Hasta el corazón más enamorado se cansa de ser lastimado

Existimos personas que nos enamoramos con todas las células del cuerpo, que entregamos nuestro tiempo y sentimientos, las que, aunque tengamos miedo del futuro y dudas sobre el pasado, amamos con intensidad, sin mirar atrás y algunas veces, sin recibir nada a cambio.

Existen otras que nunca vencen el miedo del qué dirá o el qué pasará, que reciben, pero no dan, las que se portan indiferentes, las que disfrutan enamorando doncellas y usándolas por un tiempo, hasta que se aburren de ellas y las convierten en extrañas.

Ya me cansé de ser la mujer débil y entregada que llora las horas en su habitación, en el baño, en la parada del autobús, sufriendo por ti, un hombre que no valora los mensajes cariñosos de todos los días, las llamadas nocturnas, las cartas, las visitas, las canciones ni los momentos que pasamos juntos; me cansé del hombre egoísta que vive en una burbuja de vanidad y autosuficiencia; me cansé de vaciarme y llenarme de cariño imaginario, llenarme de dolor.

No puedo entender cómo alguien puede ser tan ciego que no valora la persona que tiene en frente, tan egoísta que prefiere desperdiciar su tiempo con amistades falsas y actividades vacías, en vez de compartir conmigo momentos dichosos, tan inmaduro y ególatra que se siente una estrella en un firmamento de basura.

También es culpa mía al conformarme con un par de dulces palabras, con un abrazo escueto. Te di todo esperando algo a cambio y solo recibí sonrisas vacías y decepciones. Esperé y esperé a que cambiaras, a que te enamoraras de mí, como yo estaba enamorada de ti, a que poco a poco el hielo de tu persona se derritiera y me mostrará tu cálido interior, hoy me doy cuenta de que viví en un mundo de fantasía, porque eso jamás pasará.

Te amé con todo mi ser, intenté de una y mil maneras ser visible para ti, perdí mis amistades, me alejé de mi familia y todo para nada, porque tú no valoraste lo que soy, solo hacías pedazos mi corazón una y otra vez, me engañabas con atenciones nimias y yo tan tonta, me conformé con eso, pero todo lo que empieza tiene que terminar.

Finalmente me di cuenta, abrí los ojos y tomé valor para decir ya no más, me voy y no pienso volver, me duele el alma, siento que mi corazón se desquebraja como si estuviera hecho de cristal, el futuro es incierto y debo reparar todo el daño que me hiciste, todo lo que me hice a mí misma amándote, me dejé de lado al ponerte en un pedestal y ahora que destruyo toda imagen que me formé de ti, veo lo que en verdad eres, una estatua aparentando perfección y dureza, pero muy hueca en su interior.

Los días pasan, necesito mucha fuerza de voluntad para reconstruir este corazón herido, me levanto de mi lecho de miseria y decido volver a ser una persona, guardar mi amor para alguien que en verdad merezca todo el calor que pueda brindar, hubiera preferido que fueras sincero conmigo, que dijeras que solo me usarías para llenar esos vacíos de tu persona, así hubiera volado antes de entrar en tu jaula de engaños, esperando ser tu igual cuando solo fui tu juguete y ahora, te dejo ir.

A pesar de todo no puedo desearte nada malo, sigue tu camino, deja de engañar a las personas y sé feliz, yo siempre te querré y buscaré perdonarte, tarde o temprano sanaré, el tiempo curará mis heridas y dejaré de llorar, pensaré en ti y solo recordaré los buenos momentos, porque no quiero guardar rencores, no vale la pena.