mundiales de litio. La fiebre por el litio ya ha iniciado en el mundo porque el metal es básico para producir teléfonos celulares, computadoras y baterías que serán parte en la producción de automóviles eléctricos o híbridos en la búsqueda por romper la dependencia de los hidrocarburos. En la proximidad de la base china, Bolivia cuenta en el salar de Uyuni con 5.4 millones de toneladas métricas de litio para constituir el 50% de la reserva mundial en este lado del mundo. Ya hay tropas rusas en Bolivia. Chile y Argentina poseen la segunda reserva suramericana. Entonces, la región se vuelve altamente codiciada por las potencias mundiales. Recordemos que China es el mayor productor de celulares, computadoras, tablets y otros equipos similares que, para su funcionamiento, requieren de baterías de litio. Y, por otra parte, en USA, la empresa TESLA Motors está iniciando la producción a gran escala de automotores impulsados eléctricamente y el litio será componente de sus baterías. Como ya dijo el CEO de dicha empresa: “Requeriremos de todo el litio del mundo”. Al otro lado del planeta, la otra gran reserva mundial de litio está en Afganistán. Vamos comprendiendo que el problema no sólo era el mal comportamiento de los talibanes destruyendo las gigantescas estatuas de Buda o el islam radical.

Ubicación de las bases de las potencias en territorio argentino.

Pero, la región posee otra enorme importancia, quizás mayor que la brindada por el litio. Ya se ha dicho que la guerra del futuro podría ser por el agua. Pues resulta que gran parte del agua que se produce en la amazonia (la gran reserva mundial), y que se desplaza buscando el océano hacia el sur conforma la tercera gran reserva de agua (subterránea) del planeta en una zona ubicada en Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil llamada el acuífero Guaraní (unos 40 mil kilómetros cuadrados de agua potable). Precisamente allí los USA han construido una importante base militar en acuerdo firmado entre Macri y Obama.

Pero USA no solamente se ha contentado con esa base militar. También ha abierto otra base militar al sur de Argentina, en Tierra del Fuego, cerca de Bariloche (allí mismo donde se ha dicho que llegó Hitler a una base nazi de submarinos, luego de su ficticio suicidio en Berlín).

Mientras en Jicamarca, Perú (puedes verlo por Google earth), se ha montado una base HAARP (la original fue hecha en Alaska, 1993. El modelo ruso se llama SURA) que es un recurso de alta tecnología (originalmente concebido en 1901 por Tesla para dar electricidad gratuita, el verdadero padre de la electricidad como la concebimos ahora y, actualizado por Bernard Eastlund), para actuar sobre las capas eléctricas de la atmósfera (ionósfera) y buscar controlar el clima (los rayos, las lluvias, las mareas y otros factores atmosféricos), y los movimientos telúricos. Algunos teóricos dicen que también el estado mental de las personas (recordemos que nuestro sistema nervioso funciona a base de un tipo particular de transmisión neuroeléctrica).

Instalaciones HAARP en Jicamarca, Perú.

Por su parte, Argentina ha firmado con China acuerdos de diferente tipo, entre ellos, los militares que proveerán a Argentina de armas de todo tipo (al parecer, cinco corbetas y quizás 20 aviones FC-1 o Chengdu J-10 chinos o una flota de 15 aviones de combate de cuarta generación Mig-29 de Rusia, con quienes el gobierno de Macri, ha tenido muy buenos acercamientos y su Ministro de Defensa ha firmado un acuerdo de asistencia y transferencia de tecnología con los rusos para adquirir aviones, helicópteros y buques). Si bien, no sería extraño que también se incluya el SAAB Gripen (sueco), el mejor caza del mundo en su género (apodado mata Sujkois por su superioridad). Obviamente, Argentina se percibe en un desapego con los intereses de las potencias occidentales. Argentina ya ha asignado en su presupuesto del 2017 unos 4,600 millones de dólares para renovar sus recursos bélicos. Mientras que, Chile, a la espalda de Argentina, ha realizado maniobras militares en coordinación con fuerzas de USA. Al parecer, el látigo de la guerra se está trenzando y cogiendo forma.

Y para colocarle la cereza al pastel, en la frontera entre Bolivia, que reclama su salida al océano por territorio que ocupa Chile, se han colocado una base de Israel del lado chileno y una rusa del lado boliviano.

Es así que Argentina se ha convertido en terreno del enfrentamiento estratégico entre China, USA e Inglaterra, apoyada por Colombia. Todo esto coloca la paz de América del Sur en una cuerda floja que irá conformando bloques alineados de un lado o del otro en el ajedrez de la geopolítica global.