Recursos naturales renovables y no renovables

Por: José Rolando Sarmiento

A propósito de los recursos naturales renovables y no renovables con que contamos en Honduras, y que forman parte importante del patrimonio y la riqueza de nuestra nación, los primeros son aquellos como el agua, los árboles, las plantaciones agrícolas, las plantas medicinales, las diversas clases de animales, que si se reproducen, se crían, se utilizan y se explotan racionalmente, se preservan y se replantan, se mantiene su existencia, pero algunos de ellos tienden a extinguirse por la mano depredadora del hombre, esas se conocen ahora como especies en vía de extinción, como por ejemplo los quetzales en las montañas de Yoro y del occidente del país, que por su rareza se han mantenido alejados de la vista humana en las intrincadas alturas de su hábitat natural, no sabiendo cuántas de ellas aún existen en Honduras, también las otrora abundantes loras, las guaras o guacamayas, los tucanes, pero igual con las especies bípedas como el danto, los tigres, tigrillos y leones, el oso hormiguero, los mismos venados, entre ellos el precioso cola blanca, que la cacería excesiva y la depredación de los bosques por la inmisericorde explotación maderera, los irracionales incendios, la urbanización de los pueblos, el crecimiento de la frontera agrícola para el repasto de ganado, los ha diezmado y alejado de sus lugares naturales donde habitaban, o simplemente han sido exterminados por cazadores furtivos, que no respetan la épocas de veda cuando se procrean.

Es por eso que en el caso de las valiosas especies marítimas para la pesca, existen vedas impuestas por las autoridades competentes, tanto para las variedades del camarón, langosta y caracol, durante varios meses del año, de lo contrario el ansia de riqueza de los patrones de barcos de las islas y la costa Atlántica, ya los hubieran desaparecido de nuestras aguas caribeñas, inclusive recordamos la obligada aplicación del componente de exclusión de las tortugas en las redes que se lanzan para faenar en el mar, dispuesto por organismos internacionales como el CITES, que puede aplicar sanciones contra los países que no lo practiquen, precisamente para preservar estas especies de su extinción, siendo así que en nuestro país se cumple desde hace varios años por los barcos de la flota pesquero del Atlántico, e igual la observancia de preservación de las especies de venado, pero solamente cumplida por los clubes de caza organizados, cuyos integrantes han hecho un voto de respeto en sus estatutos, con la veda en épocas de reproducción, para no terminar con esa valiosa especie de nuestra naturaleza renovable, en los bosques de nuestro país.

Preocupación especial nos merecen los árboles de pino y los de hoja ancha, tales como los de famosas maderas preciosas, por su valiosa aplicación en la construcción de viviendas, la elaboración de finos muebles, instrumentos musicales como la marimba y los de cuerdas, artesanías, enchapado de paredes y pisos, cuya explotación irracional casi los ha hecho desaparecer, muy especialmente la valiosa caoba, el cedro, san juan, laurel, hormigo, ceiba, granadillo, roble, teca, pero de igual manera, las plantas del coyol, que en Olancho se utilizan para producir el famoso vino de la temporada veraniega, con sus troncos tumbados en el suelo para que se fermente su sabia, lo que implica el obligado corte y la desaparición de la especie, que pese a su utilidad por la bebida y los ingresos económicos que le produce a quienes los explotan irracionalmente, al parecer nunca se les ha ocurrido la reproducción en viveros para resembrar las áreas destruidas, así que en pocos años, adiós vino de coyol, desaparición del coyol en
Honduras, que ahora se rebuscan para  encontrarlo en recónditas montañas olanchanas y del vecino departamento de El Paraíso.

En cuanto a los no renovables y que por ello merecen una explotación racional, son los recursos de la minería metálica y no metálica, como el oro, la plata, el hierro, y otros metales que salen en broza, pero que suponemos bajo control de la Secretaría de Recursos Naturales, y el novel Instituto de Geología y Minas, pero igual ahora las explotaciones de los lechos de los ríos y los cerros, para la extracción de material selecto para rellenos en terraplenes de carreteras, igual la arena, la piedra, para agregados triturados del concreto, en la construcción bloques, columnas, vigas pre-tensadas para puentes, viviendas, edificios, lozas de pavimentos, así como la preciosa piedra en bloques de canteras y el mármol en bruto, para lozas de enchape de cocinas, baños, paredes y pisos, igual el barro y tierras porcelanosas, para las piezas de artesanías y fabricación de loza de cocina, adornos, aún no suficientemente empleada en el país, porque dependemos de su importación de la China, que significaría la fundación de fábricas, fuente de ingresos económicos y miles de empleos en Honduras.