CRÓNICAS OLANCHANAS: HISTÓRICAS FAMILIAS DE OLANCHO

Por: CARLOS EDGARDO AYES CERNA 1/2

Según investigaciones del genealogista norteamericano John J. Browne Ayes, los pueblos de Francia y España que llevan los nombres de Alles o Ayes, deben su existencia a los templarios Bertrand y Aimeé d’Ayes (descendientes del cruzado Raimond dToulouse), quienes gozaban del derecho de fundar pueblos con su nombre, por merced y licencia de sus majestades, en reconocimiento a su determinante participación en la lucha contra los moros.

Don Francisco de Alles, era originario de una de esas poblaciones, concretamente de aquella perteneciente al municipio de Peñamellera Alta, del Principado de Asturias, denominada Alles.

Don Francisco llegó a nuestro Olancho en 1768 ó 69. Fue nombrado gobernador de la nación paya, en Olancho, para restablecer la soberanía del territorio que se hallaba bajo el acoso permanente de zambos, misquitos e ingleses.

En el año de 1775, ya establecido en este partido y habiendo contraído matrimonio con Leona Beltrán Mejía, hija del Sargento Mayor Francisco Beltrán y Paula Mejía, don Francisco compró a la corona, cincuenta caballerías de tierra al precio de trescientos pesos, en el sitio de San Roque, propiedad que se convirtió en su residencia. También fue dueño de la hacienda “Tonjagua”, ubicada en San Esteban. Los hijos de don Francisco, en sociedad con el padre José Pascual Martínez, propietario de la hacienda “Coronado”, anualmente vendían partidas de ganado a la Casa “Aguirre Hermanos” de Guatemala.

El matrimonio de don Francisco y doña Leona, fue el precursor de la “familia Ayes” de Olancho. Los cuatro hijos de don Francisco, nacidos en el ubérrimo suelo olanchano, fueron los primeros en llevar el nuevo apellido, adoptado desde entonces como nombre familiar: Manuel Francisco, Dominga, José María y Juan Ángel.

Juan Ángel Ayes contrajo matrimonio con Isabel Ayes y de su unión resultó: José Antonio Ayes.

José Antonio casó con la señorita María de Jesús Ayala, matrimonio que tuvo cinco hijos: José Antonio, Juliana, Beatriz, Trinidad y Pablo. Los hermanos José Antonio y Pablo fueron discípulos del maestro Francisco de Paula Flores. José Antonio murió muy joven sin dejar descendencia
Pablo Ayes Ayala contrajo matrimonio con Ramona Canelas Bustillo, nacida en 1849, siendo hija de Guillermo Canelas y Dolores Bustillo. Este Guillermo fue el capitán aquel que, en una guerra con Guatemala, después de herido fue capturado y conducido a la vecina nación, donde permaneció confinado en una cárcel por espacio de doce largos años. La familia, sin perder la esperanza de algún día recobrar a Guillermo, angustiada veía caer las páginas del almanaque como hojas que vuela el viento. Un día, en la lejana, aislada y hasta olvidada Juticalpa, se esparció el rumor de su muerte. La trágica noticia fue para la acongojada Dolores, como la válvula que soltó el mar de llanto por tanto tiempo represado en su alma. La memoria del difunto fue honrada con novenarios y hasta con una sentida ceremonia religiosa de sepelio.

Después de un tiempo prudencial, la familia convenció a Dolores de aceptar la proposición matrimonial que insistentemente le hacía un caballero de apellido Méndez, diciéndole que aún era joven y necesitaba rehacer su vida, amén de requerir la ayuda de un buen hombre que le ayudara a la formación de sus pequeños hijos.

Alrededor de dos años después del entierro simbólico del extinto marido, cuando ya nadie recordaba el episodio, de repente, sucede lo inimaginable, en la ciudad reaparece el difunto… vivito y en persona, reclamando sus derechos de legítimo marido.

El escándalo en la conservadora sociedad juticalpense no pudo ser mayor. Hubo consejo de familia. El sacerdote, para salvar a Dolores del pecado de bigamia en el que se hallaba, demandó anular de inmediato un matrimonio. Se decidió consultar con la pecadora, cuál debía anularse. Sin pensarlo dos veces, la interrogada decidió quedarse con su primer marido, con Guillermo. No trascendió si hubo, o no, hijos del segundo himeneo, pues los cinco hijos se registraron con los apellidos “Canelas Bustillo”: Juan, Javiera, Ramona, Soledad y Tomasa.

Don Pablo, después de casado con doña Ramona, tomó las riendas de la hacienda que en Cayo Blanco tenía su esposa, como herencia de su padre Guillermo, descendiente de la vieja familia Canelas de origen moro, quienes habían llegado antes de la Independencia y convertido en grandes terratenientes y ganaderos de Olancho.

Don Pablo tenía como vecino, en Cayo Blanco, a don Pascual Martínez Molina (hermano de monseñor Martínez), entre ellos había una estrecha y ancestral amistad. Ambos, como todo olanchano, eran buenos bebedores de coyol; los veranos mandaban a botar varios palos dentro de sus respectivas propiedades, los que juntos bebían diariamente. Cada tarde empezaban la ronda en una cualquiera de las dos propiedades, hasta terminar en la del otro. Después de bebido el último palo, era ritual que el dueño de la propiedad en la que terminaba la ronda invitaba al amigo a cenar; si terminaban en la de don Pascual, este decía: Pablo, ya que estamos más cerca de mi casa, te invito a cenar. La respuesta invariablemente era la misma: Gracias Pascual, pero no… ¡Qué se diría de un Pablo Ayes que aceptara comer en casa ajena!

La respuesta de don Pascual era igual. Nunca aceptó el uno, comer en casa del otro, bajo tal invitación.

Los hijos del matrimonio formado por don Pablo Ayes Ayala y doña Ramona Canelas, fueron 8: Ramón, fallecido en la niñez; Rafaela, Guillermo, María, Francisca, Julia, Sara y Pablo Ernesto.

De ellos solamente Guillermo, Julia y Pablo Ernesto fueron casados. Guillermo lo hizo con Anastasia Rodríguez (habiendo procreado a Guillermo, José Antonio, Zoila, Virgilio, Guillermina, Juan Ángel y Ramona). Julia con Teófilo Rodríguez Bu (padres de Julieta, Roberto, Luz Oliveria, Teófilo, Esperanza y Alma). Pablo Ernesto, se casó con Elena Rojas Canelas….