FAH: una institución construida sobre sólidas bases de doctrina e historia

Por: Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación (Retirado)

Las ciencias aeronáuticas se han caracterizado por un apasionante y vertiginoso desarrollo. Desde el famoso primer vuelo controlado, acontecido en Kitty Hawk, Carolina del Norte, el 17 de noviembre del año 1903,  han transcurrido relativamente pocos años, cuando un frágil aparato de 35 kg. con un motor de tan solo 12 hp al mando de Wilbur Wright, lograra la famosa hazaña, que ha contribuido tanto al desarrollo de la humanidad.

Once años después, sucesores del novedoso ingenio, estaban recibiendo su bautismo de fuego en la primera guerra mundial (IGM), obligando posteriormente, a las grandes potencias a equiparse con descomunales fuerzas aéreas capaces de mantener, un tenebroso equilibrio global, o tener el poder de aniquilar un adversario en un corto periodo de tiempo.

Para 1921, el primer avión aterrizó en nuestro país, la curiosidad que generó este acontecimiento, más la presencia de otros aventureros de la aviación; personal aeronáutico desocupado tras la (IGM), que llegaran al país, provocando tal entusiasmo, que para el 14 de abril de1931, ya se había promulgado el Decreto CN N. 198, para la creación de la Escuela Nacional de Aviación, hecho que marca el nacimiento de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), las condiciones políticas del momento, y la necesidad de comunicar un país carente de vías terrestres, asi como la oportunidad de cohesionar y estabilizar la población, justificaron el hecho.

Para 1939 se graduaron los primeros sub tenientes de Aviación y pilotos militares, fue el inicio de nuestra rica doctrina e historia, que hoy por 86 años ha hecho brillar con luz propia nuestra gloriosa institución. Una característica necesaria de resaltar, es el hecho de que la FAH nació como escuela, creando, adaptando y trasmitiendo  doctrina y acumulando experiencia, facultad que fue adaptada, formada y enseñada a partir de las teorías de los famosos pioneros de la doctrina aérea mundial, transferida a nuestro país por medio de quienes fueron fundadores y mentores  nuestros, como ser: los primeros comandantes de la FAH hasta 1948, coroneles: Harold White, William C. Brooks, Malcolm Stewart, asi como Mr. Benny Mathew, que era un experto mecánico quien apoyó en la logística y mantenimiento de la FAH.

Una de las principales características típicas de cualquier fuerza aérea, es la flexibilidad, esto significa, adaptarse al medio, al espacio, a la necesidad y a las exigencias; esto ha sucedido en la FAH; el primer comandante general hondureño, fue el coronel Hernán Acosta Mejía, esto significó que nuestra fuerza ya tenía la capacidad de funcionar y desarrollarse por sí sola. Se inició el reequipamiento; pasada la Segunda Guerra Mundial (II.G.M.), hubo oportunidad de adquirir equipo y de crecer operacionalmente, los programas de ayuda militar (MAP) y compras militares (FMS) asi como los convenios de ayuda militar entre nuestro país y los Estados Unidos, marcaron la modernización de nuestras Fuerzas Armadas, en especial la FAH, se vio favorecida en la adquisición de equipo y el aprovechamiento de becas, lo cual vino ha fortalecer nuestra doctrina y operatividad.

Los cambios para mejorar no se hicieron esperar. Dentro de las posibilidades, la FAH ha estado a la altura del desarrollo aeronáutico mundial, la adquisición de aeronaves en los años cincuenta, destacando los modelos de combate: P38 Lightning, P63 King cobra, Corsarios F4U4/5;  y de transporte los C47.

Fue con el profesionalismo y pericia del personal y con el equipo citado, con los que enfrentamos los dos conflictos armados con países vecinos, en donde el empleo del arma aérea, ha sido determinante: Mocorón en 1957 Honduras/Nicaragua y conflicto de 1969 Honduras/El Salvador, han sido ejemplos de la efectividad de nuestra aviación. En ambos eventos, se pusieron de manifiesto nuestro profesionalismo y la mejor manera de tomar ventaja de la doctrina, realizando operaciones de apoyo aéreo, interdicción y superioridad aérea, dentro de las cuales estuvieron incluidas: tareas de transporte, de tropas y pertrechos, reconocimiento, patrullaje, destrucción de blancos estratégicos y operación conjuntas con nuestras fuerzas de superficie, “incluyendo derribos en combate aire/aire”, alcanzando de manera sólida y sin discusión la etapa de supremacía aérea.

El desarrollo aeronáutico mundial y las necesidades de enfrentar nuevas amenazas y desafíos, nos ha llevado a mejorar y diversificar nuestro equipo y estándares operativos, es así que se formó un fuerte y versátil escuadrón de helicópteros y desde los años setenta, se ha equipado, desarrollado y entrenado con la tecnología del Jet; legendarios y conocidos modelos de aviones se han operado desde entonces. La operación conjunta con nuestras fuerzas hermanas, y el cumplimiento de tareas  de vital importancia, nos ha conducido a afrontar nuevas experiencias. Primordialmente en la lucha contra el narcotráfico. Pero estas son tareas accesorias; otra historia es nuestra misión de combate.

Mantener, sostener y desarrollar una fuerza aérea, significa una inversión grande pero rentable, considerando los hechos históricos y doctrinarios que respaldan a la FAH.

No se trata de vivir obsesivamente con la mirada en el conflicto, se trata más bien de fortalecernos, para crear estabilidad y paz en el área; para proporcionar poder y seguridad a nuestros mandatarios y diplomáticos, en sus esfuerzos de negociación sobre temas fronterizos ya juzgados, pero pendientes de ejecutar.

“Después de todo nuestra misión constitucional de soberanía no ha cambiado, y el espectro de conflicto es permanente”.