Ni a la extrema derecha ni a la extrema izquierda

Por Marcio Enrique Sierra Mejía

Se ha popularizado en nuestra sociedad política la utilización de los términos de extrema derecha y de extrema izquierda para identificar posiciones políticas porque ahora vivimos bajo condiciones democráticas, que quiérase o no aceptar, dan pie a que los actores políticos puedan referirse con esos términos en completa libertad, dejando en el pasado, las represiones o acciones desde el gobierno que impedían catalogar con esas expresiones a las fuerzas políticas o grupos de personas y organizaciones de la sociedad civil.

Con actitud alevosa dichas expresiones se usan para descalificar a los nacionalistas, a los liberales, a los socialistas y a los anarquistas. Los analistas se refieren a ellas para ubicar en el escenario político a políticos o grupos que apoyan una u otra posición. Ha sido y es una táctica política intencionada, que los socialistas, acusen a los nacionalistas y a los liberales de ser fuerzas políticas de extrema derecha. Y viceversa que los liberales y los nacionalistas usen el calificativo de extrema izquierda para descalificar a las fuerzas socialistas.

Veamos entonces cual es el alcance peyorativo de ambas expresiones políticas. Cuando se refieren a la extrema derecha es porque se quiere encasillar a ciertas organizaciones o partidos políticos con la exaltación de valores asociados a tiranía, militarismo, dictadura y represión política entre algunos. En general, es una expresión asociada a actitudes racistas y la defensa de valores tradicionales (conservadurismo). Hay quienes catalogan de extrema derecha a las personas que activan o simpatizan con grupos religiosos, adversan la homosexualidad, están a favor de la prohibición del aborto o la defensa de una férrea disciplina dentro de los ámbitos económicos de la sociedad (propiedad privada de medios de producción). Otros que defienden la economía liberal son considerados de extrema derecha.

Por la otra parte, tenemos a los de extrema izquierda o izquierda radical (o de forma peyorativa ultraizquierda), término que se utiliza para calificar a las personas o grupos que sitúan su ideología y acción política al extremo de lo que se entiende en el espectro político como izquierda. Estos grupos de personas y organizaciones ejercen una oposición activa a las políticas de globalización financiera e ideológica, oponiéndose al capitalismo manteniendo una conciencia de pertenencia de clase que se manifiesta en su carácter internacionalista. No tienen que ser necesariamente marxistas, aunque sea habitual relacionar ambas cuestiones. Hay grupos de la extrema izquierda que aceptan la legalidad del Estado, que rechazan que los cambios sociales o políticos sean posibles a través de medios democráticos y piensan que el orden establecido solo puede subvertirse a través de la revolución política y social. Algunos grupos de extrema izquierda, más extremos, consideran como consecuencia de lo anterior que la violencia puede ser una de las formas, si no la única, para conseguir sus fines políticos.

Por ejemplo, Nasralla y Mel no son de extrema izquierda y más podrían considerase una forma de socialistas libertarios no necesariamente marxistas. Cuando hablamos de políticos de izquierda, estamos refiriéndonos en general a personajes de la clase trabajadora (laboralmente hablando) que mayormente laboran en fábricas o empresas transnacionales, dirigentes sindicales, representantes de organizaciones campesinas y de asociaciones de trabajadores independientes. En suma, un político de izquierda representa a la clase trabajadora que es sometida por la clase capitalista, y su posición como político de izquierda, busca reivindicar derechos más justos para la clase más pobre y el restablecimiento del respeto a la estabilidad laboral y a la dignidad de la clase trabajadora. Su ideología deriva de tendencias marxistas-leninistas; pero en la actualidad se desarrollan de acuerdo a nuestra realidad social, por cuanto hoy vivimos un nuevo contexto de vida, y mal o bien estamos conviviendo en un ambiente democrático. La esencia de la ideología de izquierda, es que los recursos de Honduras es patrimonio nacional, deben servir para restaurar la equidad económica en nuestra población, es decir, que debe servir para la clase más necesitada y no estar en manos de los grandes capitalistas y sí en manos del Estado.

En cuanto a los políticos de derecha, entendemos a aquellas personas que representan a la clase capitalista y buscan proteger sus intereses capitalistas, poniéndose sutil y sistemáticamente contra los intereses de las clases trabajadoras. Sin embargo, se ve que en el devenir histórico del proceso político hondureño, la ideología de derecha tiende asufrir a lo interno, una sutil transformación ideológica y ahora los nacionalistas bajo la conducción de Juan Orlando y los liberales con Luis Zelaya, van asumiendo posturas que los acercan más a la posición centrista y aceptan la necesidad de cambios tanto al nivel constitucional como en el modelo económico.